martes, octubre 31, 2006

Esquitxos

Al Gore y Tony Blair no son los únicos a quienes preocupa el cambio climático, aunque hagan más ruido los adalides del nuevo "progresismo" consistente en "no poner puertas al campo del progreso", o sea a la construcción de más autopistas, más urbanizaciones, más campos de golf, y por supuesto dudar "razonablemente" de pronósticos apocalípticos sobre las reservas de petróleo, cambios climáticos, etc.
Recomiendo encarecidamente la lectura sosegada del Premio Pulitzer Jared Diamond, quien en "Colapso" ( Edit. Debate. 2006) analiza los procesos a través de los cuales las sociedades del pasado se han debilitado a sí mismas porque han deteriorado su medio ambiente.

sábado, octubre 28, 2006

Dietario 28, Octubre 2006

Dietario (publicado en "Diario Menorca" sábado 28 Octubre 2006)
20-X-06
Vuelvo a mi Zaragoza para una boda y consigo hacer un hueco para una visita relámpago a las librerías, con la secreta esperanza de ver todavía mi novela en los anaqueles, aunque sea en la sección de restos de serie o en la de ilusos asociados. Cuando va a sonar el gong del cierre, echo una distraída mirada en la de “Autores españoles e hispanoamericanos” y veo un lomo azul que me acelera el corazón: ahí están ”Los extravagantes…” ¡entre Borges y Bryce Echenique! Medio muerto de emoción, risa y agradecimiento al bendito orden alfabético, marcho corriendo a la cena familiar en la que tengo que explicar el motivo de mi estúpida sonrisa. ¡Ay, vanitas vanitatum !
21-X-06
Boda en el Pilar entre el murmullo, a ratos griterío, de los fieles / turistas que visitan la Basílica. Ante el altar mayor, tan barroco como cargado de historia, mientras el sacerdote desgrana unas confusas analogías entre el vino y el amor, dejo volar mis recuerdos de los tiempos en que para aprobar la asignatura de Religión con el padre Petrus debíamos aprender a servir misa, la emoción que embargaba al improvisado monaguillo, arrobado entre latinajos. En la solemnidad de la basílica zaragozana, la nostalgia de la perdida patria infantil me lleva a ver a aquel niño pálido y rubio arrodillado a la derecha del celebrante, haciendo sonar mayestáticamente la campanilla mientras levanta la casulla del celebrante /examinador. Corpus domine…
Luego, en el banquete, la propia inercia del acontecimiento y la inapreciable colaboración del alcohol desatan la emoción de la que no se libra el invitado menorquín: una furtiva lágrima se desliza por mis sienes cuando el contrayente, cuya compañía he disfrutado en ya lejanos veranos se abraza con su mejor amigo, casualmente, mi hijo muy querido en quien tengo puestas todas mis complacencias, etc. Claro que tampoco falta (ya empiezo a acostumbrarme cuando visito tierras allende el Ebro) quien me inquiere por la “dictadura catalanista” en mi tierra, a lo que le contesto con trabajada mesura que sólo he conocido una dictadura en mi vida, que el catalán es mi lengua materna (que por cierto no me dejaron aprender en el momento adecuado, la infancia) y que mis hijos se desempeñan con naturalidad, indistintamente en una u otra lengua, sin que jamás hayan sufrido coacción alguna.
Finalmente, prófugo del alcohol, moscas cojoneras, y los excesos emotivos, escenifico una peculiar fuga a mi entrañable estadio de La Romareda para disfrutar con el Zaragocica de Pablo Aimar. También me invade la melancolía al verme de nuevo en el campo donde disfruté de tiempos mejores, cosas de la edad.
22-X-06
Sobredosis de españolidad en el Santiago Bernabéu donde me recibe un mar de banderas rojigualdas y una tupida vegetación de pancartas: bajo mis pies, “Cataluña es España”, a lo lejos, “Rafa Nadal. Estirpe española. Caballero madridista”, “Alonso, orgullo Nacional”, mientras en el aire, alternan las estrofas del “Que viva España” con las del himno del Barça con final escatológico. Es lo que tiene esto de ser un vicioso, te metes cualquier cosa en el cuerpo, y encima no te escapas de la cruda realidad de la derrota…
24-X-06
Apremiante repaso de la prensa isleña nada más llegar a casa para enterarme de la movida ateneísta del sábado. La verdad es que cuando, hace unos días, llamé al bueno de Fayas para disculpar mi ausencia, me sorprendió que el ponente de la apertura de curso fuera Jaume Matas, no tanto por la personalidad del president, con quien compartí agradablemente más de un acto ateneísta durante mi presidencia, como por la inminencia de la campaña electoral. Me inquietaba que el conferenciante cediera a la tentación de aprovecharse como así parece que sucedió. Y es que no se trata de un problema de libertad de expresión, que la hay en el Ateneo sin restricciones, sino de oportunidad. La apertura de curso es, tradicionalmente, un acto solemne, eminentemente intelectual, suprapartidista, abierto a toda la sociedad. Y así debería seguir siendo en el futuro, sin contaminaciones.
25-X-06
A tenor de la riada de informaciones, parece que en España hay dos fuerzas políticas mayoritarias, a saber: el de huérfanos del marxismo-ladrillismo y el de sus homólogos del franquismo/ ladrillismo. Dan ganas de volver al Mayo del 68 y emprenderla de nuevo con adoquines.
26-X-06
Un querido amigo de la edad adulta me llama a primera hora desde Palma para felicitarme por la fotografía retrospectiva aparecida hoy en Es Diari, en la que se me ve posando, joven imberbe, como entrenador del equipo infantil de la OJE ( o sea y como reza el pie de foto, de Falange Española y de las JONS). ¿Me exigirá Bosco Marqués una confesión pública a lo Günter Grass?

sábado, octubre 21, 2006

Dietario 21 Octubre 2006

Dietario (Publicado en "Diario Menorca" sábado 21 de Octubre 2006)
13-X-06
Jazz de altura en el Teatro Principal, que muestro con orgullo a unos amigos catalanes de fin de semana pasado por agua. Espléndida Eliane Elías al piano, más discreta como cantante, mientras su compañero sentimental saca oro acústico del contrabajo. A los más viejos del lugar nos sobra un poco de batería, ruido, en general, somos más de la balada jazzística, con saxo, of course. A la salida, felicito a Ignasi Mascaró por el magnífico colofón a su ciclo, al tiempo que sigo presumiendo del Teatro ante mis amigos. “Y tenéis que verlo una noche de ópera, lleno y con glamour decimonónico”, concluyo ufano de mi teatro y por qué no de mi ciudad. Evoco a Woody Allen en “Manhattan”, y es que Mahón siempre será mi ciudad.
14-X-06
Mi colega y amigo J.F Quadrado escribe manifestando su preocupación porque el edificio del actual Hospital Virgen de Monte Toro no se sume a la colección de ruinas cuyo ranking de la vergüenza encabeza el antiguo Hospital Militar. Tiene razón: cuando la responsabilidad es tan dispersa suele ocurrir como cuando una enfermedad tiene mil remedios, que casi ninguno es realmente efectivo. Esperemos que no sea así.
Visito por la tarde a mi amigo José A. Fortuny, que no está precisamente entusiasmado con la flamante Ley de Dependencia, insuficiente e infradotada desde su documentada perspectiva, pero va creciendo su ilusión por la próxima reedición, por parte del prestigiosísimo Círculo de Lectores de sus celebrados “Diálogos con Axel”. En el lánguido fosquet sabatino pasamos revista a nuestras últimas experiencias lectoras, trata inútilmente de instruirme en baloncesto, y terminamos analizando técnicamente nuestra común afición por las chicas del Patricia Voley y la tenista María Sharapova. En fin. debe ser aquello de los largos sollozos de los violines de otoño…
15-X-06
Freudiano regreso al pasado por la negativa del Sevilla C.F a la retransmisión televisada de sus partidos. La falta de imágenes de su partido con el Barça hace que los hinchas peguemos de nuevo nuestros oídos a la radio como en tiempos casi olvidados. Me viene a la memoria cuando, de niño, a la salida de los partidos de San Carlos, pasaba con mi padre por la casa del abuelo, En Quicus de Sa Farinera, en el Camí d ‘es Castell (entonces, General Sanjurjo) para contemplar un espectáculo que me fascinaba: el de aquel intimidante anciano de tupido y retorcido bigote, pegado a un viejo emisor de radio, chasquidos y rugidos, propinando patadas a la pared cada vez que Basora o Manchón le enviaban un fallido pase a Kubala.
Viejos y no añorados tiempos. ¿Cómo no recordar también la magnífica recreación cinematográfica de Woody Allen en “Días de Radio”? En fin, meras coartadas del hincha para pasar el mono de la mejor manera posible. Y como sea que la tarde deportiva acaba bien, pelillos a la mar.
16-X-06
Habitual guirigay radiofónico tras la tregua del fin de semana. Jiménez Losantos dice hoy que lo del cambio climático es otro montaje de los progres ( ¿conectado quizá con el ácido bórico?) y que la exclusiva del País Semanal con los Príncipes de Asturias, es una afrenta (ya se sabe, Polanco es El Mal), mientras las demás emisoras se enzarzan en tediosas disquisiciones sobre posibles combinaciones postelectorales en Cataluña. Los dejo plantados a todos para buscar alguna perla en los recortes que voy acumulando durante la semana para construir mi peculiar Casa de Citas:
“Durante los cuatro años de mayoría absoluta del PP, se emprende una operación de alto riesgo: convertir la agenda política en una agenda ideológica. La gestión del Estado de las Autonomías se transforma así en el Problema de la Unidad de España…la política exterior se transforma en un proyecto de aliento mesiánico: sacar a España del rincón de la Historia, poniéndola a guerrear contra el “islamofascismo” junto a los grandes de este mundo…
El error del gobierno socialista, el error que ha impedido detener esta espiral de crispación, cada vez más vertiginosa, ha sido aceptar a pies juntillas la agenda ideológica del PP, y limitarse a proponer en cada punto la respuesta contraria…” (José Mª Ridao en El País ).
¿No será éste, el sectarismo, el problema político crónico de nuestro país de países? Poco dado a los matices, nuestro país sigue a pies juntillas aquello de “o estás conmigo o contra mí”, aderezado además con fuertes dosis de tremendismo, generando un cóctel sumamente indigesto…e inflamable ante la eventualidad de un chispazo.

viernes, octubre 13, 2006

Dietario 12 Octubre 2006

Dietario (Publicado "Diario Menorca" sábado 13 de Octubre 2006)
6-X-06
Espontáneo cónclave de fundamentalistas del tenis en los aledaños del Pabellón Menorca al término del primer set Nadal-Moyá. Nos miramos con indignada perplejidad mientras abandonamos un espectáculo que nos incomoda profundamente: griterío, movimiento continuo de espectadores (?), histeria… ¿Qué queda de aquel noble deporte que se preciaba de mecerse en el fair play más exquisito y tranquilo?
Claro que bien pocos de los que atiborraban el Pabellón iban al tenis. Se trataba de otra cosa, ver de cerca al icono mediático, inmortalizarlo con el móvil…tocarlo. En fin, lo cierto que nos quedamos como un niño a quien le quitan un caramelo.
7-X-06
Noche de teatro en el Principal. La obra podría haberse titulado perfectamente “Mucho ruido y pocas nueces” dada la inanidad argumental de “La dama de negro” (lejísimos de la maravilla narrativa de la “Dama de Blanco” de Wilkie Collins) y los decibelios de los efectos especiales, muy logrados por otra parte. Pero valió la pena ver el despliegue de recursos interpretativos de un Emilio Gutiérrez Caba sencillamente sublime. Y no digamos de la dicha de perderse el enésimo fiasco de la selección del orate de Hortaleza (¿todavía queda alguien convencido de su sabiduría?).
8-X-06
Sobresaltado despertar para el amante de la radio: las hazañas automovilísticas de Fernando Alonso copan las ondas derramando el tarro del patrioterismo hispano, aunque en esta ocasión hayan venido facilitadas por un estropicio en el motor del principal rival. Curioso país éste, que sólo se interesa por determinados deportes cuando gana un compatriota (confesión: un poco a distancia, pero también sigo a Alonso y me alegro por sus éxitos). Pero es gracioso verse de pronto rodeado de expertos en el ajuste de tuercas, adherencia de neumáticos según los diversos grados de humedad, capacidad de los depósitos de gasolina y animadores mediáticos embutidos en la enseña rojigualda…
Menos mal que el esplendoroso domingo de sol y playa que te hace brincar de alegría por el privilegio de vivir aquí, no de ser de aquí, hecho puramente circunstancial que tantos congéneres están pasando por alto en este inquietante comienzo de siglo. Pero el éxtasis de un sublime baño otoñal sin más bandera que el azul del cielo termina abruptamente al llegar a casa y buscar algo con que aliviar el mono del fútbol. Florilegio de himnos y banderas en el Euskadi- Catalunya. Llenazo de políticos vascos y catalanes encantados de compartir el arrobo patriótico. Me parece muy bien, cada uno es muy dueño de elegir sus referentes sentimentales. Claro que luego hay que ser consecuentes, como escoceses y galeses, que tienen su selección nacional diferente de la inglesa, pero, pequeño detalle, también juegan sus propias ligas. Así que, selecciones catalana y vasca, por supuesto, si es lo que realmente desean los aficionados, pero también Liga Catalana y Liga Vasca. Todo por la Patria.
11-X-06
Casa de citas: “No es necesario que nos hagan gracia los chistes, que nos entusiasme una ocurrencia teológica o aplaudamos a rabiar ante la escena de unas cabezas decapitadas (se refiere a la ópera Idomeneo). Podemos haber descubierto que el mal gusto o las opiniones peregrinas hacen muy difícil la convivencia, pero que su prohibición la hace radicalmente imposible” ( Daniel Innerarity, profesor de Filosofía de la Universidad de Zaragoza en El País)… ¿Habría que institucionalizar el derecho a la irreverencia?
Con lo único que hay que ser intolerantes es con la intolerancia: las amenazas a Alejandro Maceda son inadmisibles. Y no digamos de los más recientes zarandeos a Acebes y Piqué en Martorell. Ante las próximas elecciones municipales y autonómicas, conviene ir vacunándose frente al todo vale de los que no entienden otro lenguaje que el de sus propios rebuznos.
12-X-06
Lo de merecer una distinción entra dentro de lo especulativo, como si fuera ácido bórico. Uno se pasa la vida haciendo esto y lo de más allá hasta que viene alguien que considera que ello es merecedor de una distinción. Y te le dan (a mí me han otorgado algunas placas y varias estilográficas, que es lo que verdaderamente me gusta, y confieso, humanos somos, que siempre me ha hecho tilín y hasta se me han saltado las lágrimas en alguna ocasión, para regocijo de mis muy irónicos hijos, cría cuervos).
Estoy pensando en esa medalla de Ashome que Emili de Balanzó cree no merecer. Pues sí, y no estaría de más que sus amigos lletraferits le propináramos otra por el coñazo crónico que le he hemos dado con nuestras geniales obras, que el pobre se ha tenido que tragar con ese refinado estoicismo tan suyo, del auténtico gentleman que es. Sus opiniones, ¡rara avis!, son siempre prudentes, ponderadas e inteligentes. Difícilmente le cogerán en un renuncio y mucho menos en un exabrupto, aunque sus ojillos de hurón dejen adivinar el reflejo plateado de una afilada daga.

sábado, octubre 07, 2006

Perplejidades, temores y esperanzas


Hace poco me invitaron a un debate televisivo sobre “nuestra identidad balear”. Aunque a los pocos minutos ya me preguntaba qué pintaba yo en aquel guirigay, traté de razonar. “No sé quién soy ni me importa”, balbucí, “pero sí dónde estoy”. Naturalmente se produjo un silencio glacial, puesto que la fiesta no iba por ahí, y ya no volví a abrir la boca entre aquella marabunta de “lo nostro”, agravios comparativos y apelaciones al ser esto o aquello y el griterío del público presente en la sala de grabación. Y es que, en un debate público, me parece absolutamente irrelevante el sentimiento pertenencia de cada cual, si es sólo menorquín, o illenc, o español, o de paissos catalans, o europeo o todas esas cosas a la vez, que es lo más factible, pero es crucial que sepamos dónde estamos: en una comunidad fruto de una descentralización largamente soñada, y que a todos nos interesa que funcione, al margen de las esencias ( yo mismo no las tengo muy claras: aún siendo un hincha de la Menorca way of life, no me gusta el gin, ni los caballos, ni navegar ni se me caen las lágrimas con el “Escolta es vent”, así que ya me dirán ).
Y es que, parafraseando la popular sección de Es Diari, sorprende y no sorprende que lo que tiende a ocurrir en una tertulia es que los participantes aventuren diversas ideas y actitudes para ver qué efecto produce oírse a sí mismos diciendo estas cosas sin estar comprometido en absoluto con ellas. En el debate de marras oí defender, en pocos minutos, una cosa y su contraria por parte del mismo vociferante, como si todo el mundo sobreentendiera que lo que se dice sólo coincide con lo que realmente se cree por pura casualidad y que aquello no es más que un show para entretener al personal y no para ilustrarle.
Pero yendo al fondo identitario, cada vez resulta más pintoresco observar un mundo tan mundializado (lo de globalizado me parece un “palabro”), en el que, sin embargo, tantos se llenan la boca con “lo nostro”, nuestras raíces, que no nos cambien…ni una letra y miedo, mucho miedo al Otro. Todo esto tiene que ver con el denostado relativismo que es como el alcohol: en pequeñas y controladas dosis puede hacer la vida más llevadera, pero los colofones son harto peligrosos porque pueden llevarte a creer que no hay realidades objetivas y que tu opinión vale tanto como la del científico o el estudioso o que las personas normales ya sabemos lo que nos conviene, como gusta decir el jefe de la oposición española.
Pero eso es entrar ya en el capítulo de inquietudes, porque ya me dirán lo que puede traer consigo el concepto de normalidad, tan del gusto de las gentes de orden : normales son los que no enredan, los de las soluciones simples a problemas complejos, los que tiene clarísimo qué sentimiento patriótico es el bueno y cuáles los perversos, qué tipo de sexualidad es la aceptable, qué religión es la verdadera y por tanto recomendable (afortunadamente ya no la pueden imponer, como seguramente les gustaría), o para entrar ya en el capítulo de temores sin paliativos, los que tienen claro que todos los terrorismos son iguales y que todos los islamistas son terroristas en potencia.
Las recientes leyes restrictivas de las libertades en E.E.U.U “para poder luchar eficazmente contra el terrorismo” en palabras del cristiano renacido George W.Bush, son un torpedo en la línea de flotación del Estado de Derecho, cuya construcción tantas lágrimas, sudor y sangre ha costado al mundo occidental. Y mentiría si dijera que no se veía venir: hace ya más de un año hice referencia en mi dietario a la Teoría del Mal Menor de Michael Ignatieff, según la cual, los Parlamentos deben legislar los límites de los interrogatorios, porque se da por sentado que algo de tortura es imprescindible, o sea que sus señorías deberán decidir si son plausibles los vuelos del tour operador C.I.A o si apretarle los testículos a un detenido es legal o no.
Las consecuencias de disparates así son obvias, tanto en Guantánamo como en el caso más chusco y reciente, pero igualmente significativo, de ese profesor de instituto andaluz que fue obligado a bajarse de un avión de Iberia porque parecía musulmán, y ya se sabe, todos los terrorismos son iguales y todos los musulmanes (y quienes se les parecen, como yo mismo, “morenet” de familia) etcétera. Mal asunto cuando el miedo o, peor, o esa histeria llamada eufemísticamente corrección política, dictan las directrices políticas o condicionan las libertades democráticas, como ha ocurrido con las caricaturas de Mahoma, las declaraciones del Papa, o la más reciente suspensión cautelar de la ópera Idomeneo en Berlín. Como decían ayer mismo los guiñoles, nuestro preciado jamón de Jabugo corre peligro porque puede ofender determinados sentimientos. En fin.

En el plano doméstico, una perplejidad, una inquietud y un temor que, por momentos, se va convirtiendo en pavor, marcan el inicio del nuevo curso, porque estupefacto me tiene la actitud de la oposición conservadora en nuestro país en el llamado “Proceso de Paz”. Bien al contrario que en Gran Bretaña, donde todas las fuerzas políticas se unieron en el objetivo común de acabar de una vez por todas con el terrorismo del IRA, en un proceso que efectivamente fue largo (los primeros contactos entre John Hume y Gerry Adams duran de 1988 a 1993, y el IRA no anuncia que renuncia a la lucha armada hasta julio de 2005), duro y difícil (bomba en Canary Wharf, Londres, en febrero de 1996, entre otras zancadillas). Aún salvando las notables diferencias de fondo entre ambos procesos no es menos cierto que en cuestiones de procedimiento las similitudes son notables y, dado el resultado, cuanto más lo sean, mejor.
Ojalá Tony Blair, que visita España mientras escribo estas líneas, consiga convencer a su amigo de las Azores, Aznar, tan influyente aún en su partido, de la necesidad de mantener una postura razonablemente constructiva en este trascendental proceso que puede poner fin a cuarenta años de terrorismo en nuestro país sin más contrapartidas que las estrictamente necesarias (los familiares de las víctimas del IRA y los de una represión brutal tuvieron que tragar dolorosas excarcelaciones).
En cuanto a la inquietud, viene generada por la manifiesta incapacidad de la clase política en general de dar respuesta efectiva al desafío inmigratorio, seguramente porque para este problema no hay recetas ni de derechas ni de izquierdas, sino que simplemente no las hay, salvo el convencimiento sotto voce de que nada puede hacerse si no se mejora el nivel de vida en los países de origen. Tampoco Europa, que no sabe, no contesta parece tener idea de cómo afrontarlo, evidencia que no hace sino acentuar el corrosivo euroescepticismo que se extiende como una plaga. Y no digamos los norteamericanos, cuya más brillante aportación a la solución del problema ha sido la construcción de un gigantesco muro de hormigón en su frontera con Mexico.
Y vayamos ya con un temor que amenaza con convertirse en pavor en este comienzo de curso y que viene marcado por el fantasma del 11-M. Porque es más que preocupante asistir a la actual guerra de medios que ya es auténticamente de trincheras entre los dos principales partidos, entre grupos de comunicación y, lo peor de lo peor, entre jueces, etiquetados obscenamente de conservadores o progresistas, o ya calamitosamente, de fachas o progres de m.
Lo más inquietante es esa permanente insidia sobre presuntas obstrucciones a la investigación por parte del poder ejecutivo y del judicial, tenebrosas tramas conspirativas instaladas en el corazón del Estado, confabuladas con servicios secretos extranjeros y otros grupos terroristas para violentar el resultado de las urnas (nunca plenamente asumido), en pocas palabras, un constante cuestionamiento del Estado de Derecho y una profunda división ciudadana entre feligreses de las teorías de Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos y sectores del PP, empeñados en una conexión islamista-etarra que justificaría su convencimiento (¿deseo?) de que les robaron las elecciones del 14-M, y los ¿ingenuos? creyentes en la versión oficial, entre los que me incluyo, la que se basa en lo que parece una exhaustiva investigación policial y judicial y, por tanto, en indicios y pruebas objetivas. De resultar cierta la teoría conspirativa, deberíamos clausurar el Estado de Derecho y que el último apague la luz.
¿Queda algo para la esperanza en este final de verano? Bueno, pues, empezando por lo local, nos encontramos con el magnífico acuerdo entre instituciones y entidades ciudadanas para el dique de Ciutadella, ¡aleluya!, la continuidad del modelo menorquín de crecimiento, el único de las islas que trata de escaparse del monocultivo turístico, y para qué negar una mirada complaciente a la propia continuidad del proceso de paz en Euskadi (qui dia passa any empeny ), o a la intervención europea en el Líbano.
Menos da una piedra en tiempos de apocalipsis, como ese esperanzador “Elogio de la moderación política” que leía el pasado 28 de septiembre en El País: “Urge reconducir en este preciso momento el debate sobre la tragedia del 11-M a su lugar natural, la Audiencia Nacional…urge mirar el futuro del país desde posiciones dialogantes para mejorar la educación española y para terminar con el terrorismo…para llegar a acuerdos razonables y practicables acerca de la inmigración en España…convendría pedir sensatez a los nacionalismos vasco y catalán, que no son enemigos de España sino que expresan voluntades políticas soberanas legitimadas por las urnas…realidades con las que hay que dialogar y colaborar desde posiciones moderadas, liberales y no extremistas…por todo ello, la moderación política puede y debe ser cultivo universalmente aceptado en nuestra práctica pública si queremos mejorar España y la vida de los españoles”. Lo firma Joaquín Calomarde, diputado del PP al Congreso por Valencia. Pues eso.
(Publicado en "Diario Menorca" Octubre 2006)