sábado, octubre 25, 2008

De políticas Ikea y Garzonadas

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 25 octubre

16-X-08
Este verano Enric Juliana escribió un artículo en su periódico La Vanguardia titulado “El giro Ikea” que he recordado una y otra vez porque me parece una metáfora muy adecuada al momento político actual: Ikea es un fenómeno cultural, escribía Juliana: “Oferta variada, diseños agradables, precios asequibles y móntatelo tú mismo…El PSOE no ha virado a la izquierda. Ha hecho un giro Ikea: mayor variedad en la oferta de optimismo (pocas referencias a la crisis): precios muy asequibles (ninguna de sus propuestas en materia de costumbres cuesta un duro), un diseño vistoso (pellizcos a la Iglesia, a ver si Rouco salta), un poco más de feminismo, un poco más de todo lo que suena a radicalidad (memoria histórica). Y móntatelo tú mismo. Flexiseguridad, le llaman”.
Comentarios a modo de blog:
-“Optimista profesional” acaba de llamar Felipe González a Zapatero.
-La Ley de dependencia, estrella de la pasada legislatura, carece de la dotación adecuada.

17-X-08
Quiero que gane Obama pero no por prejuicios sino por juicio: la presidencia de Bush, la más ideologizada de la historia en un país tradicionalmente pragmático, ha sido también la más nefasta, y no sólo por sus aspectos más burdos, como los de sus descabelladas aventuras militares, sino por su pésima gestión económica, que a la postre estamos pagando todos. Pero preocupa el voto oculto de quienes en las encuestas prefieren no salir del armario de sus prejuicios raciales, el llamado “efecto Bradley” por el candidato negro a gobernador de California en 1982, a quien las encuestas daban ganador y perdió. Que ese Dios de sus billetes de banco en el que tanto creen los norteamericanos les ilumine…para no dejarnos a oscuras a los demás. Obama, por lo menos, no tiene línea directa con Jehová y es tranquilo y reflexivo. Algo es algo.

18-X-08
La extravagante aventura jurídica de Baltasar Garzón, tan jaleada por la izquierda mediática como vituperada por la del otro lado, justamente al revés que cuando iniciara hace años su causa general contra la guerra sucia ( entonces era el Juez Campeador), tiene todos los visos de acabar en un callejón sin salida. Y, como apunta Reyes Mate en “El Periódico”, nadie debería sacar pecho por la iniciativa del juez porque aquella tragedia nos pone ante los ojos nuestra inmensa responsabilidad colectiva, de forma no tan distinta de los alemanes, aunque suene duro.
La tan elogiada Transición, por su espíritu de concordia, tuvo un grave defecto: olvidó a las víctimas. Aquél era el momento de apoyar sin ambages a los familiares que tienen todo el derecho a honrar a sus muertos, proceder a una retirada efectiva de toda la simbología franquista de calles y plazas y a una declaración institucional inequívoca de rechazo a cuarenta años de represión y de reparación moral a las víctimas de aquel horror. No se hizo en su momento y ahora tenemos que conllevar garzonadas
Incómodo con el asunto estrella de los periódicos del domingo y visto lo visto con el Menorca Básket, decido cambiar contemplación televisiva del previsible nuevo fiasco por la degustación de las gloriosas empanadillas de verdura de Es forn de na María seguida de una cautelosa visita a S’Olla de Binisafuller, aprovechando el tibio sol dominguero y cumpliendo con la promesa hecha a Tronya y Allen de un cambio de aires. Encantado de vernos, el sol intensifica la actividad en su sala de máquinas y, ni corto ni perezoso, me zambullo en el mar que sigue a una temperatura muy agradable. Ellos, canes sibaritas, (y ellas, no se me vaya a mosquear la perra) ni por esas, prefieren vigilar desde tierra firme mis temerarias evoluciones marinas. Gloria de Octubre en Menorca. Desazón concurrente: la intuición de que posiblemente sea la última ocasión del año…

19-X-08
Mi querido y admirado Fernando Savater sigue en el candelero de los dominicales merced a su triunfo en el Premio Planeta. Hasta ahora el único planeta que había leído (en general, los premios no me inspiran confianza literaria) había sido precisamente el segundo de Fernando en 1993, cuando quedó finalista con Vargas Llosa, con “El jardín de las dudas”, una deliciosa remembranza de Voltaire.
Ahora vale la pena leer las siempre interesantes diatribas de Fernando contra presuntuosos y engolados en general. Valga esta perla, entre las declaraciones recogidas estos días: “No todas las personas serias que conozco son asnos, pero todos los asnos que conozco son gente seria”. También despacha el tufo de amaño que sobrevuela siempre al Planeta con cínica habilidad: “Todo el mundo sabe que esto es un juego al que nadie está obligado: que nadie se ponga la máscara de virgen ofendida”.
Los días que compartí con él en Menorca, years ago (en tres ocasiones distintas), fueron de los más burbujeantes de mi vida y, por supuesto, de los menos serios. Genio y figura de uno de los cerebros mejor dotados del país.

21-X-08
El asunto del barco abortista que pulula por la costa española actúa, en el oftalmólogo, como magdalena proustiana , y es que hace años, un barco ruso se paseaba por nuestro litoral ofreciendo tratamientos oculares “novedosísimos” para cataratas y dioptrías en general. El asunto nos emprenyaba asazmente por lo que tenía de competencia desleal, pero sobre todo porque el barco zarpaba y las complicaciones de sus “novedosísimos” procedimientos las teníamos que solventar nosotros. Claro que en este caso no hay problema de competencia desleal…por lo menos para la medicina pública.

23-X-08
Casa de citas.- “La fe o la falta de fe es o debiera ser el elemento más privado, más discretamente protegido de la persona humana” (George Steiner: “Los libros que nunca he escrito”. Edit. Siruela).
El mal tiempo no es asunto privado: nos confina a la auténtica dimensión de la isla.¿Como la “política ikea” a España?

sábado, octubre 18, 2008

Días de páginas salmón

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 18 octubre

10-X-08
Abre el curso el Ateneo y el dietarista inaugura su pantano tipográfico. Escucho por primera vez al nuevo alcalde (eso de “primer edil” me parece una cursilada) y me gusta lo que oigo: sencillo, sin adornarse, y al grano. Veremos. Josep María Quintana, a mi lado, me revela la cruda realidad:
-Éste acaba de certificar nuestra jubilación. Es un hijo de nuestra generación.
Luego Jorge Wagensberg nos aplicaría un lenitivo: Científicos y artistas se han fecundado mutuamente a lo largo de la historia, vino a decirnos. ¿Por qué no también políticos de nuevo cuño y calvos pensantes?

11-X-08
El fantasma de la ingobernabilidad acecha a nuestra comunidad. Con los conservadores machacados por sus propias y estremecedoras corruptelas (lo de las latas con dinero enterradas entre las coles es un auténtico esperpento) y la madona de Costitx cercada por parecidos avatares, el escenario de una disolución anticipada del Parlament no parece descabellada… Y no digamos de su corrosivo corolario: la creciente desafección de la ciudadanía por la cosa pública, prostituida por arribistas y rufianes.

12-X-08
La llamada fiesta nacional empieza chusca. Nada menos que con el jefe de los conservadores (el mismo que el año pasado, envuelto en la enseña nacional nos pedía fervor patriótico) revelando involuntariamente, en un rasgo que le humaniza, lo que casi todos pensamos pero que él, líder de la derecha, jamás debía de haber dicho: que los desfiles y demás pompas patrióticas (de cualquier patria) son un coñazo. Le faltó tiempo a la jerarca socialista Leire Patín para saltarle al cuello con una intervención tan hueca, engolada y demagógica que daba vergüenza ajena.Y es que la batalla de los políticos para separarse de los ciudadanos es porfiada.
Detalle para la esperanza: la espontánea (noble) defensa de Obama que desplegó su rival Mc Cain en un mitin del Partido Republicano ante la sed de sangre de sus bases. Tan inesperado como notable.

13-X-08
Estrambótica fiesta en lunes, sin playa (aún no me rindo)…y sin fútbol. Sólo nos queda Ocimax, empresa a la que debería concederse un premio por su utilidad pública ¡Cuánto ha hecho para mejorar la calidad del ocio de los mahoneses ¡ Me da escalofríos pensar en la era pre-Ocimax, en un fin de semana de febrero, con el viento ululando, las calles desiertas…! Pero es que encima tienen detalles, como el de sacar a uno en la crónica de una película e invitarle el día del estreno por su conocida debilidad por el director de la cinta. Bien, con mi agradecimiento a mi correligionario en Allen y buen amigo José Luis Portella, tengo que decir la verdad, porque, entre otras cosas, desde que viene apareciendo mi nombre incluido en la crónica me preguntan por doquier: me ha decepcionado profundamente “Vicky Cristina Barcelona”. Ya está, lo he dicho. ¿Acabo de abjurar de mi fe alleniana? No exactamente, anoche sin ir más lejos volvimos a ver en familia la deliciosa “Todos dicen I love you”…
Pero a Vicky… se le nota de lejos que es una película de encargo, su guión es apresurado (el trío me resultó indigerible y no por pacatería mía sino por extravagancia ajena), Scarlett Johansson anda perdida toda la película sin saber que actitud (artística) tomar, Penélope (magnífica en “Volver” y en “Elegy” de Coixet), demasiado histriónica, y Bardem, simplemente eficiente. El único personaje que se me hizo creíble es el de Vicky, la otra “estudiante”. No encontré las habituales sutilezas dialécticas de Woody. Pero en fin, con el genio neoyorquino me pasa como con Cruyff cuando deambulaba por el campo en sus últimas temporadas con el Barça. “No hace nada, sólo saca los fueras de banda”, me decían. “Sí, contestaba yo, pero cómo los saca”. Así es Woody, de quien espero ansiosamente la próxima.

14-X-08
Ahíto de lecturas de páginas salmón, llego a algunas conclusiones: no sólo ha fallado el Mercado en la madre de todas las crisis, ni Wall Street se ha llenado de bolcheviques. También ha pinchado el Estado, los Estados, como garantes del juego limpio, y nosotros mismos, hiperconsumidores compulsivos acostumbrados a tirar de tarjeta de crédito. No hay vencedores y vencidos como cuando cayó el muro de Berlín, en que los perdedores estaban perfectamente identificados: todos cuantos habían creído en la planificación estatal de la economía. Esta vez hemos perdido todos, convencidos como estábamos, y estamos, de que el único sistema económico capaz de generar riqueza es la libre iniciativa a través de un Mercado regulado por leyes claras.
Y curiosamente, cuando todos pensamos en metáforas más o menos salvajes como “tiburones”, “cuervos” o “buitres” para referirnos a la fauna financiera, resulta que el busilis del asunto es un problema de confianza… ¡Manda huevos!, que diría nuestro inefable Trillo. Bueno, si es así en un sistema fiduciario (de fe general en el papel dinero) empecemos por tomar alguna medida ejemplarizante con los que han roto la confianza, fundamentalmente los financieros kamikazes o los jubilados con paracaídas de oro, o los ejecutivos que para hinchar sus sueldos de platino manipulaban hipotecas y derivados… O los políticos que en plena campaña electoral ocultan o maquillan lo que se nos viene encima. ¡Hagan algo para que por lo menos podamos dejar las páginas de economía y volver a la literatura!

15-X-08
Europa es capaz de tomar medidas unitarias… ¡Existe! Aleluya.

Habemus selección

Publicado en "Diario Menorca" el viernes 17 de octubre

Conservo vagos recuerdos de la primera Eurocopa ganada por España, la del famoso gol de Marcelino. La presencié en casa de un tío que acababa de llegar de Estados Unidos con uno de los primeros televisores que se veían por aquí (el otro, el que entreveíamos entre profusas nevadas crepitaba en el local de la OJE en es Carrer Nou, mientras tomábamos uno de aquellos inefables bocadillos de berberechos que nos preparaba Pepe). Ni que decir tiene que me emocioné con aquel triunfo que, en mi mente de niño de post guerra, estaba trufado de connotaciones patrióticas, a la altura del “orgullo lasaliano” que nos infundían los Hermanos (alrededor del básket, bien es cierto).
Luego recuerdo con especial fervor el mundial del 66 en Inglaterra, visto también en el televisor del Carrer Nou ( todavía faltaban unos años para tenerlo en casa) y allí empecé a saborear el regusto de la decepción por la aportación de la Selección Española, trufada de grandes nombres: nada menos que los “italianos” Peiró, Suárez (el mejor jugador español de todos los tiempos, al menos por ahora) y Del Sol, los dos primeros en el Inter de Helenio Herrera y el tercero en la Juve, a los que había que añadir ni más ni menos que a Paco Gento, la “galerna del Cantábrico”, Amancio, etcétera. Viendo aquel fiasco empecé a relativizar los cromos de mis colecciones de estrellas…
A partir de ahí, me desligué sentimentalmente de una selección que jamás me daba una alegría mínimamente consistente, más bien con decepciones lacerantes como aquel clamoroso y legendario fallo de Cardeñosa frente a Brasil en otro Mundial. Y así hasta los albores del pasado Europeo en que se empezó a atisbar la luz al final del corredor: se empezaba a ver algo parecido a un equipo competitivo y además, con el estilo que me gusta: basado en la técnica individual y en el juego de posición, guardando en el baúl del folklore patrio la maltrecha “furia” que sólo había servido para inflamar la pluma de algún cronista con los hombros llenos de caspa.
Pero no me fiaba de la continuidad de aquel portento, pese a la soberbia victoria del pasado verano. Temí que fuera flor de un día, máxime con el cambio de entrenador. Pero ayer ante Bélgica, viendo la extraordinaria demostración de sentido de equipo, su poder de reacción, con una seguridad que se cimenta en Casillas, Puyol y Senna, la superlativa creatividad de Cesc, Xavi e Iniesta y el martillo pilón de Torres (nunca había tenido España un nueve tan completo) y Villa, viendo el espectáculo, digo, volví a emocionarme con la Selección y empecé a creer que esta vez sí es posible hacer algo grande en el próximo Mundial.

sábado, octubre 11, 2008

Química deportiva

Publicado en "Diario Menorca" el viernes 10 Octubre

Aprovechando una relación profesional con un significado jugador del Menorca Básket de la ACB, en plena pretemporada (preocupante por la ristra de derrotas) indagué sobre las posibilidades del equipo en la actual temporada.
-¿Cómo lo ves?-le pregunté a mi paciente.
-Depende de la química entre los nuevos y los veteranos, entre el grupo y el entrenador-me contestó sin vacilar.
-Pero…¿Qué sensaciones tienes?-insistí.
-La química, doctor, la química.
Y ahí lo dejamos. Luego he ido pensando en ello en algunas ocasiones, por ejemplo, viendo a mi Barça… o al Tottenham de Juande Ramos, por poner un ejemplo con mala pinta. ¡La química!, es decir, la empatía de grupo, el conectar anímicamente, minimizando recelos y tensiones, ¡la chispa!, que enciende un equipo, como aquel Real Zaragoza de los sesenta del pasado siglo (perdón por la batallita, les llamaban “Los Magníficos”) que, con cuatro saldos desechados por otros equipos, montó su abracadabra y cuajó, durante cinco o seis temporadas, uno de los mejores equipos que he visto a pie de césped…
¿Tiene buena química el Barça de Guardiola? Pues aún no lo sé pese a algunos resultados tan espectaculares como engañosos, como el 1-6 de Gijón o el loado 6-1 frente al Atlético en que todo rodó de maravilla desde el principio gracias a la inestimable ayuda de la singular siesta atlética. Penosos los partidos de Soria y frente al Rácing y no digamos el del Betis, con un equipo que perdió los papeles y un entrenador histérico en la banda que no hacía más que gesticular y ordenar cambios peregrinos. Me preocupan rasgos cruyffistas en Guardiola, esas alteraciones tácticas inexplicables como la última de la Champions en que finalmente se enderezó el entuerto gracias a la genialidad de su mejor elemento, y no a la química de grupo…
Había mencionado al Tottenham de Juande: ¿tiene otra explicación que la “mala química” su farolillo rojo en la Premier? La falta de sintonía entre los que estaban y los recién llegados, algunas ausencias significativas que a lo mejor “hacían grupo”. La química de mi amigo del básket, otra vez la química, la que desborda el equipo de Sir Alec Fergusson, más de veinte años en el Manchester United encadenando éxitos, allí está claro que el grupo funciona, tanto que ni siquiera ha creado excesivas tensiones el intento de fuga de su máxima figura Cristiano Ronaldo.
¿Y el Menorca Básket? Cuando vea de nuevo a mi paciente le diré que aquest any sí, que se ve una idea de equipo, ilusión, coraje. Le preguntaré de nuevo por la química para que me cuente algún experimento de laboratorio que corrobore mi intuición después el primer partido (obscenamente manipulado por los árbitros).
Y un estrambote físico-químico para terminar: los jugadores del Barça debieron ser sancionados ejemplarmente por sus carantoñas con los boixos nois en el desgraciado partido con el Espanyol. A esos energúmenos, ni agua, y mucho menos ofrecerles triunfos.

lunes, octubre 06, 2008

Buena noticia: podemos salir de las trincheras

Tribuna de "El País" (6-10-08)

Siguen cayendo certezas; el de Berlín no fue el último muro en abatirse, pese al optimismo antropológico de Fukuyama. La democracia liberal y el libre mercado han triunfado irremisiblemente, nos decía el teórico del Departamento de Estado norteamericano. Y vino la globalización con su euforia financiera, de la que participaron jóvenes líderes de la izquierda posible, como nuestro jefe de Gobierno, encantados del hábitat en el que se movían ("estamos en la champions de la economía", proclamaba hace bien poco un ufano Zapatero; "somos los mejores", acaba de decir en Nueva York, ante la perplejidad de propios y extraños), pese a contravenir sus convicciones y los más elementales principios de decencia que obligan (sobre todo a dirigentes "de izquierdas") a la contención (tanto en expresiones como en lujos suntuarios) cuando tanta gente está sufriendo los rigores de una desigualdad galopante entre grandes ejecutivos y ciudadanos de a pie, entre países occidentales y países del Tercer Mundo.
Ahora, con la caída del muro de Wall Street, son los liberal-conservadores quienes, ante el colapso financiero mundial, se abonan obscenamente a la intervención pública (privatización de las ganancias, socialización de las pérdidas, al fin y al cabo). Ante el estupor de la ciudadanía ajena a esos manejos de ingeniería económica, estupor que deviene en honda preocupación por su futuro, consciente de que cuando las altas finanzas estornudan, los ciudadanos pueden coger una pulmonía. En esas estamos, agarrados, para mayor befa y escarnio, a la "esperanza Bush", quien con su intervención en ayuda del sistema bancario de su país (¡quién nos lo iba a decir en el paraíso de la "mano invisible" del mercado!) intenta inyectar dosis masivas de tranquimazín a un mundo ansioso.
En el ámbito español, especialmente zarandeado por la crisis debido a las debilidades estructurales de su economía (excesiva dependencia del sector inmobiliario, carencias en I+D+i, déficit exterior), destacan algunas peculiaridades, como el empecinamiento de un Gobierno encantado de haberse conocido en navegar contracorriente y contra toda lógica con propuestas delirantes como las del cheque-bebé o los 400 euros o la recurrente tentación de nuestros políticos de izquierda y derecha de aventar el espantajo de la inmigración como chivo expiatorio, sin mencionar siquiera nuestro declive demográfico y su inocultable corolario: seguimos necesitando inmigrantes.
A finales del verano fueron el ministro Corbacho y el líder de la oposición Rajoy los patosos de guardia (por utilizar un indulgente eufemismo) encargados de introducir un argumento tan demagógico como distorsionante ( y peligrosamente inflamable), para calmar la creciente ansiedad de determinada franja de sus respectivos votantes, en un reflejo defensivo destinado a convertir Europa en una fortaleza inexpugnable para irregulares, ilegales, ilegalizables. Una situación bendecida por los partidos políticos dominantes que han abdicado de sus postulados humanistas para entregarse al populismo con su aberrante Directiva Europea de Retorno en unos momentos en los que si alguien va a sufrir con mayor intensidad los rigores de la crisis van a ser principalmente los inmigrantes, atrapados en una ratonera, al decir de José María Ridao (Claves, septiembre 2008), sin empleo y con dificultades para regresar a sus países de origen.
Hay también otras cuestiones preocupantes por lo que significan de merma en calidad democrática: el impresentable pasteleo de los dos principales partidos a la hora de conformar los nuevos (?) Consejo del Poder Judicial y Tribunal Supremo, la apología de la desobediencia a las leyes que promueven algunas comunidades autónomas regidas por el PP en lo que hace referencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, sin olvidar el retorcimiento del lehendakari Ibarretxe, siempre dispuesto a recoger las nueces del árbol que mueve ETA.
Pero no todo son zozobras ante el nuevo curso político: el nuevo talante de la cúpula rectora del principal partido de la oposición, que parece dejar atrás la teoría y práctica del Apocalipsis permanente con la que nos flageló en la anterior legislatura, invita al optimismo a los pesimistas radicales que al no esperar nada bueno nos conformamos con pequeños avances. Por fin parece posible que en nuestro país se empiece a hablar de Política con mayúsculas, abandonando las trincheras de los prontuarios de acción de los respectivos partidos y grupos de opinión dominantes, fuera de eslóganes y frases hechas y de trasnochadas taxonomías de "fachas" y "progres" que los últimos acontecimientos acaban de tirar por tierra. ¿No son, al fin y al cabo, los fachas neocon los que claman ahora por la muy progre regulación estatal de la economía? ¿No son nuestros progres de Bruselas quienes auspician directivas de retorno con tufo facha?
Esta nueva transversalidad en campo abierto es la que nos debería permitir hablar de inmigración sin llamarnos racistas, de la memoria histórica sin tirarnos muertos a la cabeza pero honrándolos a todos (que todavía no es el caso), de aborto y muerte digna sin llamarnos "asesinos" ni "meapilas", de organización federal (¿acaso no es eso el llamado "Estado de las Autonomías"?) del Estado sin apelar a sagradas unidades o tratar de romper la baraja al menor resquicio. ¡En fin, hay tantas cosas por hablar en nuestro país de países!