sábado, diciembre 26, 2009

Dietario navideño

publicado en "Diario menorca" el sábado 26 Diciembre

17-XII-09
Hijo y nuera se van de tournée navideña familiar y esta vez me siento más intranquilo que de costumbre. ¿La carretera, la nieve? Nada nuevo en estas fechas. Lo he vivido durante décadas cuando éramos nosotros los que nos desplazábamos. ¿Cuál es la novedad que me tiene en un sin vivir? ¡Es la abuelez, estúpido!, me digo. Y es que esta vez también se va Inés, mi embrionaria nieta, y la preocupación es triple, ¡triplísima!, la primera sensación navideña del año…
O quizá fue el otro día en una comida familiar, siempre la familia en estas fechas, cuando debatíamos algo relacionado con las tareas domésticas y, mi mujer, al quite, trataba de defenderme.
-Pues P. ayuda mucho-apuntaba ella, mientras este lletraferit ponía mentalmente el verbo en cursiva.
-Pues sí-enfaticé en plan kamikaze-, me encargo de esto, de aquello y de lo de más allá-a estas alturas de mi perorata ya había cerrado los ojos sabiendo lo que se me venía encima (hablar de ayudar en casa en presencia de una mujer reivindicativa es decididamente suicida).
-Esta es la gran diferencia-intervino por fin Ella sin pestañear-, los hombres podéis enumerar lo que hacéis en casa. Nosotras, ni sabemos.
La dulce Navidad, la apoteosis de los valores familiares, ya estaba ahí.

19-XII-09
Pero Navidad es también amor, alegría, emoción, nostalgia. Para el carro, hombre, la nostalgia es un error. Porque antes siempre trasteábamos, impotentes y frustrados, tras la grupa del equipo del Régimen. Ahora no hacemos sino ganar. Hoy de nuevo el Barça me ofrece un gran regalo navideño. Y se me pasa el rigor mortis en que me tenía sumido la gripe y el gol del Estudiantes de la Plata para dar paso al calorcillo hogareño propio de estas fiestas tan entrañables, etcétera. ¡La vida es bella! (sin necesidad de James Stewart),...pero efímera: pediré a los Reyes Magos una cura de desintoxicación de triunfos futbolísticos para aceptar de buen grado lo que tenga que venir. Porque el Maligno, encarnado en un portugués chulapón que parece salido de un chotis, acecha.

20-XII-09
Ni toros ni gaitas (gallegas): la unidad es España está garantizada por la Liga de fútbol. En lugar de consultas más o menos folklóricas, que se pregunten los catalanes en qué competición jugaría el Barça en el caso de una eventual secesión. ¿Qué sería del alma culé sin la visita anual al Bernabéu?, ¿qué sería de nosotros sin la posibilidad de expiar nuestras frustraciones en el Templo del Mal?
De todas formas, y volviendo a los toros: ¿Ha pensado alguien en la posibilidad de salvar lo mejor de la fiesta nacional suprimiendo la sangre?

21-XII-09
Volvamos al epicentro, a la familia, y su consustancial carácter ambivalente que destaca Pascal Bruckner en su último ensayo (“Le paradoxe amorourexEdit Grasset. Paris): a la vez refugio y calabozo, la alegría de sentirse querido y protegido y la desazón de presentir la amenaza de las peores abominaciones. ¡Ay ese amor familiar tan entrañable y que tantas veces termina abruptamente cuando el notario lee el testamento…! Pero no seamos agoreros y brindemos por lo mejor de todo ello.

22-XII-09
La Lotería y sus epifenómenos, otro signo inequívoco de la unidad patria: hoy no hay tertulias-excepto en Catalunya Radio, hélas-, sólo el sonsonete de san Ildefonso y luego, a llegar a casa, el consabido regadío con cava. Melancolía por el viaje planeado y ya perdido (¿New York, quizás?: a partir de determinadas edades sólo hay que releer…)

23-XII-09
Mañana es Nochebuena y debo transmitir buenas vibraciones. ¿Qué decir que no sea empalagoso tópico? ¿Qué postal escribir? Como casi siempre, acudo a los libros. Por ejemplo no encuentro mejor mensaje navideño que el que transmite Nelson Mandela, el artífice del moderno e integrador Estado sudafricano a través de su vida, novelada por el periodista John Carlin (“El factor humano” Galaxia Gutemberg): Tratar de ponerse siempre en el lugar del otro, quitarse el rencor de encima como quien limpia una huella en el espejo (la antesala ineludible del perdón), buscar la empatía de las pequeñas cosas para construir otras más grandes. Ese es el legado de Mandela y, al mismo tiempo, la postal navideña del dietarista.
Bueno si les queda un hueco en la biblioteca déjenlo para un libro de próxima aparición. Se titula “Inventario de perplejidades” y lo escribe un viejo amigo de ustedes que lleva más de cuarenta años importunándoles con sus cosas en estas páginas y que no es nadie sin su calor. De hecho es un friolero nato. Bones Festes a tothom.

domingo, diciembre 20, 2009

Cura de desintoxicación

Bueno, ya está. El Barça lo hizo de nuevo. Completamente al revés que en casi toda mi vida en que el sino era perder perder y volver a perder, y ver siempre la grupa del equipo del No-Do. Ahora gana, gana y gana incluso cuando uno ya ha arrojado la toalla y estaba ya con el paño de lágrimas en la mano. Muy bien, el año ha sido colosal, único, irrepetible, pero ¿Ahora qué?
Porque habrá que empezar a perder algo digo yo, máxime cuando vemos crecer implacablemente al Poder Blanco. ¿Y cómo se va a metabolizar eso después de tanto éxtasis victorioso? Los culés necesitamos urgentemente un centro de deshabituación al éxito. Y seguro que los hay : jamás hubiera sospechado que los hubiera para adictos al sexo (¿Cómo íbamos a pensar los hijos del franquismo que una actividad tan deseada como mitificada pudiera llegar a causar adicción?), y seguro que los hay para el éxito futbolístico. Si los madridistas hubieran recurrido a ellos ahora no sufrirían de ansiedad.

sábado, diciembre 19, 2009

Fusiones y corridas

¡Prisa se fusiona con Telecinco! ¡¡Con Berlusconi!! ¿Qué hace la empresa editora de mi periódico, el de los progres, relativistas,equidistantes, pijos, elitistas culturales y algún que otro masón uniéndose con el maldito bastardo!... ¡Es la economía, estúpido! La amenaza de bancarrota genera los más extraños compañeros de cama. Así es la vida en el turbocapitalismo. A mí, como socio inveterado de Sogecable, adicto a la televisión digital de pago, que me registren; siempre le estaré agradecido por tantos años de buena televisión, de películas sin anuncios, de buenos programas de jazz, por los asépticos informativos de CNN+, por haberme dado a conocer la Premier League. Sólo aspiro a que la calidad se mantenga y pueda mantenerme alejado de la otra televisión, la de las series clónicas y los estúpidos concursos, la de tomates y tertulias vociferantes. Con tan poco bagaje uno ya se conformaría. No están los tiempos para grandes expectativas.
Otrosí: Los toros. Hoy los diarios madrileños aprovechan la coyuntura de la iniciativa popular catalana para aventar de nuevo el nacionalismo español: "Cataluña prohíbe los toros para alejarse de España", "La Fiesta nacional en peligro" etcétera. Bueno, en principio parece que sólo se trata de una propuesta de discusión en el Parlament, impecablemente democrática, sobre la que los juicios de intenciones sobran. En segundo lugar, en Canarias sí está prohibida la fiesta y nadie se rasga las vestiduras. En pocas palabras, a mí no me gustan los toros como ningún otro espectáculo en el se martirice a los animales, no por ser profundamente español. Creo que está condenado a su extinción natural pero respeto las decisiones democráticas. No creo que haya por qué dar rienda suelta a la demagogia.

miércoles, diciembre 16, 2009

Conspiraciones

Inmersos en el caso Haidar, al que no se atisban salidas dada la intransigencia del gobierno marroquí y el papanatismo buenista del español, saltan otros dos asuntos con claras concomitancias, las casi simultáneas agresiones al primer ministro italiano Berlusconi y al periodista de Abc y TeleMadrid Herman Tertsch, ambas condenables como todo acto de violencia.
En el caso italiano, la crispación ambiental era y es evidente. Las peculiares maneras de gobernar de Il Cavaliere, confundiendo servicio público con negocio privado, manipulando leyes para conseguir su inmunidad en las múltiples causas que tiene abiertas, su escandalosa conducta con las mujeres etcétera ha generado un clima irrespirable, lo cual no justifica lo que parece la acción aislada de un perturbado ni la posterior reacción de los medios berlusconianos abonados rápidamente a la teoría de la conspiración rojo-laicista.
En el caso Tertsch, tres cuartos de lo mismo. Aunque no suelo ver TeleMadrid, sí leía a Tertsch cuando escribía en El País y lo sigo haciendo ahora en Abc. En cuanto a Wyoming, le veo ocasionalmente. Para hacerme una idea de lo ocurrido acudí a las fuentes, en este caso Youtube, para ver primero el video de Tertsch con su contundente "Mataría a 20 terroristas con tal de liberar a los cooperantes españoles". Bien nada sorprendente. Es un pensamiento muy arraigado en personas de temple autoritario, Thachter, sin ir más lejos, quien en una ocasión no dudó en "matar a varios terroristas" en Gibraltar para salvar-y lo consiguió- a unos rehenes... Lo que hizo Wyoming en su habitual sección "Videos manipulados", en la que suele cambiar las palabras de los oradores con sentido humorístico, fue poner en boca de Tertsch otros "posibles objetivos de su furor homicida", como Zapateros, etcétera. Una broma quizá un tanto pasada de rosca pero, en principio, no generadora de violencia contra el periodista, quien días después fue agredido a altas horas de la noche en un pub, en lo que tiene todos los visos de una pelea tabernaria. Sin embargo, el propio periodista (junto con la aguerrida presidenta de Madrid)lo atribuye a una conspiración de "antisistema, antifascistas, rojos, la Sexta etcétera", lo que le atribuye inmediatamente una condición de héroe "contra el pensamiento único zapateril" y demás tonterías.
En fin, que los países del sur de Europa seguimos siendo un foco de conspiraciones de toda laya. Aviados estamos

sábado, diciembre 12, 2009

¿Dónde jugaría el Barça?

Mañana se producirá, Laporta mediante, el evento consultivo "soberanista" en Cataluña / Catalunya. Decenas de ciudades y pueblos van a votar en referéndum oficioso-no es legal ni vinculante ni ilegal ni desdeñable- si ven su futuro fuera o dentro de España. Bien, particularmente no tengo nada que oponer a todo aquello que se haga sin violencia y con afán más lúdico que otra cosa. Y si un día va en serio y se produjera una mayoría clara en el Parlament sobre una hipotética secesión, podría pasar como en Quebec, donde los nacionalistas fuerzan una y otra vez una consulta-que allí sí es legal y vinculante- para separarse de Canadá. Claro que allí nadie se rasga las vestiduras al grito de ¡La patria en peligro!, y tienen un Tribunal Supremo que en vez de hacerse la dama ofendida va y legisla en el único sentido posible, el de la razón jurídica y la lógica democrática. Y así dictamina y crea jurisprudencia que para separarse de un país al que pertenecen desde hace la tira, debe haber una pregunta clara e inequívoca, nada de subterfugios autodeterministas o soberanistas: nos vamos o no nos vamos, una mayoría suficiente de convencidos (no la cuantifica, pero en todo caso debería ser superior a un 60%), y por último, ponerse de acuerdo con el resto del país para el "reparto de muebles".
Repito, a mí no me inquieta una hipotética salida de los catalanes de España. No creo en unidades sagradas ni mantenidas manu militari o por fundamentalismos constitucionalistas. Lo que me inquieta de verdad es , primero, que Laporta el presidente del Barça se signifique tanto en el momento más dulce de la historia de mi tribu deportiva, cuando es la admiración del mundo mundial. Puede desestabilizarnos y jamás se lo perdonaría. Y segundo: ¿En qué liga jugaría el Barça en el caso de un adiós a España?

lunes, diciembre 07, 2009

¡Todo gratis!

Un anuncio televisivo lo dice alto y claro: ¿Qué tiene la palabra "gratis" que enardece al personal? Pues ni más ni menos que éste se ha creído la milonga de la extensión infinita de derechos sin cortapisas ni deber alguno. Si la Educación y la Sanidad son gratis, por qué no la Cultura, se dice la ciudadanía cibernética. ¿Acaso no tenemos derecho al acceso a sus fuentes?
Una de las expresiones más preclaras del actual estado de cosas es la exigencia de la Internacional Internauta del acceso universal a los contenidos culturales de la Red de redes. Películas, música, libros, todo está ahí, en el ciberespacio, listo para tomarlo, como la fruta del Edén. ¿No tomó Eva la manzana? ¿Por qué no podemos bajarnos la película, el disco o el libro que nos apetezca? ¡Es la libertad!, exclaman ufanos los internautas quienes aconsejan a los autores "que se adapten a los tiempos" (en román paladino, que se apañen como puedan), como los pesqueros que frecuentan la costa de Somalia.
Y luego viene el típico discurso neoanarquista de las perversas intromisiones del Estado en el libre mercado, el regreso de Orwell y su Big Brohther, el Estado policial, la pérdida de la intimidad (privacidad, dicen ahora en spanglish), y el sursumcorda, obviando arteramente que la legislación europea incluye todo tipo de sanciones, incluidas penas de prisión contra quienes atenten contra los derechos de autor en el ciberespacio (en Alemania, sin ir más lejos, la ley prevé hasta tres años de cárcel por vulnerar los derechos de autor).
Quizás un ejemplo ayude a comprenderlo mejor: ¿Qué dirían los arquitectos si empezaran a colgarse sus planos y proyectos y la gente empezara a bajarlos para hacerse sus casas por el morro? Pues eso y cuidado con los cantos indiscriminados a la Libertad, tan superventas hoy día.
Ya sabemos que escritores y artistas son gentes de la farándula, o sea, de mal vivir, pero incluso gente tan poco recomendable tiene sus necesidades, es decir, sus facturas que pagar. Pequeño detalle.

sábado, diciembre 05, 2009

Achique de espacios

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 5 diciembre

La actual deriva de la vida política española está pidiendo a gritos un narrador que, al estilo de Javier Cercás en su magnífica “Anatomía de un instante” sea capaz de urdir un cañamazo que le dé sentido si es que es posible tan descomunal tarea, aunque si lo ha logrado con el galimatías del 23-F, quién sabe. Porque lo cierto es que sentido, ¿coherencia?, en lo que vemos y oímos todos los días, se advierte muy poco. Más bien parece un relato lleno de ruido y furia descrito por un idiota, que diría el clásico.
Es como si se hubiera producido una reducción del espacio del debate, al estilo de aquel famoso “achique de espacios” del entrenador argentino César Luis Menotti, mediante el cual trataba de que sus pupilos redujeran el campo de juego y, por tanto, margen de maniobra de su rival para un mejor despliegue propio cuando el balón fuera recuperado. Pero sólo parece cumplirse la primera parte del plan, y así nos encontramos, con un enjambre de piernas que dificulta y llega a imposibilitar el juego preciosista de algún iniesta capaz de sobrevolar la mediocridad y dar un pase de gol que ilumine nuestros atribulados corazones, tan ahítos de juego bronco como necesitados de talento ante el desolador paisaje, más propio de una novela de Corman McCarthy que de un país europeo.
El “achique de espacios” entre los dos grandes partidos es tan apabullante que, en lugar de internadas por los terrenos de la construcción de Europa, la inmigración, el modelo energético y productivo etcétera , apenas se atisban unos áridos brotes de anarquismo de derechas, con agrestes florecillas conspirativas y espículas antisistema, y por el lado opuesto, matojos de neopijismo progre enzarzados ambos en una maraña inextricable de discusiones bizantinas: apelaciones evanescentes a la “extensión de derechos”, a una “nueva economía competitiva basada en la competitividad en la que no haya vencedores ni vencidos” (sic JL R.Zapatero) o, por el otro lado, cantos elegíacos por la “Libertad” perdida que nos ofrecen una vaporosa receta basada en la bajada de impuestos y en la reducción de gastos sin especificar cuáles ya que, simultáneamente, no se paran en mientes a la hora de prometer el oro y el moro “social”, o sea, la cuadratura del círculo. Cualquier xavi empeñado en racionalizar el juego y conferirle imaginación quedaría inutilizado en semejante maraña.
El estado actual del terreno de juego, hecho un patatal por la crisis que no era, no hace sino favorecer el juego de los jugadores leñeros en detrimento de los talentosos. Así, asistimos atónitos a la entronización de la marrullería como bella arte, jaleada desde las respectivas trincheras como el summum de la operatividad. Ya vale todo, desde le gol con la mano (“es un juego de pillos”, dicen entre guiños cómplices), a las campañas de intoxicación gubernamental masiva con eufemismos sonrojantes, pasando por la intimidación de los árbitros / jueces, cuyos órganos colegiales son manipulados obscenamente, y la propagación interesada de teorías conspirativas que ponen en solfa las reglas del juego, que es como ponerlo todo patas arriba, tarea a la que aplica con denuedo la oposición desde que perdiera el poder.
Mientras el Barça y la Selección española triunfan por la artística calidad de su juego en el centro del campo, la política española se empeña en jugar por sus toscos extremos que no hacen más que lanzar centros prehistóricos que nadie es capaz de aprovechar: si se trata de la articulación de España, un extremo propone directamente un drástico “cepillado” autonómico y el otro te manda un melón soberanista. Si hablamos de una ley de interrupción del embarazo el extremo derecho te pasa una indigesta pelota llena de asesinos genocidas y el izquierdo un balón envenado de derechos infinitos sin deberes ni responsabilidades. Ahora mismo acabo de recibir un encendido mail que canta las bondades de la piratería informática. Los autores que se busquen la vida, viene a decir. Lo dicho, falta finezza. Aunque siempre nos quedará Messi.

sábado, noviembre 28, 2009

El rábano y las hojas

Menuda zapatiesta se ha montado con el editorial conjunto de la prensa catalana sobre la ¿inminente? sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Siendo discutible, como todo, el propio texto, su oportunidad en víperas de una sentencia, su misma unanimidad, para este comentarista nada patriotero (más bien alérgico a dioses y patrias), lo más preocupante es la desmesurada reacción de la brunete mediática madrileña, repleta de insultos y descalificaciones de grueso calibre, que llegan hasta la petición de cárcel por "intimidación al alto tribunal" que expresó el presidente del consejo editorial de El Mundo, ¡Collons! La estupefacción que algunos sentimos la expresa hoy con lúcido desenfado Enric Juliana en las páginas de La Vanguardia.
La articulación de Catalunya en España es la gran asignatura pendiente de nuestra democracia (el terrorismo etarra es un problema de orden público) y yerran el tiro quienes se soliviantan porque los catalanes se sientan "nación" y quieran plasmarlo en su Estatut o quieran proteger su lengua ( lo discutible en este caso es el "cómo"). El problema no es ese sino la pretensión de bilateralidad del Estatut en la relación de Catalunya con España. Esto es lo realmente grave...y serenamente discutible porque no hay Estado que pueda resistir diez, doce o dieciesiete bilateralidades. Sería una pena que España, nuestro país de países perdiera su enésima oportunidad de articular un federalismo que debe ser simétrico en derechos de ciudadanía y en la relación de sus partes con el Estado, pero que puede y debe ser asimétrico en sus competencias en razón de los puntos de partida de cada autonomía(unas tienen lengua propia y otras no, unas tienen concierto económico y otras no, unas tienen derecho civil propio y otras no etcétera). Por mucho que algunos se empeñen y se encabriten apelando a sagradas esencias, España no es Francia, con su sentimiento de grandeur compartido, y hay que apechugar con una realidad testaruda y complicada. Empeñarse en recortar lo accesorio, es coger el rábano por las hojas y acabar perdiendo el tubérculo.

miércoles, noviembre 25, 2009

Fútbol no es sólo fútbol

Permítanme que este culé irredento se explaye. Fútbol es fútbol, dijo Boskov,en un alarde de metafísica gallinácea, porque en realidad fútbol es más que fútbol. Por ejemplo, ayer, con el barcelonismo revisitando a sus fantasmas ante una hipotética eliminación europea y la semilla de la duda germinando. ¿Y si Pep se equivocó echando a Eto'o?, ¿y si el triplete no fue todo más que el sueño de una noche de verano y las cosas vuelven rápidamente a su sitio?
Pues no, el fútbol demostró ser más que un simple juego azaroso. Anoche triunfó el método, el trabajo...el estilo. Con las estrellas en el banquillo, Pep Guardiola dio una lección de la necesaria primacía del conjunto sobre las individualidades, la fidelidad a un estilo sobre falsarias razones prácticas, el llamado "resultadismo", la confianza en los chicos de la cantera sobre el talonario, y lo hizo pasando por encima del mito del "ganador nato" que creía ser ese apóstol de la racanería futbolístico José Mourinho.
Y el domingo viene "El Clásico", con un Real Madrid ahíto de las urgencias históricas que le ha traspasado el Barça, con urgente necesidad de borrar la afrenta de un triplete que, por pedigree le hubiera correspondido a él, pero al que ya no podrá aspirar esta temporada tras "el alcorconazo". Va a ser un domingo especial porque se enfrentan los galones de la aristocracia de toda la vida con la pujanza de la juventud y la fidelidad a una forma de entender el juego que ha dado la vuelta a la tradicional aureola mundial del club blanco. Hoy día, el club más admirado del planeta viste de azulgrana y lo es por por su inimitable estilo.
Bien, "El Partido" ya está aquí y, repito, es algo más que un mero juego, porque con el fútbol uno ve representados muchos aspectos de la vida, la suerte, la injusticia, la solidaridad, la venganza, el dinero, el coraje... Una narración enciclopédica en la que desfilan grandes categorías morales, como nos hizo ver Albert Camús, y enormes riadas sentimentales de alborozo o frustración, aunque haya mucha gente que aún no lo pueda entender.
El domingo, las zozobras de la vida, que no son pocas en estos tiempos turbulentos, se suspenderán durante hora y media, porque sólo existirá "La Zozobra" por el resultado. Y eso no es malo sino todo lo contrario, porque sus consecuencias", sean las que sean, serán insignificantes. Nada sustancial cambiará gane el que gane, ni en nuestras vidas ni en la propia competición. Así que salud y a disfrutar, que pocas oportunidades de soñar en cantares de gesta tenemos en este mundo caótico. Y por una vez en la vida, que gane el mejor.

sábado, noviembre 21, 2009

La ciudad que amaba a los columpios

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 21 noviembre
Suele ocurrir que la rutina obnubile nuestros ojos. Vamos de aquí para allá, trajinamos con esto o aquello, saludamos a diestro y siniestro (delicias de pueblo que uno echa de menos a los tres o cuatro días de un viaje cualquiera), sin apenas saber gran cosa del fardo que pueda llevar a cuestas el conocido/a. Y es que andamos abismados en nuestras pequeñeces, magnificadas porque son nuestras, y volvemos a casa para el reposo del guerrero / a sin casi haber prestado atención a nuestras andanzas callejeras.
Por eso es muy útil hablar de vez en cuando con gentes de fuera dotadas de curiosidad y perspicacia, capaces de descubrirte detalles de tu hábitat vital que uno de puro verlas las ha convertido en paisaje. Me pasó la otra noche cenando con un amigo escritor de la meseta castellana, viajero atento, observador sagaz con objetividad contrastada en sus libros de análisis de la realidad ibérica:
-Mahón sería una ciudad con encanto-me espeta-, pero los indígenas parecéis empeñados en una labor de destrucción de sus plazas más emblemáticas. Fíjate si no en la inhóspita Explanada, en la desolada plaza del rey Alfonso, en el mamotreto de la Miranda, balcón de la ciudad al puerto, en esos coches aparcados ignominiosamente en el centro de la plaza del Ayuntamiento…
-Sí, puede que tengas razón-balbuceé-, atragantado por un vino manifiestamente mejorable y su filípica. Como no le gusta hablar de su obra literaria, ni de fútbol ni mucho menos de la pornopolítica que nos asuela, tampoco tenía opciones de desviar la conversación que, por otra parte, me interesaba.
-Además-estaba lanzado-, tenéis otra costumbre curiosa.
-¿Ah, sí?-la verdad es que estaba ya entregado a su locuacidad.
-Sí, por cierto, ¿tenéis algún lobby de la industria de mobiliario urbano infantil con influencia en el Ayuntamiento?
-¿Eh, cómo, qué?- farfullé, desconcertado-. ¿Por qué lo dices?
-¿No te has fijado en la cantidad de columpios y artilugios para solaz de los niños que inundan la ciudad?
-Pues ahora que lo dices…
-Pues deberíais hacéroslo mirar porque es increíble. El viajero sospecha que tenéis una tasa de natalidad africana.
-Hombre, yo mismo voy a tener una nieta, sin ir más lejos, pero no creo que…
-Pues mejor para ella porque va a tener columpios por aquí, escaleritas por allá, lugares y más lugares donde gritar a gusto y no dejar leer el periódico a su abuelo. Por ejemplo, ¿qué pintan los dichosos columpios en una plaza tan coquetona como la del Bastión, con su muralla y sus terrazas? ¿Y en esas tanques fuera de cualquier circuito urbano?
-Sí, bueno, los niños podrían ir a la Explanada, que está a un paso.
-Por ejemplo.
Al día siguiente, quiere la casualidad que el primer paciente en la consulta sea un responsable de la cosa urbana, a quien le cuento la conversación de la víspera.
-Pues no, no me había fijado-me contesta.
-¿Y qué hacemos con el presunto looby?
-Crear una comisión, obviously.
Idò!

miércoles, noviembre 18, 2009

Ampulosidades

Viendo la farragosa untuosidad con que se expresaba ayer el presidente del Gobierno para dar cuenta de la liberación de los atuneros (¿furtivos?) del "Alakrana", me acordaba de otro ampuloso crónico, el ex ministro Federico Trillo cuando con untuosa dicción y fervor castrense nos relataba la heroica conquista del islote de Perejil, ¡Perejil español!
Pues ayer lo mismo. Oyendo a Zapatero, el no avisado podría pensar en un gran triunfo político.Voz ahuecada, emoción contenida, autoalabanza, ausencia de autocrítica... Para dar cuenta de que el Estado ha pasado por el tubo de los extorsionadores. Si cumplir todas sus exigencias piratas es una prueba "de que se han hecho las cosas bien", apaga y vámonos. Más bien parece un fracaso en toda regla del Estado de Derecho. ¿O no? Dicho sea sin pretender empañar la alegría por la liberacion, etcétera.

viernes, noviembre 13, 2009

Notas

Nota 1
El asunto del "Alakrana" recuerda cada vez más el del "Prestige". Y no porque ambos sean barcos en zozobras diversas (uno ya no es más que un peligroso pecio en el fondo del Atlántico), sino por sus connotaciones políticas. En el caso del petrolero naufragado en las costas gallegas se organizó la marimorena por el vertido tóxico de miles de toneladas de crudo que emponzoñaron las costas gallegas. En el "Alakrana", las consecuencias pueden ser peores aún porque están en peligro vidas humanas.
Lo que asemeja ambas situaciones son los errores políticos que las jalonan, y no dudo que en los dos casos no han faltado "gabinetes de crisis" y asesores de lo más reputado. En el caso del "Prestige", fue un grave error mandar el bajel a alta mar para que se hundiera, provocándose así un vertido descontrolado, que seguramente hubiera sido mucho menos lesivo si se hubiera llevado el barco a puerto, por muchas resistencias locales que hubiera habido.
Ahora, el error mayúsculo, al parecer patrocinado por la vicepresidenta del Gobierno Fernández de la Vega al empeñarse en el traslado a España de los dos bucaneros capturados, no ha hecho sino entorpecer una liberación de los rehenes que aún no se otea en el horizonte, para desesperación de sus familiares. Si finalmente ocurre alguna desgracia, no dudo que este episodio pueda tener parecida repercusión política que el del "Prestige". Ambos revelan la impericia de los últimos gobiernos de Su Majestad, de colores opuestos, por cierto.
Nota 2
Un post de ayer de mi amigo JMQuintana sobre al aborto se pregunta por el cambio de actitud de la Iglesia en relación al controvertido asunto. Calladita hasta ahora con la antigua ley, y ahora en cruzada permanente con la actual en trámite. ¿Qué diferencia hay para el católico entre una ley de plazos y la ley-coladero anterior? ¿Por qué tanta belicosidad ahora y la calma chicha de antes?
Tiene razón el bloguero, aunque yo prefiero enfocarlo de otra manera, pues los asuntos eclesiales me traen al pairo. El tema no es derecho a la vida sí o no, asesinatos o genocidios o el sursumcorda. El asunto es que ante la realidad social de un aborto, que siempre se ha practicado y seguirá haciéndose,¿ tiene que tomar cartas en el asunto el Estado democrático para regularlo de alguna manera o tiene que dejar que se siga practicando en condiciones indeseables y / o que la gente se las apañe para viajar a donde sí pueda hacerlo legal e higiénicamente? ¿Qué hacer con quien sea descubierto en flagrante delito si el aborto cae en la ilegalidad? Si se acepta que tiene que haber un mínimo de regulación podemos empezar a hablar de si es mejor una ley de excepciones como la anterior o una ley de plazos. Luego podemos discutir los plazos. Etcétera.

miércoles, noviembre 11, 2009

De alcorconazos y masturbaciones

Hoy me he levantado doblemente contento: como culé irredento ( es el único sectarismo en el que me reconozco) me alegran las desgracias deportivas de mi rival blanco, pero también como buen aficionado al fútbol, sin más, creo que la gesta del Alcorcón es una gran noticia, por lo que tiene de demostración de que el dinero no lo puede todo.
El Real Madrid no pudo soportar la riada de elogios mundiales que gestó la gran temporada del Barça y literalmente se volvió loco con un alud de fichajes disparatados para silenciar con su estruendo mediático los ecos del triplete azulgrana. Pues, hala, la primera en la cresta: no habrá triplete blanco... Y seguramente de ningún color. Tiene todos los visos de irrepetible.
La otra noticia del día es esa guía sexual de la Junta de Extremadura para que los chicos aprendan a masturbarse. Hombre, siendo positivo, peor me parece que durante tantos años se nos amenazara con penas de infierno por solazarnos con las manitas, o peor, para un hijo de oculista y aspirante a idem, con que nos quedaríamos ciegos, pero el asunto no deja de ser igual de chusco. Por lo que se ve la autoridad competente-eclesial antes, civil ahora-sigue obsesionada con lo mismo. Y nosotros a dos velas, antes porque nos ponían los codos en los guateques y ahora porque tienen jaqueca.

sábado, noviembre 07, 2009

La caza del "progre"

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 7 noviembre

De un tiempo a esta parte menudean los artículos y comentarios referidos a la maldad intrínseca de los llamados “progres” a quienes se atribuyen, como a Satanás, todo tipo de rasgos, últimamente una amalgama de características nazi-talibánicas dignas de una de esas películas de terror que hoy día copan las pantallas de nuestros cines. Sin embargo, cuando éramos jóvenes ser progre, molaba. Quienes adquirían esa mítica condición solían ser sujetos barbudos y con greñas, vestían trenka, acostumbraban a llevar Cuadernos para el Diálogo y / o Triunfo bajo el brazo y dormían bajo el poster del Che Guevara. Pero lo que de verdad les hizo legendarios era lo mucho que ligaban. O lo que se decía que ligaban, que en esas cuestiones, como en política, del dicho al hecho va un considerable trecho.
Algunos de ellos pasaron de la ensoñación a la praxis y bien es cierto que recibieron de lo lindo en comisarías y otros clubes de alterne de la brigada político-social franquista, mientras los apocados que simpatizábamos con ellos, veíamos, escuchábamos, callábamos y nos dedicábamos a preparar oposiciones como Aznar o simplemente a estudiar nuestras carreras. Pero unos y otros llevamos en volandas a Felipe a la Moncloa y fuimos pasando de apocalípticos a integrados y luego a difuminados, a medida que el Progre Máximo cazaba ratones con gatos de todos los pelajes y varios de sus colaboradores no se andaban con tiquismiquis en la lucha antiterrorista al tiempo que se hacían con una pensión extra para asegurarse una vejez saludablemente progresista.
Y colorín, colorado, podríamos sentenciar, de no ser por el empeño de los llamados “tanques de ideas” (think tanks) de la Internacional Conservadora en insuflarles aliento post mortem. Huérfanos de una ideología, más allá de la justificación más o menos cínica del sálvese quien pueda maquillado de amor irrestricto a la Libertad (o sea, a la no injerencia de los poderes públicos en la vida, obra y desfalcos de los ciudadanos emprendedores), rescataron Lo Progre como madre de todas las lacras que entorpecen la marcha alegre de la humanidad hacia el oasis turboconsumista -libertario. Y así nació la moderna caza del progre (también el relativista va de costado esquivando balazos), que enardece a tantos aspirantes a intelectual del siglo XXI, pese a que de aquellos chicos juguetones sólo quedan unos restos de neopijismo de apóstoles de derechos sin deberes adobado con un anticlericalismo de pandereta.
En la nueva teodicea del anarco-libertarismo de derechas que nos asuela pese a su fracaso histórico al ser el muñidor de la actual crisis económica y geoestratégica, ocupa un lugar estelar la defensa a capa y espada de la teoría de que la Cultura, la Justicia, ¡la Educación!, y el sursuncorda, siguen monopolizados por los progres (a quienes se uniría el nacionalismo periférico disgregador, siempre al acecho), desde el fatídico Mayo del 68 (Berlusconi, uno de los anarquistas de derechas más emblemáticos es uno de los principales propagandistas de la idea), y que hay que hay acabar de una vez por todas con tal estado de cosas. Y lo preocupante es que el discurso va calando cual lluvia fina a pesar de la evidente extinción de aquella raza de greñudos cosecha del 68, cuando, por lo menos, aquellos eran unos tipos realmente preocupados por la Cultura (con mayúsculas), básicamente antiautoritarios, nada nacionalistas y con unas ganas locas de marcha, fuera el lanzamiento de adoquines a la estulticia imperante o, como diría Woody Allen, ese intercambio de fluidos que llevaría de rebote a la revolución más importante del siglo XX, la irrupción de la píldora anticonceptiva.
Lo curioso es que donde los progres de antes reivindicaban imaginación, ruptura, libertad, aceleración vital, el pensamiento conservador impulsa ahora políticas de soltar cabos, eliminar barreras para el flujo del dinero, decisiones rápidas “sin complejos”, urbanismo creativo sin hacer caso a teorías apocalípticas como el calentamiento del planeta o timoratas como la conservación paisajística, así que no iría mal reivindicar un neoprogresismo de políticas más pausadas, más deliberativas, con controles eficaces de los flujos financieros y guerra sin cuartel contra la corrupción, protección del medio ambiente frente a furores depredadores, y elaboración de leyes capaces de proteger a los más débiles ( incluidas las lenguas minoritarias).
En pocas palabras, necesitamos nuevos progres, más templados que los de antes (¿más de derechas?), sin delirios de construcción de ningún hombre nuevo, bastante trabajo hay con tratar de mejorar lo presente, respetuosos con muchos de los logros de “la democracia burguesa y el capitalismo”, y defensores de unos valores y una cultura que se puedan desembarazar del abrazo del oso del entretenimiento, el espectáculo y el éxito fácil. Aunque se ligue menos.

miércoles, noviembre 04, 2009

El que se mueva no sale en la lista

Ya tenemos eslogan político para el siglo XXI. Al viejo y caduco (demasiado metafórico para tiempos de reality) lema acuñado por Alfonso Guerra de que "quien se mueva no sale en la foto), le sucede el rajoyano "las listas las hago yo", mucho más directo y, por tanto, contundente. Y así como a la gauche divine aquel exabrupto guerrista le sentó a cuerno quemado por tosco y marrullero, a la derecha sociológica le encantan los arrebatos de testosterona. "Golpe sobre la mesa", "no toleraré nunca más", " es la última vez" etcétera son algunas de las "conclusiones" del último cónclave del partido conservador español a raíz de sus últimas escaramuzas cainitas que no reflejan otra cosa que una lucha a muerte por el poder dentro del partido. Testosterona de salón y poco más. Y sin muchos resultados, Esperanza sigue incordiando, en espera del momento de poder degollar políticamente a Gallardón.
En serio: resulta deprimente para el ciudadano semejante espectáculo. Y es así no sólo por estética sino porque nuestro país necesita ahora más que nunca ( la inepcia gubernamental es flagrante) una oposición solvente y responsable y, lejos de ello no vemos otra cosa que navajeo, sonrisas dentífricas ( insisto, ¿de qué c. se ríe Camps?) y apelaciones a "lavar la ropa sucia en casa". Propuestas creíbles para los españoles, ninguna. En fin.

sábado, octubre 31, 2009

Brotes verdes (II)

Los pesimistas radicales que al no esperar gran cosa de la humanidad nos vamos conformando con pequeños detalles para ir tirando y por ello, tendemos a ver alguna que otra luz donde aparentemente todo es borrasca. Como por ejemplo en la actual ola de corrupción que nos invade. A saber:
-Puede producirse de una vez una catarsis nacional que ponga freno, social y legislativo a tanto desmán: de hecho la sociedad española, facturitas en negro aparte, no está instalada en las prácticas corruptas de otras latitudes.
-La transversalidad de la corrupción, tanto en partidos como en regiones, acabará, pienso, de una vez por todas con el "Y tú más". Ha quedado claro que es cosa de todos, no de un determinado partido.
-Las instituciones, la Fiscalía en este caso, quedarán reforzadas al comprobarse que se persigue por igual a tirios y troyanos.
-Se acabará de una vez la teoría de la persecución esgrimida con desvergüenza por el PP en el caso Gürtel, terriblemente lesiva para las instituciones.
Dicho eso, me voy a vomitar.

miércoles, octubre 28, 2009

Brotes verdes

No todo está tan mal, amigos. Ahí está el caso de esa doctora endocrinóloga capaz de reivindicar el ojo clínico en un autobús y diagnosticarle un tumor cerebral a una pasajera que luego trata de localizarla (parece que ya lo ha conseguido y han quedado para tomar café), a través de un periódico para agradecerle su desparpajo médico que seguramente le ha salvado la vida. Y qué decir del ejemplo del Alcorcón, capaz crear un agujero negro en el corazón de la Galaxia a pesar de su modestia...
Y tampoco hay que ofuscarse con lo de la corrupción. Antes se hablaba del oasis catalán, de su irredento nacionalismo disgregador y el sunsum corda. Ahora ya tenemos otro elemento de unión, además del campeonato de Liga: la tranversalidad del elemento corruptor y su extensión a todos los países del País. Bueno falta algún ayuntamiento de Vasconia, pero todo se andará. Por la corrupción hacia la sagrada unidad de la Patria única e indivisible en el afane. ¿Véis?

martes, octubre 27, 2009

Receso

A la vuelta de un garbeo parisino me encuentro, como no podía ser menos en nuestro país de países, con la política en llamas y con los diferentes chanchullos en ebullición. Corramos un tupido velo. En París se hablaba también mucho del affaire del hijo de Sarkoszy, pero también del aniversario de la torre Eiffel ( estaba hermosa por las noches con sus luces multicolores y su foco móvil) y también del cincuenta aniversario de Asterix y Obelix ( Uderzo firmaba ejemplares en los Campos Elíseos pero la cola era disuasoria ), y del concierto de Paco Ibáñez. Había también una exposición Vermmer-Rembrandt en la Pinacoteca Nacional, al lado de Chez Fauchon , la tienda gastronómica por excelencia ( ni que decir tiene que ante la aglomeración de amantes de la pintura optamos por entrar en Fauchon a comprar unos quesos ).
Da gusto reencontrarse con los bouquinistas y sus reliquias librescas en las orillas del Sena, comprobar que existe todavía la antiquísma Librería Shakespeare, y por supuesto los míticos cafés Flore y Les Deux Magôts, donde Sartre, Beauvoir y compañía calentaban la cabeza y otras cosas a los jóvenes, explorar a su vera la mítica librería La Hue, donde uno testifica la incesante vitalidad ensayística francesa... Y last but not least, volver a L' Ecluse, legendario "bar au vins", donde antes de una sesión de jazz en el Caveau de la Huchette, en plena Rive Gauche todo ello, tomarse "un peu du tout" en quesos, acompañado de una selección de vinos bordeleses, a un precio razonable . Montmartre, actual parque temático es absolutamente prescindible. Nada que ver con los años sesenta.
En fin, un relajo estimulante para enfrentarse a la realidad verdaderamente existente.

sábado, octubre 17, 2009

Cuestiones personales

Vuelvo de participar (sentado y con servilleta anudada al cuello) en las Jornadas Gastronómicas de San Luis ( fantástica la raya con alcaparras del artista Dani Mora) y al abrir el ordenador para repasar la prensa vespertina, el dinosuario todavía está ahí. Su llama Camps, don Francisco y preside la subprefecture de Valencia por voluntad popular. Pero ocurre que no lo puedo soportar(por eso he titulado este comentario "cuestiones personales, porque sé que se trata de una manía personal e intransferible). Me ocurre poco, en general soy persona tolerante e indulgente, pero de vez en cuando un personaje público se me atraganta y empiezo a desear que alguien lo defenestre. En general se trata de personas cursis y relamidas como Bono, a quien tengo que aguantar ahora como Presidente de las Cortes, pero me defiendo con el zapping: toma la palabra ese untuoso ( pegajoso, para qué vamos a edulcorar adjetivos) político y cambio instantáneamente de canal. Con Camps me pasa lo mismo: en mi vida he visto alguien más insufrible, bueno sí, quizás alguno de esos jesuitas que nos zarandeaban con sus amenazas de tormentos infernales... Esa sonrisa de hiena ( ¿de qué c. se ríe si las evidencias en su contra rayan la obscenidad?). Y por cierto: ¿Qué hacía Costa que no hiciera Camps con la pandilla de Correa?
Otro de mis personajes odiosos ( manías personales insisto) era el tal Montes que fusilaba partidos de fútbol con gracietas de lo más inane . Pero mira por donde, hoy surge la noticia de su inesperada muerte y claro está, se aparcan las críticas. Descanse en paz el creador del "tiki-taka" que popularizara aquello de que la vida puede estar maravillosa...
Y a estas alturas debe de haber terminado ya la "manifestación por la vida", esa a la que no acudimos las gentes de mal vivir que, aún abominando de las prácticas abortivas, abogamos por una ley razonable que las regule y que no mande a la cárcel a las desgraciadas que se someten a ellas ni a los médicos que las ayudan.
P.S. Este blog permanecerá en stand by durante unos diez días por cuestiones viajeras. Diculpen la interrupción.

sábado, octubre 10, 2009

Papanatismo planetario

El síndrome de Simon lo componen hombres solteros ( con horror al compromiso), inmaduros (¿pleonasmo?), narcisistas y obsesionados con el éxito...¿Le suena? Particularmente me siento cercado por una tropa de simones, maníacos también del culto al cuerpo y mitómanos por excelencia. ¿No es éste un mundo simónico, lleno de papanatas ? ¿Cómo catalogar si no a esos majaderos de la trama Gürtel capaces de vender su alma al diablo por trajes a medida, relojes de marca o fiestas de moqueta y caviar? ¿Y qué decir de los papanatas que afirman, ufanos, que esto carece de importancia a la hora de votar, que seguirán apostando por los suyos?
Pero lo que más me ha llamado la atención esta semana es la concesión del Nobel de la Paz a Barack Obama por sus esfuerzos en pro del diálogo. ¿Y por qué no el Nobel de Medicina por su reforma sanitaria light? Estamos ante una muestra de papanatismo planetario que pasa de la ilusión generalizada por el advenimiento de Obama ( después de Bush creo que nos hubiéramos conformado con cualquier cosa) a la aquiescencia acrítica y a la admiración mitómana, o sea infundada. Obama promete, pero de momento, poco más cabe poner en su acervo político. Además, se trata de un regalo envenenado que puede condicionarle a la hora de tomar alguna dolorosa, aunque insoslayable, medida.
¿Y qué decir de los papanatas sectarios que impiden un homenaje a Agustín de Foxá por "facha" o los comunicados de la Generalitat catalana en catalán ¡y árabe! o la exigencia peneuvista de presencia del ejército español en pesqueros vascos mientras abomina de maniobras militares en Euskadi, etcétera, etcétera. Menos mal que anoche vi actuar a una payasa y me divertí asazmente. Y es que sólo los payasos profesionales pueden salvarnos de tanta impostura. Por lo menos sabemos de qué y a qué van...

viernes, octubre 02, 2009

Esperando al Godot olímpico

Aquí estoy, con el ordenador sobre las piernas y ante la tele, siguiendo en directo las votaciones para elegir la sede olímpica de 2016, después de haberme ciscado durante todo el día en la omnipresencia mediática del acontecimiento. Es la condición humana, declaramos grandes principios pero nos dejamos llevar por las emociones colectivas. Sic transit.

Acaban de eliminar a Chicago (primera derrota del obamismo planetario) y Tokio y el fervor se desata en las calles de Madrid, ¡Diantre estaría bien eso de ganar, aunque sólo sea por ver a los españoles contentos en medio de tanta zozobra! Me iría bien a mí que aún no me he quitado cierto resentimiento antespañol por la negativa de los dos partidos mayoritarios a emprender acciones contra el maltrato de los animales en determinadas "fiestas tradicionales" que me avergüenzan.

Vaya, ponen anuncios. Abro el periódico prisaico: "La capital confía en ganar hoy el mayor pulso diplomático por unos Juegos" Jopé, ¿tan importante es eso de ser sede de unos Olympic Games? Claro, uno no puede evitar pensar en los graves problemas del planeta azul y no acaba de entender tanto despliegue. Aviones oficiales, hoteles, banquetes de tropecientos y su madre. ¿Y la austeridad ante una crisis que tritura puestos de trabajo como esa máquina de picar carne que hoy dibuja El Roto en El País?

Sigo hojeando( las hojas) u ojeando (echando una ojeada) el periódico y me llevo una gran alegría: Buena crítica a la última película de Woody Allen que se estrena hoy ("Si la cosa funciona"). No viene mal después de la decepción de "Vicky Cristina Barcelona", un bodrio impropio del genio cinematográfico que es Allen. Para sus adictos, su película anual es una especie de ofrenda religiosa, un rito al que nunca fallamos ( cuando no teníamos multicines y tardaban los estrenos, llegué a viajar en alguna ocasión para ver su película).

Nada que no dicen nada de la votación final. Sigo hojeando / ojeando: dos mosqueos, el de la insultante pensión del presunto vasco ese del BBV y el de la infame caradura del jesuítico presidente Camps y sus amiguitos del alma, el señor de luengos bigotes que le regala trajes, y el del juez "más que amigo" que le exonera de cuitas procesales, dos mosqueos, decía, y una perplejidad, la que me producen unos cuantos "abajofirmantes" (directores de cine de postín, con el inevitable Almodóvar a la cabeza) que apoyan sin reservas la impunidad del violador Roman Polanski... Vaya por Dios, parece que también firmó Woody Allen. Nadie es perfecto.

Bueno, parece que ha llegado el gran momento. ¡Río de Janeiro! Ni salida rápida de la crisis ni olimpiadas. El otoño va ser duro.

miércoles, septiembre 30, 2009

Requerimientos

Algunos blogeros infieren de mi último artículo una especie de elegía por la democracia. Nada más lejos de la realidad: la sigo considerando el peor método de gobierno...si exceptuamos todos los demás. El problema, o "mi" problema estriba en la pésima opinión que me ido haciendo sobre la actual generación de políticos españoles. Pero no pierdo la esperanza (ya es tener fe con los actuales parámetros educativos, lo reconozco) de que la cosa mejore, entre otras cosas porque peor ya no puede ir, tanto por parte del gobierno como de la oposición...
En cuanto a la sanidad, soy decidido partidario de una sanidad pública universal pero con matices, o lo que es lo mismo, con copago según renta. En su fórmula actual no es sostenible económicamente y jamás se solucionarán las listas de espera. Claro que esto conlleva más burocracia y seguimos sin un cuerpo administrativo solvente como en Francia

sábado, septiembre 26, 2009

Las tribulaciones de un votante perplejo

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 26 de septiembre 2009
La primera vez que oí hablar de urnas y papeletas tenía ya dieciocho años, cuando al martillo de herejes que nos gobernaba se le ocurrió convocar un referéndum sobre una eufemística “reforma política” que, entre otras cosas, se proponía colarnos de rondón una monarquía pasteurizada y liofilizada para un nuevo milenio, aunque más pronto que tarde resultó contaminada por virus y bacterias demócratas, liberales, masónicos, y relativistas, entre los más perniciosos. Mi padre, un tipo apacible y con escasa inquietud política, planteó, sin embargo, en un arrebato de dignidad la posibilidad de votar “No”, mientras mi madre, celosa guardiana de los valores de toda la vida, trataba de abortar la disolvente intentona de su marido con un encendido discurso sobre los desvelos del centinela de Occidente, trufado de sutiles amenazas domésticas.
En la segunda ocasión, pocos años después, estaba ya con la papeleta en la mano y una emoción parecida al día de mi primera comunión. Claro que, a la sazón, iba ya por los veintitrés o veinticuatro años, cuando llegó el momento de aquella primera penetración en las suculentas profundidades de una urna. Y eso que se trataba de unas elecciones a la presidencia de mi colegio profesional, vamos, como ir con velinas en lugar de hacerlo con aquella vecina de curvas sugerentes, pero en aquellos tiempos de ayuno, abstinencia y orquitis crónica, salirse por una vez del falaz onanismo era una victoria nada pírrica.
Estábamos entrando en tiempos melancólicos en los que las viejas seguridades y jerarquías se iban disolviendo mientras las cosas se iban haciendo democráticas y por tanto incoloras e insípidas, pero aún confiábamos en que la política democrática, conducida por nuestros chicos, antiguos colegas de trenka y pana, iba a salvarnos de injusticias e incertidumbres, que el país iba a funcionar, que llegaríamos por fin a la tierra prometida europea, y que podríamos exhibir las medallas ante nuestros hijos, liberados por fin de los traumas y miserias de nuestra infancia nacional-católica…
Lo que vino después es historia sabida: Felipe, cual mesías redivivo, lanzó su parábola de la caza de ratones por gatos de todos los pelajes y el apóstol Solchaga le refrendaba con aquella funcional consigna del “enriquecéos”. Los tiempos de la euforia perpetua, estaban servidos y tanto ex ucedeos como ilustres progres se pasaron con armas y bagajes a la teoría y práctica del Estado Mínimo glorificado por pentecostalistas y adventistas del séptimo día de allende los mares, para no entorpecer la alegre cabalgada del Mercado hacia el turboconsumismo. Luego vendrían el 11-S y el 11-M para despertarnos del ensueño colectivo, hasta que el estallido de la crisis económica nos introduciría súbitamente en los inquietantes tiempos del estupor cósmico.
Y así nos encontramos en esta reentrée otoñal en la que las políticas neoliberales “sin complejos” están descalificadas, convictas y confesas del descalabro económico y de haber azuzado todos los avisperos del mundo, mientras la progresía internacional no sabe ni contesta, y allá donde gobierna, como en nuestro país, no hace sino practicar el funambulismo sin red, bien con su delirante federalismo de bilateralidades múltiples, bien con una retahíla de medidas erráticas, evanescentes y con regusto peronista, para tratar de atajar la crisis, al tiempo que se adhiere, sin asomo de rubor, a las conocidas tácticas de intoxicación masiva, según las cuales no habría crisis, luego seríamos el país mejor pertrechado para capearla y ahora, mientras las democracias de nuestro entorno empiezan a avistar brotes verdes, nosotros nos encontramos ante un terreno yermo.
¿Y los otros? Ay, los otros, antaño fustigadores implacables de corruptelas ajenas y hogaño expertos en eyaculación precoz de tinta de calamar para camuflar las suyas. ¡Nos persiguen, a las trincheras, compañeros! Expertos en teorías conspirativas, patentan ahora una teoría de la persecución que causaría hilaridad si no fuera tan serio lo que nos estamos jugando, nada menos que la credibilidad de las instituciones democráticas. Pero a ellos parece irles bien así: sus bases son de una fidelidad berroqueña y les va la marcha. Pero al país no tanto, huérfano de una alternativa razonable y, por tanto, creíble, más allá de las consabidas (y demagógicas) rebajas de impuestos y de seguir atizando una y otra vez, con flagrante irresponsabilidad, los peligros del contubernio catalanista, tarea a la que suman entusiásticamente otros partidos de piñón fijo.
El corolario del actual estado de cosas, y cuando empiezan a oírse llamamientos a elecciones anticipadas, es que el higiénico dilema de “¿a quién votar?” se va convirtiendo en un aciago “¿para qué votar?”, absolutamente frustrante para quienes venimos de donde venimos y no pudimos participar en unas elecciones democráticas hasta cerca de la treintena. Pero, ¿para qué perpetuar la endogamia partidista y la actual política de trincheras?, ¿por qué tener que elegir entre la crónica inanidad político- intelectual del zapaterismo-leirepajinismo o el inveterado cinismo del rajoyismo-cospedalismo? Y esto no es lo peor, sino sólo el caldo de cultivo para lo pésimo: la emergencia de un berlusconismo a la española.

sábado, septiembre 19, 2009

¿Volverán banderas victoriosas?

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 19 Septiembre

Los avatares de los dos clubes de fútbol más importantes de España han centrado la atención periodística de buena parte del verano, precisamente la época en que su actividad principal está suspendida. Se han sucedido las manifestaciones de ansiedad en directivos y aficionados ante los rumores de llegadas de diferentes figuras del balompié, culminadas con delirantes muestras de histeria colectiva y con algún que otro disturbio al consumarse el colosal advenimiento de los nuevos titanes del Olimpo que no han dejado pasar ni dos minutos antes de estampar sus labios en el glorioso escudo de la entidad y prometer denodada y, si hace falta, heroica lucha en defensa de los gloriosos colores…Y “valores”, ha llegado a decir Valdano, el intelectual orgánico por antonomasia.
Semejante prodigio mediático debe de tener alguna connotación más allá del indiscutible efecto llamada del deporte-rey que lejos de decrecer con la llegada de la era virtual no hace sino aumentar su influencia. Buscándola con curiosidad de entomólogo, nos encontramos con una encuesta del CIS aireada hace unas semanas por La Vanguardia en la que se estudian las simpatías futbolísticas de los votantes españoles, revelándose que, mientras la izquierda manifiesta sus simpatías por el F.C. Barcelona (41.3% por un 18.8% que lo hace por los blancos), la derecha lo hace por el Real Madrid (50% contra un 20.3% que vibra con el Barça). También resultan curiosos otros datos: la izquierda se interesa por La Roja en un 35.0% mientras la derecha lo hace en un 65.1%, y la derecha parece irritarse más ante las críticas a su equipo que la izquierda (28.1% frente a 18.1%).
Prosiguiendo la investigación, se encuentra uno con un trabajo sociológico en la revista Claves (“La minoría dominante” Julio-agosto de 2009) en el que el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Carles Castro destaca la asimetría entre la solidez del voto conservador y la volatilidad del progresista así como la intensidad política y psicológica con que los potenciales votantes del Partido Popular viven sus posiciones ideológicas e identitarias. A la luz del trabajo parece como si el electorado progresista, por el contrario, fuera tibio y acomodaticio y reaccionara sólo en situaciones límite. Por su parte, el electorado conservador manifiesta una gran emoción (“emoción muy fuerte” en la encuesta) ante la bandera española o las apariciones de La Roja, y es que la identidad nacional parece constituir un elemento central de la fibra psicológica de estos votantes, según el profesor Castro.
Por otra parte, el inveterado observador de esta historia de un desamor, como llama a la relación Real-Barça uno de sus principales estudiosos, Julián García Candau, se da cuenta de que, aunque en situaciones límite, excepcionales, como ha sido la del histórico triplete o en el fichaje-antídoto de Ibrahimovic, la masa azulgrana es capaz de reaccionar intensamente, en situaciones de normalidad parece resignarse a la hegemonía histórica del club blanco, conformándose con las migajas que caen del permanente festín del mejor club del siglo y del cosmos, como alguna que otra Liga, ser Rey de Copas, una competición menor, varias devaluadas recopas, ¡aquellas copas de ferias! y alguna que otra champions (una cada treinta y pico años, para ser más exactos). Quizás por este fatalismo los culés se toman con laica resignación los períodos de sequía que, al fin y al cabo constituyen su hábitat natural, los que en realidad definen la metafísica del mes que un club, más allá de las consabidas gesticulaciones patrióticas.
No ocurre así en el mejor club del mundo-mundial, donde el peso de la púrpura y cierta representatividad en las virtudes nacionales / raciales, hace que se lleven muy mal los fiascos, que en algunos casos se interiorizan como una auténtica afrenta, como la que le ha infligido este año el desparpajo de Pep Guardiola, que ha roto todas la barreras con su arrogancia ganadora. No sólo se ha hecho con la Liga, Copa y Copa de Europa (ahora ya con el repoker de las Supercopas) sino que se ha permitido la madre de todas las ofensas, humillar al Coloso en su propio templo con una goleada contemplada con arrobo en todo el orbe por su singular maestría y urdida, para más inri, con chicos de la cantera, catalanes de nacimiento (¡Oh, cielos!) o de adopción, como el universalmente admirado albaceteño Andrés Iniesta. Ciertamente en la última temporada, Guardiola ha provocado en exceso al gigante dormido y por eso la reacción ha sido la que ha sido: rápida (para que no se hablara más del triplete), espectacular (una superproducción, según el retórico de guardia permanente) y apabullante (con todo el coro mediático nacional repicando campanas), con lo que por de pronto se ha conseguido lo que se pretendía: centrar de nuevo en ellos la atención mundial.
La razón última de la capacidad de arrastre de Real Madrid y F.C. Barcelona parece ser ese valor añadido de representatividad y trasfondo político-identitario (a veces subliminal) que el Barça siempre ha pregonado sin tapujos con su mes que un club (ahora incluso con un presidente manifiestamente independentista), y que el Real Madrid, sin llegar a reconocerlo pese a la marea de banderas rojigualdas que cubren su estadio en días señalados, no ha dejado nunca de llevar implícito, con ese convencimiento de representar las virtudes raciales, y de que tras alguna inevitable época de vacas flacas las cosas siempre volverán a su estado natural que es la victoria y la primacía absoluta (¿La mayoría natural?).
La realidad es que fuera de Barça y Real Madrid no hay salvación en el universo futbolero. La encuesta del CIS es clara cuando revela las simpatías de los españoles: 32.8% para el Real Madrid, 25.7% para el Barcelona para desplomarse a un 5.3 % para el Valencia (con sólo un 1.4% de ciudadanos de izquierdas), 5.1 % para el Athletic de Bilbao y un 4.3% para el Atlético de Madrid.
Según las últimas encuestas, por primera vez desde el 2004, los conservadores adelantan a los socialistas. ¿Tendrá ello reflejo en las expectativas futbolísticas? ¿Volverán banderas victoriosas al paso alegre de Cristiano, Kaká, y el Ser Superior? ¿Volverán las cosas a su sitio o proseguirá la afrenta?

miércoles, septiembre 16, 2009

Nihilismo juvenil

Lo más inquietante de las últimas algaradas juveniles no es la violencia expresada sino su absoluta falta de motivación, la indiferencia metafísica de sus protagonistas, lo que viene en llamarse "nihilismo". Pero lejos de las jeremiadas al uso, dos aspectos resaltan como polvos iniciales de los actuales lodos: la pérdida radical del respeto a la autoridad de padres y profesores gestada a partir del mayo del 68 que si tuvo aspectos positivos-la liberación sexual y/o social de la mujer, preferentemente-, los tuvo también enormemente perniciosos, como el que comentamos.
El otro aspecto es la entronización del alcohol como droga "bien vista", incluso como "necesaria" para desenvolverse socialmente. ¿Qué van a hacer los chicos si ven continuamente a sus padres con el guisqui a mano como si fuera una prolongación de su mano? De la misma manera que si la única "literatura" que ven en casa es el Marca lo más probable es que se hagan adictos al Sport por aquello de la "rebeldía", querrán imitar el desparpajo sobrevenido de sus mayores cuando llevan un par de copas.
Pérdida de respeto (¿sano temor?) a padres y profesores significa a la larga indiferencia hacia las instituciones; satisfacción aquí y ahora de todos los caprichos lleva a la pérdida del saludable sentido del aplazamiento, básica diferencia entre el cerebro ejecutivo del hombre y de los animales; alcohol "a tope" significa desaparición de las inhibiciones que hacen posible la vida en sociedad. En fin

domingo, septiembre 13, 2009

¿Tienen cataratas nuestras democracias?

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 12 septiembre 2009
Si parafraseáramos a Forges en uno de sus habituales recursos humorísticos, podríamos pergeñar uno de sus ejercicios de agudeza visual tratando de evaluar las causas de la creciente pérdida de definición de la imagen de nuestras democracias precisamente en tiempos en que la cirugía de las cataratas parece haber alcanzado sus últimos objetivos estratégicos. Porque, pese a los avances, las cosas se ven cada vez más borrosas, desdibujadas, como si la cámara de Woody Allen las deconstruyera. Quizá nos ocurre lo que a nuestros antiguos, incapaces de localizar la causa de la mala visión en el cristalino, órgano-epítome de la transparencia y la “mirada limpia”, capaz mientras es joven de enfocar correctamente mediante el mecanismo de la acomodación.
¿Acaso vemos nuestras democracias con los ojos de los présbitas en que nos hemos convertido con el paso de los años?, ¿o quizás nos ocurre como a los por otra parte sabios médicos de El Andalus, que localizamos erróneamente la borrosidad en un grumo fuera del cristalino? ¿Acaso les han salido cataratas a nuestras democracias? ¿En qué consiste este “grumo” que parece adherido a ellas y que nos hace mirarlas con creciente aprensión? ¿Caeremos en el error de nuestros antiguos de limitarnos a empujar el cristalino hacia el interior del ojo en quirúrgica técnica de avestruz o, siguiendo la estela de Daviel, el primer cirujano que lo extrajo, ya en pleno siglo XVIII, o intentaremos aplicar un remedio real y efectivo?
Para ponernos en faena, primero tendríamos que diagnosticarlo correctamente y no parece fácil, al tratarse de “una humedad espesa” y por tanto difícil de discernir su estructura, mezcla de corrupción y populismo, liviandad intelectual y cinismo jesuítico, eslóganes y espectáculo. Y en el epicentro del problema aparece un grumo en vías de solidificación formado por las elites de los partidos, grupos de presión y medios de comunicación afines que, alejados galácticamente de la ciudadanía, se recrean en ejercicios de autoestima ante el espejo, férreamente instalados en sus respectivas trincheras ideológicas.
¿Cómo operar eso? Lustro arriba lustro abajo, desde la posguerra europea, las cataratas se extraían in toto, mediante la técnica llamada intracapsular con lo que, además de los riesgos inherentes al arrancamiento del cristalino opacificado, el paciente, al quedar sin su lentilla natural precisaba culos de botella para ver con un mínimo de suficiencia. Es evidente que este cruento método se acabó en España en los inicios de los años ochenta, cuando el chusco cirujano del tricornio realizó su última y fallida intervención de lo que sería la variante quirúrgica de la política sin complejos que algunos han venido postulando en los últimos lustros.
A partir de esa década, el progreso resultó imparable, se empezaron a implantar lentes intraoculares, artesanalmente y con varios puntos primero, para abocar finalmente en la facomulsificación del cristalino, método actual, ultratecnificado, sin sutura y razonablemente seguro, que se ha convertido en el procedimiento quirúrgico de mayor influencia en la calidad de vida mundial y que viene a representar el final de la historia ya que por fin se trabaja capa a capa, tras fragmentar y comer el núcleo / grumo, limpiar los restos corticales y finalmente, antes de implantar la nueva lente, puliendo antes la cápsula de esas excrecencias que le han ido surgiendo con los años, como esa impostura de que las urnas redimen las corruptelas, o las derivadas de las servidumbres partidistas, las del circo mediático, o las que tratan de inhabilitar cualquier atisbo de espacio público, esencial para que la nueva lentilla se mantenga limpia y transparente.
Algunas historias han terminado, como trataba de explicar el casi siempre mal interpretado Fukuyama, como las de la controversia ideológica sobre la mejor o menos mala forma de gobierno, la democracia liberal, ya nadie lo discute ( salvo los Castro, Chávez, Ahmadineyad y otros adláteres más o menos grotescos ), y la relativa al mejor método de gestión económica, el mercado libre, que no libérrimo como ha puesto de manifiesto la actual crisis, pero continúan otras historias: los fundamentalismos, el terrorismo internacional, el calentamiento global, las pandemias, la manera de regular eficientemente el mercado, o los “grumos” de la democracia a los que a los que hemos ido aludiendo.
Pasa lo mismo en la historia de la cirugía de la catarata: ha terminado la historia sobre el mejor método de tratarlas, ya nadie discute que los sucesivos avances no serán más que variaciones sobre el mismo tema, pero surgen “otras historias” no menos inquietantes: la banalización de la cirugía ( hemos pasado del “puede usted quedarse ciego al “esto no es nada, una pasadita por el láser”), y cierta deshumanización mientras médicos y enfermos caen postrados ante el becerro de oro de una publicidad desaforada y de tecnología a veces redundante, impuesta por las casas comerciales y el papanatismo imperante en la actual sociedad hiperconsumista, más que por las necesidades reales…
Quizá se haga necesaria una moratoria, un Tratado de No Proliferación de Armas y Señuelos Tecnológicos para no marear la perdiz y volver al humanismo perdido, como en nuestras democracias puede que se haga imperiosa una corajuda defensa del espacio público, una apertura democrática de los partidos a la sociedad, una apuesta decidida por el periodismo independiente y de calidad que impida que las cataratas democráticas evolucionen demasiado, porque cuando ello ocurre y las estructuras del cristalino se licuan en un magma mórbido, (los oftalmólogos hablamos de catarata “morgagniana”), estamos ante una fuente de complicaciones. En política europea, descartada en su ámbito la cirugía radical, el resultado sería una catarata “berlusconiana”, de muy difícil tratamiento por sus fuertes adherencias. Cuidado con ello.

sábado, septiembre 05, 2009

Ni todos los animales ni todas las guerras son iguales

Ya lo decía Orwell en "Rebelión en la granja": "Todos los animales son iguales pero los hay más iguales que otros". O algo parecido, que me he venido a la memoria para satisfacer la curiosidad de algún comunicante por la opinión del bloguero acerca de la situación en Afganistán, o más bien de lo que pienso de la postura española y sus antecedentes...
Bueno, pues eso: todas las guerras son guerras pero las hay más guerreras que otras. Y me explico. La guerra de Iraq fue una guerra ex novo, es decir, provocada unilateralmente por la necesidad del presidente americano de entonces de dar salida a la ideología neocon del escarmiento además de otros inconfesables intereses económicos. Si George Bush escogió Iraq no fue porque quisiera eliminar a un malo sino porque era más fácil invadirlo y sojuzgarlo que a Irán o Corea, otros integrantes de su particular "eje del mal". La adhesión palanganera de Blair, Aznar y, no lo olvidemos, de Durao Barroso fue una ominosa vergüenza para Europa, además de un innecesario factor de división. Nada, más allá de lo dicho, justificaba aquella catastrófica invasión cuyas consecuencias seguiremos pagando durante décadas.
Sinceramente pienso que Afganistán es otra historia. Todos estábamos con EEUU tras el 11-S y hubiéramos entendido y apoyado una acción decidida contra talibanes y terroristas de Al Quaeda refugiados en las montañas de Afganistán. Pero, ante las dificultades operativas y, repito, la necesidad de dar un golpe de autoridad sobre el tablero internacional se prefirió acometer la locura de Iraq, dejando Afganistán a medias.Luego se solicitó ayuda internacional para intentar equilibrar al país, y en esas estamos. Creo que son dos casos totalmente diferentes. Y en este sentido, las responsabilidades de Aznar y Zapatero, totalmente distintas.

martes, agosto 25, 2009

Foros y otras algas

Publicado en "Diario Menorca" martes 25 agosto

Dejamos provisionalmente el muelle de la bahía para acometer una aventura insoslayable tras las valientes acciones del “Comando Binidalí”. Las noticias sobre la cívica retirada de algas en una de las playas más apreciadas como “zonas odoríferas”, nos animaron el otro día a bajar, con todos los pertrechos ad hoc (prensa deportiva, novela, sombrilla y sillas, por orden de importancia en época de fichajes). Claro que era quince de agosto y al pestazo de algas en descomposición se unió pronto el inherente a la masa corporal apelmazada en tan angosta franja playera. Pero constatamos que, al contrario que el mes de julio, arena, lo que se dice arena, haberla, hayla, por lo menos en los escasos huecos no ocupados por los tomos de Stieg Larsson. Perfume ambiental, también, pero el ecosistema es el ecosistema.
Al día siguiente, tampoco hablaban muy bien de ese copyright biosférico los restauradores de San Adeodato, donde su otrora blanca y suave arena ha sido sustituida (por la ignorante naturaleza, lega en razones económicas) por un ríspido macar, un inaccesible amasijo de pedruscos de todos los tamaños, donde cualquier tentativa de baño puede proporcionar una inolvidable estancia veraniega en un servicio de urgencias y el consiguiente master en “Cartas al Director” protestando por la espera tercermundista, etcétera.
Para recuperarme de la misión ecológica, bajo al puerto en busca de paz, me instalo en uno de los bancos de Cala Figuera, y me dispongo a leer el reportaje de Es Diari sobre el desarrollo de los debates en el Foro Menorca Illa del Rei que, bajo los auspicios del Ateneo y Editorial Menorca, impulsa el incombustible Paco Tutzó, y al que no he podido existir por razones profesionales (trabajar en agosto tiene sus servidumbres).
-A ver si no todo queda en retórica, los menorquines debéis actuar ya, de lo contrario el futuro puede zozobrar-me apunta R. catalán con casa en Menorca desde hace cuarenta años-. Desechar fundamentalismos ancestrales, como la oposición a los campos de golf…
-Bueno, yo estoy por algunos campos de golf, regados con aguas residuales, sin planes urbanísticos camuflados...
-¿Y la carretera?- me interrumpe con ganas de marcha.
-Pues, no, no me parece una buena idea el llamado desdoblamiento. Creo que el impacto ambiental sería excesivo y, además, no lo veo necesario. Con el desvío de Ferrerías, algunas acciones concretas en otros tramos, y la posibilidad futura de trenes eléctricos…
-Reducir trabas y burocracias que desincentivan a los emprendedores...
-Estamos de acuerdo, la seguridad jurídica es fundamental para los inversores: normas claras e inequívocas de obligado cumplimiento para todos (Por cierto: ¿cómo va a quedar finalmente la ya esquilmada lámina de agua del puerto de Mahón?). Pero también los empresarios deben poner de su parte, reinvirtiendo en sus negocios en lugar de exprimirlos, apostar por la formación profesional… Las instituciones deben reducir burocracias, mejorar las infraestructuras, tanto las de la era analógica como la digital, dar la batalla en el transporte aéreo… En pocas palabras, definir una nueva Menorca way of life que, sin perder de vista su peculiaridad frente a la balearización, se sacuda de encima sus tics antiturísticos y la sociedad civil su tendencia al suicida Pel que és Menorca n’hi ha prou.
-¡Idò!, fins l’any que ve…

-Feliz retorno a la devaluada normalidad.

jueves, agosto 20, 2009

Melancolia en Agosto

Publicado en Diario Menorca el miercoles 19 agosto

No sólo en otoño restallan los largos sollozos de los violines de la melancolía. También en el agosto menorquín y no sólo por los incesantes conciertos de verano. Es aquel rostro que se aproxima en el Moll de Llevant y te sonríe mientras intentas descorrer desesperadamente los cortinajes de tu memoria, descifrar esa mueca que vagamente te recuerda un gesto. ¿Quién se esconde tras semejante amasijo de arrugas?, ¿cómo me ha reconocido él de entre las mías?, ¿no me habrá confundido con el abuelo de otro? En otra ocasión es el hijo de aquel amigo desaparecido que te hace evocar recuerdos perdidos entre los pliegues de tu cerebro…
O una esquela en Es Diari como la del amigo Manolo Sánchez Rodrigo a quien nunca llegué a confesar (un paciente, un libro o los avatares de nuestro Sporting Mahonés copaban nuestras ocasionales conversaciones) que en buena parte me hice médico porque un día, en Fornells, me liberó de las púas de un erizo cuando yo era un niño que se propuso ser un día como él… Ahora, desde el Moll de Ponent levanto la vista hacia la antiestética mole de la vieja Residencia Sanitaria y me parece verle rodeado de pacientes anhelantes de consuelo, como ese mesías laico que siempre fue. También veo a Marieta Pelegrí, la gran patrona de la enfermería en tiempos heroicos siempre solícita y eficaz, o ahora a la auxiliar Esther, cuyos delicados y elegantes desplazamientos por la tercera planta conformaban una estampa de ballet mientras sus expresivos ojos emitían chiribitas de consuelo y amistad… Melancolía de tiempos médicos sin politiqueos ni marketing.
Intento recuperarme del spleen pero ya estoy a la altura de la desaparecida escalerita donde nos bañábamos de niños, a la altura del “Latitud 40º”, y me parece ver ahora el espectro de la osuna espalda de mi padre, el brillo nada luciferino de su calva:
-Oye, viejo -le digo en plena ensoñación-, por fin triunfan tus últimos objetivos militares…
Aunque no dice ni mu, continúo con mi desvarío:
-Sí, hombre, sí, tus nunca olvidados planes de fundar una célula de Al-Atchem-Idò (alérgicos a los adefesios), con la misión de dinamitar (en invierno) hoteles playeros… Parece que finalmente y sin violencias vamos a ver desaparecer monstruos hoteleros gracias a la estrategia gubernamental de Sostenibilidad de la Costa que se va aplicar de forma pionera en Menorca, para restituir y regenerar el litoral insular.
Aunque mi mujer, al verme hablar solo, asegura que cada día estoy más gagá, escucho perfectamente la risa sardónica del viejo oculista, quien no descansará en paz hasta que se dinamiten los hoteles playeros de Son Bou y Cala Galdana entre otros…
Cala Figuera luce esplendorosa bajo el magisterio estético de S’Illa del Rei iluminada (gracias, eternas gracias, Luis Alejandre por tu empuje cívico). Me siento en uno de los nuevos bancos de madera y pido disculpas a S’Illa por haber declinado la oferta de participar en su inminente foro sobre el presente y futuro de Menorca. Le explico (creo que algunos salmoneteros me observan asombrados: no es muy normal eso de hablarle a una isla), que habitualmente no pienso Menorca sino que la disfruto y, por tanto, no me siento capaz de pergeñar un discurso mínimamente coherente en tan pocos días. Sobre todo si mi viejo ullastre está permanentemente colonizado por vocingleras tropas aragonesas de todas las edades. En fin.

jueves, agosto 13, 2009

Lecturas de verano

Publicado en Diario Menorca el jueves 13 agosto 2009
He dado orden a mis asesores de imagen (vamos, los que manejan de verdad mi ordenador) que me den de baja en Facebook. Entré allí como pulpo en un garaje, ingenuo y desapercibido, y desde entonces recibo un aluvión de aspirantes a amigos / as a quienes debería contestar y no lo hago por falta de tiempo y / o ganas. Me pasa como con el teléfono móvil: no me da la gana estar permanentemente disponible, me agobia. No me gustaría parecer distante y/o antipático, pero ante la permanente amenaza de una intempestiva llamada no tendría ocasión de dejarme arrullar por el bisbiseo de las hojas del ullastre o de dejarme mecer por los augustos y sugerentes contoneos que pespuntean la ribera de la madre de todos los puertos.
Bien, prosigo mi periplo por el muelle de la bahía y me encuentro a L., quien pasea ostentosamente uno de los tochazos de Stieg Larsson. Como los que no me ven cara de matasanos me la ven de consejero áulico de Laporta o de lector compulsivo, a la altura de la sirenita me espeta:
-¿Qué te parece?
-¿El qué?
-Stieg Larsson-me contesta, como si me hablara de un viejo y común amigo.
-No tengo la menor idea-replico mientras echo una ojeada a una morena espectacular.
L. me mira con ojos desorbitados
-Pero, ¿cómo un lector acreditado como tú, que escribes libros e impartes conferencias no lees a un fenómeno de la literatura como Larsson?
Allí, ante la sirenita, siento que me invade la misma desazón que cuando compruebo en mi correo electrónico la incursión de una docena de solicitantes de amistad en Facebook o como cuando el verano pasado mi sobrino de cabecera se extrañó de que no conociera de nada a un tal Fran Perea, o cuando me siento incapaz de devolver dieciséis llamadas en mi móvil y opto por borrarlas.
-Bueno, cof, cof, verás…Me detengo. Cuidado. Iba a decirle que siento alergia a los bestsellers, pero me acuerdo de mi hijo, que me llama pedante a la menor ocasión…
-Mira, es que no me interesan mucho las tramas policíacas-contesto, satisfecho de haber encontrado una respuesta neutra.
-Pero hombre, Larsson es mucho más que eso. Deberías rectificar.
-Fuuu…-suspiro-, es que sus libros son muy gordos-digo con la expresión más contrita que puedo configurar, vamos, rebajándome hasta límites inconcebibles para un lector que se precia de haberle hincado el diente con fruición a Proust-, además, ahora estoy gratamente ocupado con nuestro paisano Cees Nooteboom y su deliciosa “Lluvia roja”-añado, con la esperanza de una indulgencia plenaria por aquello de la menorquinidad.
-¿Quién?
-Un amigo, profundo conocedor del alma humana, que nos regala imágenes insólitas de la vida menorquina a través de la palabra, como si en el intervalo de cada parpadeo, el viajero impenitente que es Cees fijara matices que a nosotros se nos escapan…
Pero a estas alturas de mi perorata el admirador de Stieg Larsson era una figura lejana y encorvada por el peso del libro, y el salmonetero estaba ya a merced del culé de guardia en el Moll de Llevant:
-¿Qué farem enguany?
Levanto el pulgar y la sesión mientras la luna llena de agosto riela sobre las aguas de Cala Figuera... Y vuelvo a acordarme de lo que escribe Cees, cuyo feraz jardín lluïsser (sin jardinero) le impide ver la luna. Para verla, dice, “tengo que acercarme al mar, de donde emerge grande y dorada, o aguardar hasta más tarde, cuando todo está en calma y silencio, y las luna ya muy alta baña todo el jardín en plata. Y entonces, por un instante, uno se siente capaz de beber esa luz…”

Cees Nooteboom... y Yating

Publicado en Diario Menorca el 4 de agosto 2009

Sentado en el muelle de la bahía, como Ottis Reding, hago una pausa en mi diario deambular por la madre de todos los puertos para recrearme en el reportaje que nos ofrece Babelia sobre nuestro candidato (in pectore) a Nobel, Cees Nooteboom, quien desde su casa de Sant Lluís explica sus vivencias viajeras y literarias: “Se levanta del asiento y sale al sol y a la brisa de su isla…en aquel jardín donde aún están las dos palmeras que plantó hace más de treinta años…Allí en la casa del gran nómada de entre siglos, marcada con el número 8 donde surgen, acaban y vuelven a nacer todos los caminos del mundo”
En mis tiempos de presidente ateneísta traté de llevar a Cees a la tribuna de la casa, pero quería darle el rango y solemnidad de una apertura de curso, y no pudimos congeniar agendas pese a los esfuerzos de Hans Rotters, amigo del escritor. Bien, creo que no podemos dejar pasar más tiempo al respecto: Cees merece, por la calidad de su obra, su cálida afabilidad y su querencia menorquina, un reconocimiento público a la altura de la grandeza de su figura. Y los menorquines aprovecharnos de ello: sería formidable poder escuchar de viva voz su experiencia de nómada del mundo y sedentario en Menorca.
Levanto la vista del periódico y me recreo en la contemplación del paisaje de mi infancia cuando, en verano, abría ojos y ventanas: la Isla del Rey, que este año por fin puede admirarse sin necesidad de escrutar entre los yates atracados. Y a eso iba, la nueva ordenación portuaria en la zona de Llevant despierta elogiosos comentarios entre los practicantes de mi deporte favorito de verano: pasear salmonete arriba, salmonete abajo, de Corea a Sa Colàrsega (bueno, seamos francos, mi mujer y yo nunca llegamos tan lejos, y expliquemos ya al no avisado que moll en catalán significa al mismo tiempo salmonete y muelle).
Practicamos yating, morboso deporte( por lo menos en tiempos de crisis) que consiste en observar lo bien que viven los que viven realmente bien, con los marineros (y marineras) de sus embarcaciones sirviéndoles una botella de albariño perlada de fresco rocío, mientras ellos miran sin mirar a los salmoneteros como quien ve llover parapetado tras los cristales de su imponente mansión. El mundo es así, hermanos, parecen decirnos, más vale que lo aceptéis de buen grado. Pues esta temporada, el yating se ha desplazado al nuevo muelle de S’Espigó donde proletarios isleños y del planeta Tierra caminan unidos en el jadeo, recomponiendo la imagen de los niños de Dickens apostados en el escaparate de una pastelería. En fin.

sábado, agosto 01, 2009

Articulismo (The end)

Concluimos el "Taller de Articulismo" y me remonto al primer consejo útil que me dieron a los doce años, cuando colgaba mis crónicas futbolísticas de los tablones de anuncios: antes de escribir, lee, lee mucho. Y así empecé a hacerlo de forma metódica, casi nunca compulsiva hasta hoy mismo, en que bajo el árbol centenario termino "Ana Karenina", una imperdonable laguna en mi historial lector, como lo fuera "En busca del tiempo perdido" los veranos anteriores.
Hablo también del ojo clínico para explicar el advenimiento de una idea de artículo: la puesta en marcha simultánea de varios circuitos cerebrales que relacionan unos casos clínicos con otros, experiencias vividas, diferentes lecturas, intuiciones, y replanteo dos preguntas básicas a la hora de escribir: ¿Tengo algo que decir que no se haya dicho de tal o cual asunto?, ¿puedo repetir algo con un sesgo original?
Me refiero luego al "periodismo sin periódicos" que se dice que viene, dada la triple crisis del periodismo tradicional a que hacía referencia el domingo pasado Milagro Pérez-Oliva, Defensora del Lector de el diario El País, la propia del descalabro económico, la crisis del modelo industrial con la eclosión de los diarios on line, y la de credibilidad de los periodistas a quienes la gente ve formando parte de un grumo con las elites sociales y las de los partidos. No hay más futuro para el periodismo tal y como lo conocemos que la calidad en los análisis y la dignificación de la profesión periodística, que pasa, inevitablemente, por una adecuada remuneración.
Me refiero luego a la importancia de las formas, tando de respeto al idioma (homenaje al inolvidable Lázaro Carreter, cuyo libro "El dardo en la palabra" sígue siendo imprescindible) como las que hacen referencia a la dignidad de las personas (no todas las opiniones son respetables, las personas que las emiten, sí) y al papel esencial del matiz frente al auge de los discursos jaula ( "los impuestos son un expolio", "todos los políticos son iguales", "los nacionalismos ajenos son malos y el mío bueno y natural", etcétera).
Por último aconsejo no buscar sólo aquellas opiniones que corroboran nuestros prejuicios sino abrirse al que opina distinto y a la posibilidad de que nos convenza si sus argumentos son más sólidos que los nuestros; está bien tener convicciones, pero no hasta el punto de no admitir evidencias en su contra.Investigar, cual zahorí el curriculum de quien escribe una tribuna supuestamente sesuda ( hoy día proliferan los pretendidos científicos o historiadores que dan gato por liebre). Finalmente abogo por la inclusión de la lectura de la prensa diaria en los colegios, incluyendo naturalmente, todo el espectro ideológico, lo que de paso llenaría de contenido plural la controvertida asignatura de Educación para la ciudadanía".
Como colofón al cursillo leo varios pasajes de la madre de todos los artículos. el "Vuelva usted mañana" de Mariano José de Larra y expurgo mis propios recortes-joya de artículos aparecidos en prensa nacional en los últimos treinta años y que como obras imperecederas que son aguantan impertérritos las heridas del tiempo.

domingo, julio 26, 2009

Articulismo (part two)

Prosigue en el Ateneo de Mahón el "Taller de Articulismo". El director del Diario Menorca explicó el manual de estilo de su periódico, Juan Luis Hernández expuso una didáctica lección del buen escribir y uno, telonero y con el temario ya muy acotado, se dedicó a prevenir contra algunas lacras del escribir periodístico, colonizado por los falsos amigos, esos infiltrados de otros idiomas, ingés casi siempre que empobrecen el nuestro: ejecutivo agresivo por emprendedor, confrontar por cotejar, convencional por tradicional, evidencias por pruebas, evento por acontecimiento, nominado por propuesto, privacidad por intimidad...
También expuse una lista de tópicos, como la actualísima serpiente multicolor en el Tour de Francia, los cálidos aplausos, el encuentro no apto para cardíacos, los denodados esfuerzos, las espadas en todo lo alto, y recordé los deliciosos tópicos de otras épocas como la pertinaz sequía o el complot judeomasónico, lo que fue tomado por una aguerrida asistente como falta de respeto al "régimen anterior". En fin.
Finalmente hice hincapié ( sería redundante escribir, como se hace "especial hincapié) en la moda de los archisílabos denunciada por el profesor vasco Aurelio Arteta, según la cual las palabras se estiran cursi e innecesariamente: así se escribe ejercitar por ejercer, complementar por completar, problemática por problemas, señalizar por señalar, intencionalidad por intención, necesariedad por necesidad, obligatoriedad por obligación, peligrosisdad por peligro, sobredimensionamiento por exceso, finiquitar por terminar, emotividad por emoción, etcétera etcétera.
También propuse tratar de huir de trincheras sectarias, pero esa será una historia para la última sesión.

jueves, julio 23, 2009

Los peligros de la red

En el curso sobre "Articulismo" me referí también al "nuevo periodismo" de la red, los blogs, sus pompas y sus obras. Fantástica herramienta, sin duda, pero harto peligrosa, por el maremágnum informativo (¿cómo seleccionar?) y por la opacidad de muchas fuentes.En los blogs, interesantísimos en su misma interactividad, se cuela la hidra de los anónimos que, aprovechando su impunidad se dedican a introducir la insidia o sus rencores y neuras personales.
Este blog, que ha preferido mantener abierta la participación, ha sido colonizado por algún elemento perturbador que no deja de gotear sus obsesiones y falacias.
Como la de que este bloguero pertenece a la "clase acomodada", vamos, poco menos que aristócrata de casino y sacristía o ricachón pijoprogre o lo que se le ocurra en cada nueva ocasión. Pues se equivoca de plano el insidioso, y deseo dejar constancia de ello para eventuales visistantes del blog de fuera de la isla: jamás he pertenecido a dicha clase. Mi padre fue un médico de pueblo que vivió de ello, y no dejó herencia alguna. Tal es así que, fallecido mientras me hallaba en plena carrera, tuve que completarla con becas y trabajos de verano. Todo lo demás, una vida cómoda, pero no acomodada, me la he ganado trabajando, sin contar con otros recursos. Por otra parte, lo que pienso, digo y firmo es de mi propia cosecha. Jamás he pertenecido a partido alguno ni he gozado de prebendas públicas.
Dicho sea a beneficio de inventario.

lunes, julio 20, 2009

Articulismo

Debatimos sobre "Articulismo" en el Ateneo de Mahón, bajo los auspicios del Diario Menorca. Me corresponde hablar de mi experiencia de más de cuarenta años redactando columnas , y lo primero que digo es que no tengo ni idea de cómo las escribo, simplemente me salen. Creo que es algo parecido al llamado ojo clínico que en medicina es la activación simultánea de varios circuitos neuronales en los que se entremezclan casos parecidos, lecturas, experiencias y de allí surge la chispa del diagnóstico certero en medicina o de un artículo medianamente potable en periodismo.
Bien, dije que no sé muy bien cómo los redacto, pero sí tengo una idea más o menos clara de lo que tiene que ser un buen artículo. En primer lugar, su autor debe tener algo que decir y saber decirlo, en segundo lugar no debe pretender decirlo todo so pena de dejar para el arrastre a sus hipotéticos lectores, en tercer lugar debe utilizar el factor sorpresa para evitar el aburrimiento, y no puede faltar un ingrediente básico: el humor, la auténtica poesía del artículo, el género periodístico más libre y en el que el estilo marca la pauta (cierto grado de ombliguismo del articulista es inevitable, al fin y al cabo es su visión del mundo).
En cuanto a peculiaridades menorquinas expuse (originando una interesante discusión) la necesidad de seleccionar y pagar a los articulistas (cosa que no sucede), como vía imprescindible para la dignificación de su trabajo, así como la transversalidad de sus medios de comunicación: quien escribe en un medio nacional sabe qué tipo de público le va a leer. Aquí te va leer todo tipo de público, con los malentendidos que este hecho puede suponer... Seguiremos.

domingo, junio 28, 2009

Los "polacos" y su corazoncito

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 27 junio
Una vez, en un restaurante de una ciudad española de cuyo nombre me acuerdo perfectamente pero me reservo, estaba charlando con mi hijo de nuestras cosas, cuando empecé a observar algunas gesticulaciones hostiles hacia nosotros en una mesa vecina. Presté atención: “Esos polacos qué se creen”, decía una de las dos mujeres que nos interpelaban. “Están en España, al fin y al cabo, no tienen por qué dar la nota”, corroboraba la otra. La cosa fue subiendo de tono hasta que, a pesar de mi natural apacible, les lancé un bufido disuasorio (“Tú a lo tuyo” creo que le dije a la que estaba perorando), lo que provocó cierto revuelo en el local, que no llegó a mayores pero nos agrió la comida. Podría haber sido peor: si hubiera estado hablando catalán con mi padre, unos pocos lustros atrás, hubiésemos acabado en comisaría con la etiqueta de subversivos, separatistas o algo peor. El asunto, es que recuerdo esta anécdota cada vez que oigo hablar de lenguas comunes, propias, oficiales, imposiciones, derechos de hablantes, de territorios, y las trifulcas consiguientes.
Y conviene hacer aquí un inciso: no comulgo en absoluto con esas, para mí estrambóticas, teorías lingüísticas empeñadas en crear sublenguas, es decir, la mía, según ellas, sería “el menorquín”, “mallorquín” en Mallorca, ibicenco en Ibiza and so on. Éste es el primer equívoco que conviene deshacer, porque sin unidad lingüística es imposible que una lengua sirva como instrumento cultural y por tanto quedaría relegada a un zoo académico. ¿Qué pensarían los castellano-hablantes si empezaran a escuchar apelaciones al “andaluz”, el murciano” el “leonés” o a la “lengua manchega”? O si se les instara a escribir en las “diferentes modalidades” de castellano. No entremos en el porqué surgen esas aberraciones, nos llevaría demasiado lejos y no es el objeto de estas reflexiones. Vayamos con el tema estrella: lenguas y territorios.
Es tan evidente que las lenguas son de los hablantes y no de los territorios como que no tiene por qué haber territorios con unos supuestos derechos y otros no. Por ejemplo, Cataluña (y su ámbito lingüístico) y España. Se reclaman para ésta última unos derechos indiscutibles en todo su territorio y esto entra en conflicto donde se habla catalán (y en otros, evidentemente). Así, los castellano hablantes tendrían derecho a ser educados en su lengua materna en todo el territorio llamado España pero a los ciudadanos de habla catalana se les discute (y vitupera acerbamente) su voluntad de educar vehicularmente en catalán en su zona de influencia lingüística. Sí, ya sabemos que Cataluña es España, y por tanto… Pero: ¿Por qué España no acaba de hacer suyas las otras lenguas españolas como nosotros hacemos nuestro el castellano, tanto que muchos lo convertimos en nuestra principal lengua de expresión pese a que hablamos otra?
Creo que ahí está el busilis de un asunto que quizá no pueda entender un alemán o italiano, ciudadanos de naciones surgidas de la diversidad no hace tanto, pero unidas fundamentalmente por una lengua asumida como común porque lo es. El caso español es manifiestamente diferente y a buena parte de su ciudadanía le cuesta asumir lo obvio: que en algunos de sus territorios hablan distinto y sienten de forma diferente sin que ello sea incompatible con una idea conjunta de España. Dicho de otra manera: los que hablamos y sentimos en catalán, somos España pero desde ese pequeño detalle, que tiene poco de nacionalista y mucho de sentimental (aunque los nacionalismos apelen al sentimiento, no todos los sentimentales somos nacionalistas).
A partir de aquí, las distorsiones: las de quienes con mayor o menor buena fe resaltan el derecho mayor a recibir educación en castellano en toda España, y las del talibanismo periférico que intenta torpedear el cumplimiento del mandato constitucional de tratar adecuadamente el idioma común en las comunidades bilingües. ¿Y cuál es ese trato adecuado en la intención del legislador? En educación, la garantía de que los alumnos salgan del período escolar dominando ambas lenguas, y en la vida pública, la de no ser discriminados (los documentos públicos deberían ser bilingües y no son aceptables las valoraciones abusivas del conocimiento del catalán en concursos públicos) y mucho menos multados por preferir el castellano. También me parecería más juiciosa la doble rotulación ( Maó / Mahón como Gasteiz / Vitoria o Donosti / San Sebastián).
En cuanto a la enseñanza, de la misma manera que es pedagógicamente contraproducente la segregación de escolares por cuestiones religiosas, también parece inconveniente por motivos de origen social o lingüístico. Es un tema discutible, pero no descabellado ni mucho menos persecutorio ¡o nazi!, siempre que se garantice la plena solvencia en ambos idiomas (interesante al respecto la civilizada correspondencia pública entre Josep Mir y Carlos Salgado), sin escatimar horas lectivas en castellano (es absurda y contraproducente la postura de la Generalitat al respecto) y con exquisita sensibilidad (apoyo sin subterfugios ni cicaterías) hacia quienes acaban de llegar de otra comunidad lingüística.
Si ahora volviera a toparme con aquellas señoras del restaurante no las mandaría a paseo de mala manera (como hice) sino que, poseído por un talante ecuménico, trataría de explicarles con voz meliflua que los habitantes de ciertos territorios que también son España no hablamos diferente por fastidiar (per emprenyar, diríamos nosotros), sino por la misma razón por la que ella se expresa en castellano: porque es nuestra lengua y queremos preservarla, tenemos nuestro corazoncito. De hecho estoy orgulloso de que mis hijos, al contrario que su padre, se expresen correctamente en los dos idiomas. Creo que son infinitamente más ricos de lo que jamás pudimos soñar los de mi generación.