martes, marzo 30, 2010

Monjas

Cuando hace tres años compartí tertulia televisiva en IB-3 con la monja benedictina Teresa Forcades sufrí un shock: la monja, que además es médico master en salud pública y teóloga de carrera, se situó en la franja más progresista del elenco (hablábamos de la Iglesia, en general), abogando por el fin del celibato y la entrada de la mujer en el sacerdocio. De hecho susurré a mis compañeros de coalición "progre" que callaran y la dejaran hablar a ella, que ya se encargaba de minar las posiciones "retro" de sus coligados. Años más tarde se haría famosa por su atinado cuestionamiento de la vacuna de la "nueva" gripe...
Ahora, acostumbrado resignadamente a las proclamas apocalípticas de moseñor Rouco y sobre todo de su sonriente edecán ¿Martínez Somalo?, revivo como admirador de la figura humana de Jesús de Nazareth con las declaraciones que efectúa otra monja, Sor Llúcia Caram en el diario Última Hora-Menorca en las que manifiesta, por ejemplo en el asunto del aborto, que " Jo em cuidaria molt de condemnar d'una manera tant lleugera els qui ha, votat o tingut un plantejament diferent"... "Els legisladors han garantit la llibertat de conciència dels metges, que las decisions que prengui la dona de cap manera la puguin dur a la presó"... "El sexe, és potser una expressió oberta a la vida de la parella, dels dos. Una expressió legitima"...
Sobre el celibato: " Si existís l'opció lliure al celibat s'evitarien problemes com aquests, El que no sàsumeix lliurement o igual s'asumeix perqè no hi altre remei, surt en forma de patologia"...
Sobre el sacerdocio femenino: " Si al govern del Vaticà hi hagués dones que estiguessin al despatx de la diplomàcia, les coses serien diferents i molts conflictes potser, se resoldrien d'un altre manera"...
La figura de Jesús: "Jesús mai volgué formar cap doctrina, simplement un grup d'amics per viure la passió del Regne, per alliberar la gent, anunciar la bona nova al servei dels més pobres"... "A Jesús el van condemnar, me pregunto si avui el tribunal de la congregació de la doctrina per la fe al salvaria"...
No todo está perdido en la viña del Señor...

sábado, marzo 27, 2010

Madrid no arde

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 27 marzo
Confieso de entrada que este no es el titular que tenía en mente cuando tomaba el vuelo a Madrid el pasado fin de semana. Influenciado como estaba por las tertulias políticas de los medios, casi siempre flamígeras las radicadas en La Villa et Corte, con patrias desmembradas, presuntos contubernios con terroristas y familias amenazadas por pérfidos laicistas, y persuadido por la creciente (y deliciosa) amenaza de una Cibeles cubierta de banderas azulgranas y ¡Oh, cielos, catalanas!, la verdad es que pensaba encabezar la columna con un apocalíptico ¡Arde Madrid!...¿Debía permitir que la realidad me estropeara un buen titular?
Hete aquí que me encuentro la ciudad tan acogedora y amable como siempre, sin vestigios del fin del mundo que anuncian un día sí y otro también sus voceros mediáticos, empeñados en una permanente cruzada contra el sosiego que intentan contagiar de forma contumaz al resto de España. Vocingleros y desmesurados, acuden con notable frecuencia a un Santiago y cierra España que es contemplado con cierta distancia irónica desde el Mediterráneo, un poco al estilo de Obélix: “¡Están locos estos españoles!”. Y es que, aunque las cosas anden mal en nuestro país de países, hay miradas que hielan la sangre.
Madrid se ofrece al visitante como lo que es, una de las ciudades más hospitalarias del mundo, a la que como a París y Londres me gusta volver de tanto en tanto, aunque mi estómago lo resista cada vez peor. Porque claro, uno no calibra el paso del tiempo y pretender iniciar un fin de semana familiar en Madrid comiendo callos y huevos estrellados en Lucio es lo más parecido a un deliberado intento por arruinar el viaje quedándose en el hotel escuchando tertulias intereconómicas a ritmo de almax. Menos mal que todo queda en soportable pesadez y tras un prudencial reposo y un tratamiento a base de bacalao pil pil (la inmensa fortuna de tener unas cuñadas con buen gusto culinario) los ácidos vuelven a su cauce orgánico y hasta nos podemos dar un garbeo por el mercado de San Miguel, reconvertido en flamante parque temático de tapas y delicatesen varias (imprescindible).
Pero había ido a los madriles a mostrar la buena nueva de mi libro a familiares y amigos, y atar cabos con Joan Cantavella, ex director de Es Diari y catedrático de periodismo, para el acto de presentación en el Ateneo de Maó / Mahón (el próximo día 9, my friends), y también a comprobar el estado real de ese español cabreado que propagan los medios como contrapunto al catalá emprenyat que ha acuñado el brillante corresponsal de La Vanguardia en Madrid Enric Juliana. Esperaba encontrarme bares y hoteles tapizados con páginas de La Razón y La Gaceta, banderas españolas y merengues por doquier, gentes airadas por la crisis y la eliminación de la Champions y nos topamos con la ciudad alegre y confiada de siempre, encantada con el visitante aunque comprara en el quiosco La Vanguardia y El Mundo Deportivo.
La Gran Vía sigue en efervescencia día y noche, Chicote es otra cosa pero está, y la espléndida Casa del Libro continúa marcando la pauta literaria pese a la cercanía del beligerante Fnac donde además puedes hacerte con una selección de cinco compactos de Miles Davis o Ella Fitzgerald por diez euros, los teatros se llenan (discreta representación de “Brujas” en el Muñoz Seca en la Plaza del Carmen), el chocolate con churros sigue siendo el desayuno por excelencia, el Rastro, ¡ay el Rastro con sus libros de ocasión bajo el liderazgo del cicerone Cantavella! : la Causa General sobre el rojerío, la vida de San Luis Gonzaga, comics ancestrales (me llevo un recopilatorio del Cosaco Verde para futuras veladas con mi inminente nieta, mesquineta la que le espera)… ¿Y el arte? Desde que gusta a todo el mundo o todo el mundo hace como que le gusta, no hay forma de ir a una exposición salvo cola de hora y media en la calle. A las puertas de la Fundación Mapfre nos quedamos sin impresionistas. No a este precio, la carne es débil.
Pero faltaba superar la prueba definitiva para confirmar que la capital de las Españas no arde por los cuatro costados: ver el partido del Barça en un lugar público y no morir en el intento. Bar con pantalla gigante en los aledaños de la Gran Vía con esposa aragonesa y sobrino vasco, todos blaugrana, of course. Gol de Messi. Me contengo unas décimas de segundo, las justas antes de que el público realmente existente-ingleses en su mayoría, bien es cierto- prorrumpa en aplausos. Me levanto y canto el gol una, dos, tres y cuatro veces. Los ingleses, someramente cocidos berrean y los del bar (presuntos atléticos o agnósticos) sonríen, condescendientes. Definitivamente Madrid no arde aunque no sé lo que puede ocurrir si un día no lejano en La Cibeles… En fin, I love Madrid.

miércoles, marzo 24, 2010

Sanidad razonable

Me pregunta un bloguero por mi opinión sobre la recién aprobada reforma sanitaria de Obama y me parece pertinente: al fin y al cabo soy médico y tengo experiencia tanto en la sanidad pública como privada. Y empecemos con un prejuicio: el solo hecho de que la oposición republicana y toda esa carcundia del tea party se haya puesto tan borde con el asunto ya me predispone a favor de Obama y sus planes...
Dicho eso, añadamos que soy partidario de una razonable sanidad pública que no deje a nadie tirado en la cuneta por no disponer de recursos económicos y esto está pasando en el sistema americano donde primas abusivas, franquicias absurdas y exclusiones salvajes de los seguros privados podían arruinar a una familia con un problema de salud importante. Claro que en el reino del ¡allá tú! esto no sea más que pecata minuta.
He dicho sanidad pública razonable y me temo que la nuestra tampoco lo sea. La espiral del gasto por las nuevas tecnologías, el envejecimiento de la población, la atención a la población inmigrante que se trae a sus familiares para que se les opere aquí de lo que sea, configuran un escenario insostenible a medio plazo. Adaptar las prestaciones al tiempo cotizado y sobre todo el copago según renta son reformas que cuanto más se aplacen peor para el sistema que, a mi juicio, debería centrarse en mantener su espléndida red hospitalaria para enfermedades serias, las que no puede pagarse el común de los mortales y liberalizar la primera asistencia con la entrada de mutualidades privadas, etcétera.
En fin, es un asunto complejo en el que Obama, para volver al inicio, ha conseguido una victoria importante que no es semilla de comunismo alguno como dicen los fanáticos neocon sino elemental solidaridad social. Tampoco sería pérfida liberalización lo que propongo para nuestro sistema, pero en fin, ya sabemos que a los fundamentalistas les encanta la taxonomía.

jueves, marzo 18, 2010

El síndrome de la Cibeles

Resulta que el año pasado había un "estado de canguelo" en Cataluña por una hipotética remontada del Real Madrid en la Liga. Habíanse instalado unos sofisticados instrumentos para medirlo que se llamaban "cagómetros", mientras crecía y crecía la euforia blanca ante cada nueva victoria. Luego llegó lo que llegó, el famoso set 2-6 y si te visto no me acuerdo.
Esta temporada, desechado el canguelo, se hablaba del "villarato", espesa teoría conspirativa que explicaría los repetidos éxitos del equipo de Guardiola, y se montó un enorme dispendio económico para lavar la afrenta del año pasado. Se abrieron viejos baúles con el tesoro del abuelito (ADN europeo, Florentino dixit) para preparar el retorno del Realísimo a "su" competición cuya final sería un trámite para llegar a "la décima", que acabaría con su aúreo plumazo con el ofensivo espejismo azulgrana... Las cosas volverían por fin a su sitio natural.
Pero hete aquí que no. Ni habrá final blanca en el Bernabéu ni décima. Y no sólo eso sino que en el horizonte amenaza borrasca, ni más ni menos que una tormenta perfecta: la posibilidad cada día más cercana de que el Barça juegue la final del Bernabéu y aquella noche la Cibeles aparezca cubierta de banderas azulgranas y ¡horror!, catalanas.
¿Que hará la lideresa Esperanza Aguirre para paliar los efectos colaterales del canguelo cibelero que se ha instalado en los madriles? ¿ Capote torero? ¿Rebelión estilo tea party? ¿Prohibición urbi et orbi de manifestaciones de euforia deportiva? Atentos a la pantalla.

sábado, marzo 13, 2010

El cine, al rescate

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 13 marz0
Estaba uno en ese vivir sin vivir en sí propio de la situación, agravada por el frío estepario, mientras al atardecer me dirigía a Radio Es Castell para una entrevista sobre mi flamante libro. El mediodía en Cales Fonts, bajo un sol tibio, me había proporcionado un poco de sosiego, asentado luego al calor del hogar con una magnífica paella de verduras de ella regada con rioja sin la habitual mesura impuesta por el código de circulación cuando comes fuera. Instalado en la placidez me vino a la cabeza el viejo chiste de Forges, en el que “Mariano” se pone el delantal y espeta a su mujer: “Cariño, hoy hago yo la comida, ¿dónde está la cocina?”… Vamos que entre unas cosas y otras uno empezaba a olvidarse de las zozobras de la crisis y de ese invierno largo y escalofriante…
Pero hete aquí que aparcas en los aledaños de la Explanada después de meses sin pisarla y sientes un vahído desconcertante: ¿Estoy en Es Castell o en Budapest? Porque al irrumpir en la plaza uno se ve transportado a uno de esos desangelados espacios urbanos de la Europa del Este, enormidades áridamente vacías, gélidas e inhóspitas. Mientras atravesaba aquel páramo rumbo a la emisora empecé a pensar en temas para este artículo y sólo se me ocurrían asuntos más o menos sombríos y / o inextricables: la pintoresca cacería del juez Garzón, el castizo capote de Esperanza Aguirre, sus rebeliones “cívicas”, las baladronadas de Hugo Chávez, los timoratos balbuceos de Moratinos, el aumento del paro, la bajada de reservas de plazas turísticas, los sucesivos terremotos (Ay, ay, ay, ¿se estará cabreando Jehová?), el frío calentamiento del planeta, la temida soledad de mi libro en las estanterías…
Tras la entrevista radiofónica, en la que traté de hablar de mi inventario de perplejidades, decidí dejar el artículo en suspenso. No quiero ser un columnista plasta dando la tabarra con el apocalipsis que nos asuela. Lo escribe hoy mismo Elvira Lindo en El País, yo también prefiero el articulista extravagante al previsible y por tanto prescindible. Así que al llegar a casa, en lugar de escribir, exhumo el deuvedé de “Un americano en París” para revivir la melodía de Gershwin que nos regalara el otro día la orquesta de cámara Illa de Menorca en el Principal, y también para no tener que oír ditirambos a la magna victoria merengue del día anterior (el que este año se lave la afrenta blaugrana parece una cuestión de Estado), que todo hay que decirlo, y mañana será otro día.
Y vaya si lo es cuando escucho, aún entre sábanas, las noticias de la radio y me entero de que “Avatar” no ha ganado más que la consolación y “El secreto de sus ojos” se ha llevado el premio a la mejor película extranjera. Y no porque tenga nada contra el film de James Cameron, que no he visto (tuve suficiente dosis con el trailer-engrescador) sino porque entiendo que el cine es, debe seguir siendo otra cosa, más allá de la informática, sus trucos digitales, y sus muñecos de colorines. La película de Campanella sí habla de sentimientos y conflictos humanos, de tristezas y alegrías, éxitos y fracasos, trenes perdidos, amistad, amor y desamor, ternura y brutalidad, a través de una historia bien contada (detrás hay un guión digno de tal nombre) y mejor interpretada por unos actores que te llevan de paseo por los senderos de una vida que en algún momento puede ser la tuya. Cine sin pirotecnias, arte en suma.
También me alegro por ese monumental actor que es Jeff Bridges, y no menos por Sandra Bullock, capaz de ganar el mismo año el oscar a la mejor actriz y el premio Razzie a la peor. Me gusta la Bullock por lo mismo que George Clooney, porque ninguno de los dos parece tomarse en serio a sí mismo, son actores auto paródicos y creo que este mundo tan repleto de gente pagada de sí misma y por tanto, sumamente peligrosa, necesita personajes emblemáticos dispuestos a reírse de su propia sombra, que es la forma de humor más sutil e inteligente, la única que realmente merece la pena. Salud, Sandra, salud, George.
Así que empieza una nueva semana y de nuevo soy capaz de sonreír gracias a ese embeleco mágico que es el cine. Claro que aún no sabía que el jueves amanecería tan radiante y con otra extraordinaria película en cartelera, El Rey Lyon, que con exiguo presupuesto logra derrotar a la millonaria Galaxia II en el agujero negro en un certamen europeo. Cosas del cine.

jueves, marzo 11, 2010

El perro que salió volando

Estaba muerto de frío y temores sentado ante la tele con mi perra Tronya en mi regazo. El Realísimo iba ganando y todo hacía presagiar otro alud de patrioterismo deportivo en los medios. Entonces sucedió el prodigio: Tronya salió despedida y yo me encontré de pie vociferando entusiasmado ante la caja tonta. Gol del Lyon.
El porqué de tal reacción, ajena a mi acreditado talante british me tiene hoy sumido en un mar de profundas cogitaciones. A nadie puedo ocultar mi filiación culé, pero ni en las más históricas victorias suelo reaccionar con semejante aparato de rayos y truenos. ¿Por qué ayer, con ocasión de una derrota? Porque nada que ver tengo con Lyon donde sólo estado una vez en mi vida, y aunque comí muy bien en su mítico Bocusse, poco me importaban sus avatares deportivos... hasta ayer.
¿Por qué en mi fuero interno deseaba tanto la derrota merengue? No era novedad, repito, toda la vida les he deseado el mayor mal deportivo posible (y así me ha ido), pero nunca había reaccionado como anoche. ¿Será por esa creciente, sebosa e insoportable arrogancia de que hace gala gan parte del madridismo y la mayoría de medios de comunicación nacionales y que este año ha alcanzado cotas inimaginables? Será.

sábado, marzo 06, 2010

Provocaciones

Como sea que veo estas páginas un tanto aletargadas, voy a intentar activar las brasas. Primera paletada: Lo de Garzón me sigue pareciendo una cacería inmunda y, a mi juicio, que lo subyace es, venganzas aparte, el intento de acabar con la trayectoria jurídica del caso Gürtel, como se hizo con el caso Naseiro. En estos asuntos la derecha siempree es hábil...
Segunda: Se piense lo que se piense de las corridas de toros-a mí me parecen un atavismo-, el debate en el Parlament de Catalunya es un ejercicio democrático de primer orden, nacido por iniciativa popular, no gubernamental. No lo invalida el que detrás de algunas posturas anide un sentimiento antiespañol, como tampoco la españolísima irrupción de la señora Aguirre. Esencialmente es un debate moral sobre el maltrato a los animales y su conversión en espectáculo.
Hala, a debatir.