viernes, julio 30, 2010

Preguntas ingenuas (part two)

¿Por qué ni nos enteramos en su día de la erradicación de la fiesta torera en la Comunidad Canaria y se ha organizado este pollo cuando ocurre en Cataluña?
¿Por qué se carga el muerto a "los políticos" cuando toda la movida antitaurina catalana surge por iniciativa popular?
¿Por qué se llama imposición y liberticidio a lo que es una discutible pero legítima y escrupulosa decisión democrática precedida de un debate en el que no se ha negado la voz a nadie?

martes, julio 27, 2010

Pregunta ingenua

Hay que acatar las sentencias de los tribunales legítimamente constituidos, etcétera, insisten mis contertulios y estoy de acuerdo con ellos. Siendo así, ¿por qué España no acata la decisión del Tribunal Internacional de La Haya que avala la independencia de Kosovo y reconoce de una vez al nuevo Estado europeo como han hecho la inmensa mayoría de los países de nuestro entorno?

domingo, julio 25, 2010

Precisiones antinacionalistas

Puntualizaciones imprescindibles para continuar el diálogo con mis contertulios cibernéticos:
-Como dice Fernando Savater no es lo mismo tener apéndice que padecer apendicitis. Sí, reitero mi incapacidad genética para albergar sentimientos nacionalistas, lo cual no me impide comprenderlos en los demás, sean catalanistas aspirantes a tener Estado propio como españolistas partidarios de la Indisoluble Unidad.
-Aunque a mí me parezca más conveniente que España continúe como está, que me lo parece, en estricta puridad democrática no tengo nada que oponer a que los catalanes aspiren incluso a la independencia siempre que respeten los procedimientos democráticos. Y para ello hay que referirse de nuevo a la jurisprudencia, no a la de La Haya en el tema de Kosovo sino a la del Tribunal Supremo del Canadá en el asunto Quebec. A saber: Si una parte del estado quiere separarse, debe ser a través de un referéndum, con una pregunta clara ( sí o no, básicamente, nada de etéreos derechos metafísicos), una mayoría suficiente ( ¿alrededor del 60%?), una negociación con el resto del Estado sobre el "reparto de muebles" y garantías sobre el respeto a los derechos de las minorías contrarias a la secesión. Este proceso me parecería mucho más razonable que las ocho apelaciones voluntaristas a la indisoluble unidad de la Nación española que ha esgrimido como un ariete jurídico el Tribunal Constitucional español en una sentencia mucho más política que jurídica.
-En esto de los nacionalismos resulta cansino observar como se empecinan algunos en ver la mota en el ojo ajeno y hacer caso omiso a la viga en el propio.
-Una última precisión (también ya cansina): en su momento, creo que viene recogido en mi libro "Inventario de perplejidades", dije que se hubieran tenido que aplazar las elecciones a raíz del infausto 11-M.

sábado, julio 24, 2010

El fair play, ¿un fósil?

Publicado en "Diario Menorca" el miercoles 21 de Julio


Confieso que mientras veía como Alberto Contador escapaba con toda celeridad de un Andy Schleck lancé un respingo que pretendía espolear al ciclista español en su asalto al liderato del Tour. Luego, casi enseguida, sobrevino el arrepentimiento: lo que había ocurrido no estaba bien. Aprovecharse de una caída o de una avería del rival, como en este caso, para poner tierra de por medio es, cuando menos poco elegante. Mientras me encaminaba al trabajo pensaba en lo bello y pedagógico que hubiera sido ver a Contador apearse de la bicicleta y auxiliar a su rival, que no enemigo.
También cuando mi equipo gana, sea el Barça o más recientemente, La Roja, exploto y salto como el que más y alguna vez hasta escenifico un corte de mangas a quienes yo me sé, pero al cabo de poco rato, observo si alguien se acuerda del caído y he de decir que por primera vez en muchos años lo he visto, o me ha parecido verlo en el fragor de la euforia, en el último Mundial y han sido jugadores españoles los que han acudido a consolar a algún compungido jugador rival, lo cual me ha llenado de orgullo.
Recuerdo cuando actitudes así no eran tan raras. Incluso tengo recogida en mi memoria de futbolero pata negra alguna épica renuncia a marcar gol a puerta vacía al darse cuenta el jugador al borde la gloria (¿Zaballa?) de la lesión del portero en su intento de evitar la suerte (la desdicha) suprema de todo arquero. También recuerdo con emoción el detalle de Roby Fowler, jugador entonces del Liverpool, al insistirle al árbitro, quien acababa de señalar penalti a su favor, que se había caído solo, sin intervención alguna de defensor alguno. Al no rectificar el trencilla (misión imposible, como se ha visto en el Mundial), Fowler lanzó intencionadamente fuera el penalty. Claro que sucedió en Inglaterra…
Hoy día nadie parece reclamar estas actitudes. Lo único que importa es ganar “¡Naturalmente en una sociedad competitiva!”, nos dirán Y si el rival tiene una desgracia, mañana me puede tocar a mí, que se j. Bueno, así es en la vida virtual del espectáculo deportivo…Y así nos va en la vida real.

Dietario de julio

Publicado en "Diario Menorca" el lunes 19 de Julio


15-VII-10
Todavía en plena resaca del aquelarre futbolístico del siglo pasado y el actual, ¡bendita e inocente alegría en tiempos de vacas flacas!, leo en Es Diari una carta de una visitante que se pregunta qué han hecho los catalanes para ser tan mal recibidos por estos lares. Aunque no es una actitud generalizada, ni mucho menos, no es difícil de averiguar su origen: los catalanes no se conforman con un “sano regionalismo ” y se empeñan en ser nación, invocando no sólo derechos históricos sino una patente voluntad de serlo y contraviniendo los imperecederos designios de La Única e Indisoluble Nación. Pretenden también que su simpático “dialecto” (ese que algunos castellanos de rancio abolengo hablan en la intimidad) sea lengua preferente en su comunidad como ocurre en Suiza, Canadá, Finlandia o Bélgica y, por si fuera poca osadía, atribuyen a la escuela del Barça el triunfo de La Roja ignorando el mucho más decisivo papel de la batuta de un salmantino y las paradas de un chaval de Móstoles… ¿Le parece tolerable tamaña desfachatez?
Lo que subyace, amiga, es la reticencia más antigua de los humanos, la prevención hacia el diferente, que en ocasiones se convierte en auténtica fobia.Y,a veces, en un auténtico deporte nacional. Disfrute de Menorca y no les haga demasiado caso.

16-VII-10
La autoridad competente, civil por supuesto, acaba de perpetrar el último atentado a la libertad acústica con la autorización del uso de móviles en los aviones. Primero se cargaron la mística de los trenes, esos ciempiés rodantes que, además de llevarnos de un lado a otro, nos proporcionaban unas horas de paz en las que observar el paisaje deslizante, echar una cabezadita o ¡leer un libro!, y ahora le ha llegado la hora al último reducto del silencio utópico, los aviones. Se acabó la perspectiva de un viaje de un par de horas a una ciudad europea con un libro aplazado para la ocasión. En lugar de ello, oiremos las apasionantes impresiones del vecino explicándole a su mujer que se acaba de tomar un suculento bocata de chorizo (con suerte, sin hediondos regüeldos) y que tiene unas ganas locas de verla, o las imperiosas instrucciones del ejecutivo agresivo a sus subalternos. No somos nadie y menos aún los que reivindicamos derecho al silencio en un mundo que no lo soporta.

18-VII-09
Leo la crónica mallorquina de Andreu Manresa en El País sobre las tropelías de Jaume Matas y sus acólitos y me veo en la obligación de emitir un aviso para navegantes no avezados: Menorca is not Mallorca. Aquí no tenemos munarquías absolutas, suburbanos inundados, comisiones enterradas en latas de colacao, velódromos Dubai style, palacetes a precio de saldo ni mucho menos procesiones al Juzgado de políticos esposados. Seguro que los menorquines no somos unos angelitos pero subsiste un cierto pudor. ¿Herencia inglesa, quizás?

lunes, julio 12, 2010

Iniesta e Iker contra el martirio holandés

Publicado en "Diario Menorca" el lunes 12 Julio


Lo siento por mi amigo holandés, pero lo de su selección en la final ha sido impropio de un fútbol tradicionalmente primoroso como el suyo. Más bien ha sido un martirio para los buenos aficionados que han presenciado incrédulos, impotentes y muy preocupados por la resistencia de sus corazones un espectáculo lamentable de interrupciones y jugadas violentas con el único fin, escandaloso para lo que nos tenían acostumbrados los tulipanes, de llegar a la ruleta rusa de los penalties.
Pero ahí estaban don Andrés, el jugador que más que una camiseta leva un esmoquin, para ejecutar la justicia poética que de tanto en tanto se da en el fútbol, y de forma también decisiva don Iker, el mejor portero del mundo, para dar a España su primer título mundial, ese con el que hemos soñado tantas veces los aficionados ya talluditos, y que en el partido de anoche mereció sobradamente. También don Vicente tiene su mérito: todos sus cambios, y especialmente el de Cesc, han sido acertados.
Es el triunfo de la fidelidad a un estilo al que los jugadores han servido con especial elegancia, admirablemente dirigidos por un entrenador que ha impartido una clase magistral de contención y prudencia que pone en evidencia la desmesura de algún que otro payaso que hemos visto desfilar por los banquillos. La clase y el fair play de la selección española ha conquistado el corazón de aficionados de todo el mundo que han visto el gesto, insólito hoy día, de acudir a consolar a los vencidos, con lo que tiene de valor pedagógico.
El fútbol español merecía este premio gordo y ojalá que este alegrón sirva para levantar la moral de un país alicaído. ¡ Visca Espanya!

viernes, julio 09, 2010

Sólo fútbol

Marea de banderas rojigualdas en ¡España, coño!, ya era hora claman algunos, como Carlos Herrera en Abc, "nos merecíamos un amanecer como el de hoy"."¡Ay si fuéramos unidos en todo!", haciendo de la virtud necesidad. "Una España con sello catalán", en fin son perlas que he ido espigando aquí y allá en estas vísperas de gloria incandescente que espero y deseo como el que más a pesar de mi incapacidad genética de vibrar con dioses o patrias.
Y es que a mí me gusta el fútbol en el rectángulo de juego y me gusta esta España con el sello decisivo de mi Barça, y me gusta la justicia poética que a veces se da en el fútbol, como en la vida y que premia a los excelentes. "La vida se calca sobre la superficie del césped que es en parte un sueño infantil y,en parte, un tapete de casino, igual al sí o al no de nuestra muerte, nuestra vida, nuestro amor, nuestra desdicha.", escribe hoy mismo en El País Vicente Verdú, quien tiene escrita hace muchos años una obra maestra de fútbol ("El fútbol, mitos y símbolos").
A mi me traen al pairo las banderas, digo, pero siento fervientemente esta excitación de vísperas que recorre el país. Y que no tiene nada que ver con un rebrote de sentimiento "nacional" del correcto y un retroceso de los "nacionalismos disgregadores". Se trata únicamente de fútbol y espero que nuestros chicos vayan a por ellos con armas estrictamente balompédicas.

viernes, julio 02, 2010

La obsesión catalana (II)

No se trata de "dar cancha" o no al nacionalismo identitario, como apuntan algunos post sino de dar cauce democrático a lo que existe incontestablemente, nos guste o no. Todos sabemos que es más fácil organizar un país unitario, con único sentimiento "identitario", pero no es el caso de España, donde conviven varios de ellos, fundamentalmente el español, el catalán y el vasco, todos ellos igualmente respetables.
Pero resulta que en España, donde los principales partidos se muestran pertinazmente incapaces de pactar asuntos tan sensibles y cruciales como la educación o la reforma laboral, izquierda y derecha se ponen rápidamente de acuerdo a la hora de "pararles los pies" a los catalanes. Ese es, de hecho, el primer deporte patrio y lo que llamo obsesión catalana, rasgarse las vestiduras con grandes alharacas en cuanto los catalanes toman alguna iniciativa por impecablemente democrática que sea.
A mí (ni tampoco a los ingleses ni a los canadienses) no me asusta ni me preocupa que regiones o naciones como Escocia, Quebec o Cataluña pretendan avanzar en su autogobierno siempre que respeten los procedimientos democráticos. A estas alturas del siglo XXI oír hablar de "indisolubles unidades" es irrisorio...e ilusorio, y nuestro desprestigiado Tribunal Constitucional lo repite nada menos que ocho veces en su sentencia, como una letanía capaz de conjurar el "peligro separatista".
Sólo desde la obsesión enfermiza puede entenderse que lo que es válido para otros estatutos (aprobados por la derecha española) no lo sea para Cataluña, que efectivamente tiene un problema político, porque un tribunal le ha "cepillado" ( en terminología de Alfonso Guerra) una propuesta aprobada mayoritariamente en su parlamento autonómico y negociada y aprobada también por el Congreso de los Diputados. Sí, Cataluña tiene un problema pero me temo que España también. Y bastante gordo.