3-I-13
La báscula gime. Las nubes se ciernen
sobre el ullastre. El viento ulula
salvajemente. Es enero. Pero aún quedan los Reyes Magos para abrillantar los
ojos de Inés. Y el domingo vuelve Messi. Y el lunes tendré un año más… ¿Y Ello? , ¿ la Cosa? Sí, el país, el mundo, la nueva deidad del Mercado, la hache incorrupta, el frenesí de
rotondas, ¡qué pereza de retorno a la normalidad tras el paréntesis entrañable!
4-I-13
Aprovechando el tiempo más bonancible
persigo palomas con mi nieta en la Explanada sin ningún atisbo de vergüenza, y
porfío por enseñarle a decir es port de
Mô como desiderátum de belleza
hogareña. Bajo con ella y me señala al frente mientras balbucea mira, avi, s’illa del Rei. ¿Cabe mayor
plenitud en medio del marasmo?
Por la noche, otro rey también
balbucea en la pantalla con parecidos fallos sintácticos y prosódicos a
preguntas tan grandilocuentes como inanes, con un momento estelar al responder “así, a
botepronto” a una cuestión tan insustancial como las otras, en un vano intento de simular espontaneidad. Todo
acartonado y decimonónico. Una buena ocasión para haberse callado como en su
día le mandó campanudamente al hoy agonizante Chávez.
5-I-13
Mirada al exterior. No puedo seguir
evadiéndome de la cruda realidad. Y me agarro a lo poco bueno que han ofrecido
estos días los noticiarios, el acuerdo fiscal en Estados Unidos propiciado por
Obama contra y a pesar del fundamentalismo anti impositivo de los republicanos. Evita (aplaza) una nueva
recesión y plantea una pregunta clave: ¿Es posible otra política?, ¿lo va a ser
en Francia? ¿Es factible, todavía, la socialdemocracia en un solo país rodeado
de territorio hostil?
Parece que en el norte de Europa sí, pero son
pocos e inusualmente educados. De entrada, el impuesto francés del 75% a las grandes fortunas, claramente
confiscatorio, espanta a Obelix Depardieu que se echa en brazos del zar Putin en una pirueta fantasmagórica…
Veremos qué sucede con el plan de empleo juvenil de Hollande, todo un test. De momento sólo a
Obama parecen salirse las cuentas con iniciativas socialdemócratas de estímulo
fiscal. Mejora el empleo y no se desboca el déficit. Son buenas noticias para quienes creemos
¿ilusamente? en la iniciativa política para limar desigualdades.
6-I-13
Mientras los regalos esperan la
llegada de la pequeña, bajo al puerto con Tronya
y Allen. Nos paran unas señoras inglesas con las que departo de perrerías,
todo muy british, no en vano los
ancestros de los canes reposan en la Pérfida Albión y su nombre genérico es
inequívoco: west highland white terrier.
Observo los restos de lo que para mí
siempre ha sido Sa punta d’es rellotje
(ayer, en plena cabalgata, un lector me decía que la tal punta está en otra
parte del puerto) y pregunto a R., otro nativo
del puerto, señalándole donde estaba “la punta”:
-Sí, esto era, sin discusión la del Rellotje-me
dice.
La realidad es que ya no está ahí una
parte sustancial del paisaje de Cala Figuera.
7-I-13
Leo en La Contra de La Vanguardia
que a los romanos les pirraban las rubias y que ellos también se depilaban de
arriba abajo como nuestros metrosexuales de hoy. Y sus mujeres no se quedaban atrás en pijerío con gran variedad de aceites y ungüentos, a lo que voy a
añadir una aportación de oftalmólogo: se aplicaban en los ojos un remedo de
colirio que llamaron belladona, que
todavía utilizamos para dilatar las pupilas, y que confería a sus miradas un
aura seductora aunque no menos cegata. ¿Empezaría así la decadencia del Imperio
Romano?... Hoy día también se advierten inquietantes síntomas de regresión en
esas legiones de zombis tecleantes,
embutidos en auriculares, farfulladores de mensajes sincopados… ¿Vendrá por ahí
el apocalipsis?
9-I-13
Recibo otro requerimiento (el goteo
es incesante) de una persona por la que siento afecto, para que me incorpore a
su grupo de amigos en tal o cual red social, proposición que rechazo tecleando compulsivamente “eliminar”. Y es que
me agobian esas marañas informáticas exhibicionistas. He intentado varias veces
salirme de ellas (sin llegar a saber nunca cómo entré), pero eso parece más
difícil que apostatar de una religión, que ya lo es, me dicen. Desisto de todo
esfuerzo y pido a mi bienintencionada comunicante que respete mi marxista deseo- de Groucho,
claro- de no formar parte de un club que tiene la desfachatez de forzarme a ser
socio.
10-I-13
No corren buenos tiempos para la
Cultura. La superficialidad, el entretenimiento, la banalidad, van sustituyendo
implacablemente a la reflexión, la argumentación y la creación artística. Y por
si fuera poco se nos van sus fieles
servidores, los últimos mohicanos de la desinteresada militancia cultural.
Primero fue el siempre dulce Ángel Midsuf y ahora ha sido el entrañable
“Gafas”, José Miguel Vidal, un homenot
de un tiempo que se nos escurre entre los dedos.