sábado, diciembre 21, 2013

Todos entrañables

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 21 diciembre


JUEVES, 12

Un repaso a la prensa digital me hace sonreír con el presunto (luego resulta que no fue tal) ataque de celos de Michèle Obama con el selfie de su marido con la primera ministra danesa (de bastante buen ver), y me entero de que así se llama el autorretrato con el móvil. Pero es que los periódicos vienen hoy trufados de términos parecidos, así resulta que una tal Myles Circus hace twerking (simulación del acto sexual) con Papá Noël, que otros hacen drelfie (autorretrato en estado de ebriedad), que se ha puesto de moda el clubbing en lo que se llama “moda Morning Glory”, en clubes que abren de las 6.30 a 10.30 de la mañana y en los que no se sirve alcohol, sólo batidos y café, y que el Ayuntamiento de Barcelona lanza un app  para localizar las 1650 fuentes para beber que hay en la ciudad. Está claro que pronto no harán falta tils

Vuelvo a por la tarde-noche a la prensa y no se habla de otra cosa que del symposium “España contra Cataluña” o “del odio” según la prensa nacional, pero sobre todo, de la pregunta promovida por la Generalitat que es tan clara (en su complejidad) e inequívoca como la fulminante reacción gubernativa, “No se realizará”. Un bon  brou i bullit para las fiestas.

VIERNES, 13

En la  interesante encuesta realizada por GADESO hace unas semanas, se pone de manifiesto que los ciudadanos baleares, en su mayoría (un 55%) se sienten tan baleares como españoles mientras un 20% más baleares que españoles, un 12% más españoles que baleares, un 7% sólo baleares y un 6% sólo españoles. Lo que me ha llamado la atención es que la doble identidad balear-española es sensiblemente más baja en Menorca que en las otras islas: un 51% para los menorquines por un 56% para mallorquines y un 57% para ibicencos…

¿Ocurre lo que creo que ocurre?  Que no somos tan pocos los que nos sentimos  filobritánicos y que no nos hubiera importado  que se hubiesen quedado aquí  aunque fuera por no tener que ser compatriotas de tipos como Bono, Aznar o Rouco Varela  y  poder estudiar, sin necesidad  de estrambóticos tils, la modalidad menorquina del inglés (ull blec por black eye y cosas así).

SÁBADO, 14

Comida familiar en Madrid que me sirve para catar el recargado ambiente navideño de la capital de las Españas (algunos no se han enterado de que hay varias, y así nos va). Ya en la isla había notado un cambio luminoso en el semblante de mis congéneres en estos días de diciembre, que aquí, en la Puerta de Sol y relaxing Plaza Mayor se hace rutilante (y algo agobiante). A pesar de la crisis, se advierte en el febril azacaneo de la gente un deseo de felicidad por protésica que sea. Y está bien que sea así por lo menos una vez al año aunque preferiría ver sonreír en todas las estaciones del año por motivos nimios de la vida diaria que por este simulacro comercial-lacrimógeno (pienso esto en el viaje de vuelta, ante la imposibilidad metafísica de leer, siempre me tocan al lado todos los niños del avión).

       Por ejemplo, me gustaría que me devolvieran una sonrisa ( todo el año)  cuando cedo galantemente el paso a un coche aprisionado en una bocacalle o que me comentasen algunas palabras escritas capaces de suscitar un rictus amable o una disensión razonada, o que no estuviesen tecleando frente a mí todo el rato en una comida pretendidamente fraternal, o que  me sonrieran indulgentemente en vez de increparme con gesto amenazador cuando me equivoco de vía en una rotonda, o que mi mujer me dijera sí cariño cuando le imparto una conferencia sobre la necesidad cultural de ver dos o tres partidos ingleses en el fin de semana …

DOMINGO, 15

Termino la lectura de “Hospital Cínico”, la novela de mi amigo Diego Prado, un caso curioso de amistad, ya que de pequeñito jugaba a los vaqueros con su madre en  mi casa de la calle de Ses Moreres, y de mayor juego a escritores con él, un lletraferit que recrea en su novela el transcurso de un vertiginoso día en un gran hospital de Barcelona, convertido por la imaginación del escritor en un microcosmos con vida propia, en la que se mezcla la dolorosa realidad hospitalaria y la  fantasía onírica, con incursiones del personaje en el paraíso  y el  infierno que como sabemos, están ambos en nuestro interior, juntos y revueltos. Son varias novelas en una y como tal  la presentaremos el día 30 en la Llibreria Catalana.

VIERNES, 20

Revival: Ley mordaza para manifestaciones, digna de los tiempos de plomo, Ley del Aborto que nos retrotrae a 1985, ley Wert de involución autonómica y restauración confesional, Santiago y cierra España en el asunto catalán, y como guinda, la balear Ley de Símbolos”, un esperpento censurador. Más vale tomarse cuatro copas para digerir tamaña Reconquista.

Bones festes a tothom.

domingo, diciembre 01, 2013

Como los cangrejos

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 30 Noviembre


JUEVES, 21

Que la plétora de memorias (abrillantadoras, paso de ellas) de políticos no nos impida ver el bosque: la discrecionalidad de la nueva ley de “Protección” de la Seguridad Ciudadana es máxima: ¿se instaurará un insultómetro para calibrar la cantidad a pagar? ¿100.000 euros por llamarles cabrones, por ejemplo? Parece que entramos en el túnel del tiempo. Y ahora viene la nueva ley del aborto… Y cuidado que no acaben resucitando la de vagos y maleantes. A ver.

VIERNES, 22

 Después de una comedida reunión profesional (sólo una horita, una delicia), me reúno  en “Sa quinta punyeta” de Palma con una amigas menorquinas casadas con sendos mallorquines.

-Os gusta demasiado el dinero-abre el fuego una de ellas-, de ahí que buena parte de vuestra casta política esté en la cárcel.

-Digamos que aquí nos molesta más el que es un coó que el pícaro. Es esencial que el capitalismo funcione sin complejos.

-Por diferentes que seáis unos de otros, todos os entendéis: la mallorquinidad os une, una  picaresca vatuadell sagrat que sólo margina a los coóns y, si os rascan un poco, también, ¡todavía!, a los xuetes. En realidad  no sois más que una tribu  con dobbés y escasos escrúpulos.

 -Es que los menorquines os  preocupáis demasiado por el tiempo en general y el viento en particular-vuelve a replicar el mallorquinot-, que si sopla de aquí o de allá y si os vais a mojar o no. A nosotros eso jamás nos ha preocupado. Somos gente de acción Y no nos ha ido mal.

-En realidad sois uns coóns, pero no os dais  cuenta- apostilla mi amiga entre resignada y divertida, mientras brindamos por sa balearitat (?)

Debería  ir a Palma con más frecuencia.

Nota: Al parecer, un coó es un beneit, o sea, un simple, lo que aquí sería quizás un babau.

SÁBADO, 23

En la vuelta a casa coincido en el avión con un ex político (¿dejan de serlo alguna vez?) agarrado a una de esas biografías ¡de políticos! Le digo que sí, que me parece muy interesante cuando me manifiesta su entusiasmo por tal figura, pero que cuando leo ficciones prefiero a mis novelistas de cabecera, mientras acaricio el lomo de “Operación Dulce” de Ian Mc Ewan…

Ni la cellisca ni los tres o cuatro grados menos de temperatura con respecto a Palma nos disuaden del habitual paseo sabatino por Sa Plaça y alrededores, osadía que nos reporta un inesperado premio: la tapa de canaló de savia  y un espléndido vino en el nuevo Q-u-s-i-n-s de la Plaza Miranda. Y la tramontana que bufi.

DOMINGO, 24

Dice Es Diari que el caso Citur sobre presuntas irregularidades en el área de Turismo del Ayuntamiento de Ciutadella puede quedar devaluado (en cuanto a penas), a causa de la prolongada dilación de sus actuaciones. También el Gürtel promete sobreseimientos varios por prescripción de delitos (presuntos). Mientras tanto, nuestros tribunales entran a saco ¡en el Tibet!, y el presidente del Constitucional sigue siendo un destacado militante del partido en el Gobierno, y nadie parece levantar una ceja…

Por la noche, un reportero de La Sexta pregunta a los diputados populares valencianos por qué firmaron la petición de indulto a un alcalde corrupto. Mientras la mayoría farfullaba incoherencias, uno de ellos fue más decidido “¡Porque es amigo mío¡”, exclamó, ufano, en una demostración palmaria de la regresión no sólo del espíritu de la justicia y  la política democrática, sino de la especie.

MARTES, 26

Las últimas encuestas sobre violencia de género arrojan resultados aterradores: se triplican entre las menores de 20 años. Sigo sin entender la inquina de la derecha española a un tratamiento de fondo, integral, en los colegios. ¿Tan difícil es aceptar que se les enseñe a los niños la igualdad hombre-mujer, el repudio del racismo y la homofobia, el respeto a la naturaleza o la bondad intrínseca de un espacio público común a todas las ideologías y formas de vida? En vez de ello, llámese Educación para la Ciudadanía, Fomento del Respeto y la Tolerancia, Formación del Espíritu Cívico, o lo que se quiera, vuelve la religión evaluable a las escuelas y se favorece la segregación por sexos… Anem com els crancs.

domingo, noviembre 17, 2013

Banderas victoriosas

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 17 Noviembre 2013


VIERNES, 8

Leo el nuevo libro de Astérix y Obélix con el entusiasmo del  niño que devoraba las entregas semanales de aquel Capitán Trueno salvapatrias (hoy día posiblemente entraría a saco en el Palau de la Generalitat dispuesto a poner en su sitio a los malandrines y bellacos separatistas). Me sumerjo en “Astérix y los pictos” con la escafandra de la prevención, pues se trata del primer número sin ninguno de sus fundadores. Fallecido hace años Gosciny, y retirado Uderzo, toman el relevo nuevos guionistas y dibujantes (Jean-Yves Ferri y Didier Conrad) y la verdad es que de no saberlo uno pensaría que el tándem primigenio continúa. El dibujo es idéntico y la chispa del guión, constante. Ahí está el consuetudinario chovinismo francés, y los consabidas pero siempre divertidas pullas sobre otras gentes y países. A mi nieta le encanta el simpático y juguetón monstruo del lago Ness…

SÁBADO, 9

Ante el tremedal de mensajes contradictorios sobre las perspectivas económicas, acudo a mi economista de cabecera (catedrático de la cosa) para que me ilustre. Transcribo su respuesta: “Mi opinión es que la recuperación no es tal, especialmente la del consumo y empleo.  Mejoran ligeramente las expectativas pero falta nuevo crédito y la política fiscal  tiene aún  signo contractivo. La propensión a consumir aumentará poco porque una proporción muy alta de  la población no ahorra (más bien desahorra), por lo que no tiene capacidad de sustituir ahorro por consumo y la demanda interna crecerá muy poco…”

No es fácil, no, seguirle el hilo a la religión del siglo XXI. Me entraba mejor y me daba menos miedo aquella que nos amenazaba con las llamas del infierno…

DOMINGO, 10

Anna la librera  me informa de que las ventas de Es Diari se disparan los domingos.

-Será por las páginas salmón-le digo-, hoy día la economía manda.

-Siento decepcionarte pero creo que es por el “Pronto”…

Lamiendo la herida, paso a la lectura de los dominicales (El “Pronto” ya lo he ojeado en casa, pero no sale mi favorito, un tal Mohedano, cuyas cuitas arrasan en televisión).  Variadas exégesis a las intervenciones de dos ex presidentes de los pasados días. A los dos se les nota un ego superlativo pero mientras Felipe González tamiza el suyo con una porosa capa de ironía que le humaniza, Aznar da rienda suelta a su chulería mesiánica  envuelta en un tono áspero y bronco, como de perenne amenaza. Bon ball té en Rajoy!

LUNES, 11

Nuestros gobernantes siguen insistiendo en la falacia de que como les votaron masivamente, esto implica la aceptación acrítica del pack completo de su oferta electoral, e incluso de su programa oculto (quienes les critican es porque no asumen los resultados electorales, nos dicen campanudamente). Obviando el exabrupto, sería sumamente interesante-si las encuestas serias no fueran tan costosas-, conocer las opiniones de los votantes populares, por ejemplo sobre la necesidad de la reforma de la Ley del Aborto planteada por Gallardón, o en toda la Ley Wert, incluidas las ayudas a la educación segregada por sexos o en la relevancia de la nota de Religión para la obtención de becas, o aquí, en la  apresurada aplicación de una alocado Til, o en el aún más doméstico asunto de las macro rotondas…

MARTES, 12

¡Dos meses sin Messi! ¿Volverán añejas banderas victoriosas al paso alegre y marcial del Séptimo de Caballería de los comandantes Ronaldo-Bale? ¿Podrá contrarrestar la sutileza Cesc-Neymar a la contundencia castrense de las milicias blancas?

MIÉRCOLES, 13

 Y hablando de victorias, la Bodega Victoria de Mahón fue el centro de reunión laico por excelencia, pese a su sospechoso nombrecito (los otros eran el local de la OJE o el de Acción Católica), en que los jóvenes de los sesenta y primeros setenta nos reuníamos con las chicas (o sin chicas, para qué vamos a engañarnos). Nos sentábamos ante una mesa de madera rebosante de cacahuetes y vasos de sol y sombra, un vino extrañamente dulzón que ahora me confiesa Miguel Torres, su antiguo propietario, que era una mezcla de tinto catalán y moscatel con un aderezo secreto de su padre que se niega a desvelarme  pese a que le tengo cogido por el ojo. Honor y prez, que cantábamos entonces a un beato, a la Bodega Victoria

Mujeres excelentes

Publicado en "Diario Menorca" el 9 noviembre 2013


JUEVES, 24

 Fina Salord, la indómita lideresa del Institut Menorquí d’ Estudis  me descubre a una no menos aguerrida dama ciudadelana del siglo XVIII, Joana de Vigo i Esquella que hizo del conocimiento ilustrado el centro de su vida, rompiendo la leyenda del analfabetismo femenino de la isla a raíz de la conquista española. Tradujo del francés  Ifigènia en Tàurida, un mito clásico de la literatura catalana y estuvo en la órbita intelectual de Voltaire… Allà va!

Enorme, por otra parte, el ejemplo de la filósofa Hanna Arendt cuyo biopic nos ofrece el Cine-Club Ateneo. Su tesis sobre “la banalidad del mal”, aplicado a los nazis (no eran diablos sino personas normales con la conciencia suspendida) le enajenó las iras de su pueblo (judío). Pero ella no entendía de pueblos, razas ni destinos manifiestos. Sólo de observación, amistad,  y raciocinio.

VIERNES, 25

Tras un susto de tráfico (una moto voladora que impacta contra mi coche en pleno podemó, Inés dixit), tarde de relajación expurgando recortes de prensa acumulados durante el verano. Encuentro una  insólita entrevista a Anotolio Alonso, un joven que sacó un 9.95 en Selectividad y que lejos de ser el previsible friqui que marcan los cánones de una sociedad amante de las etiquetas, es un chico que corre los 1.500 metros, estudia, lee, ve pelis y se baja música, pero prefiere ir a las salas de cine y le gustan más los libros de papel que los e-books (“Joder, macho, ¿todo el día con pantallas y cuando vamos a leer un libro, venga, ¡otra pantalla!?”,nos dice desenfadadamente). A la pregunta de cómo ve el mundo, Anatolio responde: “Soy super pesimista. El capitalismo está basado en la extralimitación de los medios, en la producción continua, en el consumismo continuo, en que gire la rueda… Pero esto no es así. El mundo es finito, hay lo que hay, hay unas materias, hay gente y hay unas necesidades creadas, porque no consumimos lo que necesitamos, sino que necesitamos lo que consumimos. Llegará el colapso…”

¿Quién habló de juventud desnortada?

Se acaba la reflexión cósmica y vuelve la autorreferencial. ¿Y si el motorista hubiera entrado por el parabrisas en vez de impactar en el lateral de mi coche? ¿Y si lo hubiera hecho  directamente en la espléndida Trattoria Vianello, cuya terraza estaba a rebosar? Y es que ya lo decía Woody Allen cuando le anuncian que su tumor es benigno: “Nuestra vida pende de un hilo, necesitamos respuestas”. El problema es que no las hay, salvo pequeños detalles, como la amabilidad y solvencia de la agente municipal Eva, los múltiples viandantes solidarios y la eficiencia de los servicios sanitarios. Chapeau.

SÁBADO, 26

Contrastan  las pocas ganas que muestra el Gobierno de intercambiar ideas con la comunidad educativa en pie de guerra por la “reforma Wert” (¡es la ideología, estúpido!), con los arrumacos  que les está dedicando a las asociaciones de víctimas del terrorismo (respetabilísimas, pero no pueden condicionar la agenda política), también soliviantadas por la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo por la llamada “doctrina Parot”.

Contrastan  las expansiones emocionales de algunos dirigentes sobre la sentencia de Estrasburgo con la notoria falta de pedagogía política (la mismísima señora de Cospedal habla despectivamente de “imposiciones de tribunales ¡de fuera!”).

Más contrastes: ¿Por qué otras víctimas, las del franquismo, siguen bajo las alfombras (en las cunetas, para ser más exactos), y las de signo contrario envueltas en incienso?

SÁBADO, 2

 Visita ayer al Nou Camp y constatación de cómo un partido de fútbol puede convertirse en un tostón. El derby  local sólo se vio amenizado en el minuto 17 de cada período con los consabidos gritos de “Independencia”, que se repiten hoy en el Teatro Goya durante la representación de “Barcelona”, una obra teatral que tendría su interés si la aligeraran de morralla patriotera. No se puede hablar de alta política si no se la despoja de pulsiones primarias. Y esto vale también para los defensores de unidades sagradas.

DOMINGO, 3

La prensa dominical  se explaya con el espionaje cósmico.  Europa tiene una ocasión de oro de afirmar su personalidad parándole los pies al gran hermano / gran oreja del otro lado del Atlántico. ¿Está dispuesta a hacerlo o se trata sólo de fer estamenya, que decía mi padre? (Gesticular, más o menos).

LUNES, 4

Leo en El País  un reportaje en el que urbanistas y expertos en seguridad vial critican el abuso de glorietas como solución al tráfico en los cruces: “Las glorietas funcionan cuando se adecuan en diseño y tamaño a la intensidad de la circulación que absorben. Muchas macro y microrrotondas crean más problemas que resuelven…”. Pues eso.

JUEVES, 7

Otra dama insigne: la mallorquina Carme Riera ingresa hoy en la Real Academia Española por su doble carácter de escritora de postín y catedrática de Literatura. Un motivo de orgullo porque Carme ha demostrado fehacientemente su respeto y compromiso con Menorca.

martes, octubre 15, 2013

¡No ensuciéis la política!


(Publicado en El País  el 4-10-13)
 
 
 
          En un mítico artículo gran reserva (“¡No pongas tus sucias manos sobre Mozart!”), Manuel Vicent, describía a un tipo de izquierdas que un día se deshizo del propio terror psicológico de que sus amigos le llamaran reaccionario y le arreó un seco bofetón a su hija.  Y es que la chica estaba en la leonera de la alcoba con unos amigos melenudos mientras el padre leía un informe del partido acerca de los índices del paro. Aquellos jóvenes llenos de pulgas y harapos ya le habían  manoseado sus libros y vaciado la nevera. En aquel momento su querida hija entró en la sala, se acercó a la estantería y pretendió llevarse a la madriguera el vinilo de la “Sinfonía nº 40” de Mozart. El padre, de izquierdas, saltó del sillón impulsado por el muelle del hartazgo y lanzó un grito estentóreo: “¡Mozart, no! ¡No pongas tus sucias manos sobre Mozart!”
           Algo en el clima político actual recuerda la atribulada perplejidad de ese pobre hombre tratando de analizar informes del partido mientras una pandilla de jovenzuelos escucha a todo volumen música de Led Zeppelin haciendo vibrar las paredes maestras de la casa y desvalija su nevera. La situación, hoy, es parecida a la de nuestro hombre de izquierdas. Un griterío de tertulianos y hooligans atrincherados  atruena las ondas  mientras conceptos como verdad o razón se escapan, mugrientos de tanto manoseo, por los albañales (“La mentira os hará libres”, llega a decirnos Fernando Vallespín en su último libro). El pobre hombre, ya sin partido pero aún creyente en los procedimientos democráticos, observa atónito como una tribu de desvergonzados (incluso recuerda a alguno de ellos de alguna asamblea del partido) asalta las instituciones en las que siempre creyó y trata de gritar como el desesperado personaje de Vicent: ¡No pongáis vuestras sucias manos sobre la política! Pero solo emite un sordo quejido que nadie  escucha.
            Y es que nuestro hombre, que ya no sabe muy bien qué significa hoy día ser de izquierdas o de derechas, no tiene claro a quién atizarle el sopapo liberador. Sus hijos, enfrascados en el frenético tecleo de sus cachivaches electrónicos, no saben, no contestan, el partido, los partidos, enzarzados en una  suicida y secretista endogamia, están hechos unos zorros, la propia monarquía (que él aceptó a regañadientes) está achacosa a más no poder, y él se desespera, impotente ante el descrédito creciente de la política. Ay! , ese obscuro objeto utópico por el que pisó alguna que otra comisaría, convertido hoy en caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de cepas bacterianas tan nocivas como la de los arbitristas capaces de las más disparatadas soluciones, o la de fantoches populistas como los que pululan por democracias de nuestro entorno.
                Nuestro héroe está convencido de que el atribulado personaje de Vicent tiene la clave. Solo hay que alterar ligeramente el guión. No se trata únicamente de abominar de  arribistas y corruptos para que dejen de poner sus sucias manos en la Política (con mayúsculas), sino que los pacatos las retiren de los inmovilizadores prejuicios que la pervierten y paralizan, porque es de los que creen que aún es posible cambiar las cosas. Empezando por el funcionamiento de los partidos, obligándoles a abrirse a la sociedad, a que sus cuentas sean controladas eficaz e implacablemente, a celebrar asambleas transparentes, elecciones primarias dignas de tal nombre, ¡a cumplir sus programas electorales! Seguiría con el funcionamiento de las instituciones (Justicia despolitizada, Parlamento más representativo, Senado como cámara de representación territorial, administración más transparente y eficiente), el impulso a una educación pública de calidad e  integradora, lejos de sectarismos…
               Y vayamos al busilis: nuestro aguerrido defensor de Mozart, se siente agobiado en  esta época de cristalización de la llamada revolución neoliberal que, en realidad, poco tiene que ver con el liberalismo clásico, estructurado con reglas claras, y se parece más a una especie de anarquismo de derechas, un modo transnacional, global, de entender la política, en el que se glorifica la irrestricta iniciativa privada, se reducen o directamente se eliminan  los controles externos a la economía, se desnaturalizan  los servicios públicos, y se toman decisiones “sin complejos” sobre temas precisamente demasiado complejos, porque, según sus gurús, demasiada democracia no es operativa y, en definitiva “hay que hacer lo que hay que hacer” No, nuestro héroe  no se resigna al mantra  de que “no hay alternativas”.
               Ese luchador pre moderno capaz de enfrentarse a su hija por un vinilo, se maldice por haber consentido que la izquierda, su izquierda, muñidora, junto con otras fuerzas moderadas, de los derechos de los trabajadores, la libertad de asociación, la seguridad social,  la jubilación, la laicidad republicana se haya dejado ganar la batalla por la libertad, que siempre había sido su bandera. Hoy día, masculla melancólico, los chicos neocon se han adueñado de tan noble concepto, enarbolándolo como un hacha en cuanto los progres intentan recuperar los viejos valores, como se ha visto en la tímida reforma sanitaria de Obama, o cuando se intentan poner límites cívicos al individualismo o ecológicos al desarrollismo.
Mientras vuelve a poner en la platina el vinilo de Mozart y enciende un pitillo transgresor, se pregunta si todavía existe una izquierda ilustrada (hoy día lo revolucionario es ser socialdemócrata, nos decía hace poco Fernando Savater), capaz de abrirse a la sociedad, afirmar el papel de Estado en la regulación de los excesos del mercado y en el favorecimiento de la igualdad de oportunidades, consolidar unos servicios públicos eficientes y sostenibles, invertir en universidades y escuelas, defender la laicidad contra el intrusismo religioso, fomentar la investigación, apoyar una televisión pública de calidad y ayudar realmente a los débiles y discapacitados…  
Y lanza un nuevo grito: ¡No pongáis vuestras sucias manos sobre la ilusión y la utopía!
 
 
 

Ácratas lingüísticos

(Publicado en El País el 12-6-13)



Todos los días vemos como los autodenominados “liberales” se llenan la boca del vocablo “libertad”, lo ensalivan con mimo y lo escupen por el colmillo como si fuera un hueso de aceituna. Han encontrado en la jaculatoria la coartada perfecta para su anarquismo de derechas, faltón y bullanguero, que abomina de la intervención estatal, aunque sean normas de tráfico restrictivas para el consumo de alcohol (“nadie me va a decir a mí lo que puedo beber o no”, soltó un día el más liberal de los liberales José María Aznar). Su principales caballos de batalla son los servicios sociales, que deben ser implacablemente aligerados, y los impuestos, que deben bajar incesantemente para que el dinero fluya hacia donde tiene que estar, el bolsillo de los ¿ex? contribuyentes. Etcétera.

Pero también es cierto que estos feroces libertarios echan mano firme de las leyes del Estado cuando se trata de defender sus principios (la indisoluble unidad de España, la cadena perpetua), sus creencias (aborto, matrimonio, reforma educativa) o sus manías (las armas en Estados Unidos, las modalidades lingüísticas por estos lares). Y aquí quería llegar, porque a quienes tenemos el catalán como lengua materna-y que por cierto no nos dejaron estudiar en la escuela-, nos cuesta entender por qué España no acaba de hacer suyas las otras lenguas españolas como nosotros hacemos nuestro el castellano, tanto que lo convertimos en nuestra principal lengua de expresión, pese a que nos relacionamos familiar y socialmente en catalán. Da la impresión de que a buena parte de la ciudadanía le cuesta asumir lo obvio: que en algunos de sus territorios hablan distinto y sienten de forma diferente sin que ello sea incompatible con una idea conjunta de España.

Dicho de otra manera: los que hablamos y sentimos en catalán, aunque no seamos catalanes, como es el caso de los isleños, somos o podemos ser España, pero a partir de ese pequeño detalle, que tiene poco de nacionalista y mucho de sentimental (aunque los nacionalismos apelen al sentimiento, no todos los sentimentales somos nacionalistas), y no lo hacemos por fastidiar ( per emprenyar, diríamos nosotros) sino porque es nuestra lengua, queremos preservarla y para ello es necesario defender su unidad, como cualquier otro idioma. Es decir, de la misma manera que hay diversas formas de hablar castellano pero una sola lengua castellana, también hay múltiples variedades de hablar catalán pero una sola lengua catalana.

Esto, que debería ser una obviedad, porque sin unidad lingüística una lengua no puede servir como herramienta cultural, se ha convertido en un auténtico esperpento con la aprobación por parte del parlamento aragonés de una ley que denomina “lapao al catalán que se habla en su franja oriental, con la indisimulada intención de no llamar a las cosas por su nombre y no dar al catalán lo que es del catalán. Pero no solo hay lingüistas creativos en Aragón: el propio presidente de nuestra comunidad balear, declaraba hace pocos días que “los mallorquines hablan mallorquín, los menorquines, menorquín, los ibicencos, ibicenco, y los formenterenses, formenterense”, sin mencionar ni una sola vez el vocablo “catalán”. Y menos mal que no hay  nativos “cabrerenses” o “conejerenses” porque, según la doctrina Bauzá, también tendrían su propia academia de la lengua.

Astracanadas aparte, lo cierto es que la epidemia de modalidades lingüísticas-así las llaman nuestros libérrimos liberales- no tiene otro propósito que servir de coartada para el auténtico objetivo de romper la unidad de la lengua catalana e imponer de forma natural  el predominio del castellano en las comunidades bilingües. Y de nuevo vuelve a surgir el maleable (para ellos) concepto de libertad: que cada uno, o sea cada comunidad, haga lo que quiera con su lengua cooficial (¿quién me tiene que decir a mí el nombre de la lengua que hablo o no hablo, etcétera?), o sea, barra libre para las barbaridades lingüísticas, con lo que se legitiman lapapazos de toda índole, por arbitrarios, irracionales y acientíficos que sean.  Tal como van las cosas, a nadie extrañará que pronto surja la “lapaoa” (lengua asturiana propia de Oviedo y alrededores) o la “lapapa” ( lengua argentina propia de la Pampa). And so on.

Como escribía hace poco en estas páginas Juan Claudio de Ramón (“Por una ley de lenguas”, El País, 7 de mayo), “necesitamos como el respirar una ley de lenguas oficiales. El precio que estamos pagando por no tenerlas en forma de envenenamiento, bronca y derroche malsano de energía es inasumible”. Una ley que abogue por la cooficialidad real de las cuatro lenguas españolas (a ver si podemos llegar a escribirlo sin cursivas), que facilite su uso a nivel estatal y que al mismo tiempo recoja el derecho a la enseñanza bilingüe en los territorios con dos lenguas cooficiales para que la inmersión no sea necesariamente a pulmón libre.

Desactivar pasiones un tanto artificiosas y dilucidarlas políticamente es crucial en unos tiempos en que abundan penurias mucho más terrenales. Reprimir con la legalidad en la mano (máxime si es arbitraria y estrafalaria, como en este caso de “las modalidades”) en este asunto lingüístico no solo es un sinsentido sino un argumento más a favor de esa “furia institucional iconoclasta”, de la que habla el catedrático de derecho constitucional Fernando Rey y que puede afectar incluso a gentes templadas a quienes irrita la sinrazón. Este atribulado país necesita menos ácratas lingüísticos y más sentido común.

La feria de las etiquetas


(Publicado en El País el 28-3-13)
 
 
 
Los enemigos del pensamiento son muchos y variados. Ya nos  advertía hace años Alan Finkelkraut de su inevitable derrota a pies de la banalidad, el eslogan y el prêt a porter ideológico. Últimamente ha sido Nicholas Carr quien nos ha prevenido de la superficialidad galopante de la cultura digital, que amenaza con acabar de una vez por todas, a base de distraídos cliks, con la reflexión y el pensamiento más o menos ilustrado, además de convertir a las nuevas generaciones en legiones de expertos taquígrafos que toman lo que les apetece de la red y, quién sabe si de la vida misma, cuándo y cómo quieren.
Pero hay otro poderoso enemigo del análisis fundamentado y del diálogo  basado en  argumentos dignos de tal nombre, y es la pasión por la taxonomía o, para entendernos en un lenguaje más coloquial, la formidable afición por el etiquetado ideológico que existe en nuestro país de países, como consecuencia (o causa, no lo tengo muy claro) de la guerra de trincheras de opinión que no cesa y que imposibilita una cuestión previa de cualquier proceso reflexivo: la disposición a escuchar al Otro sin prejuicios, la presunción sincera de que, por disparatada que nos parezca su deposición, puede albergar parte de verdad. 
Bien al contrario, la tendencia actual en todos los ámbitos después de los años de encantamiento democrático tras la dictadura, es el desdén hacia opiniones que presumimos manchadas por algún que otro pecado original. “Dice tal cosa porque es tal o pertenece a cual”, “Claro, qué va a decir si…”, son pensamientos que se nos filtran a todos por entre los resquicios neuronales, para llegar al reduccionismo más aberrante, a lo peor infundido por el auge planetario de la razón político-económica neoliberal.  A veces da la impresión de haber vuelto a los orígenes de la Transición, cuando los unos llevaban greñas y trenka y los otros bigotillo de mosca y pulseras rojigualdas. Demasiadas alforjas para tan poco viaje.
Para quienes escribimos y opinamos en público es tarea ardua (¿utópica?) el sustraerse a este estado de opinión denigratorio. Empezando por publicar en este u otro medio, de hecho el primer prejuicio aflora cuando vemos al prójimo con tal o cual periódico bajo el brazo, “¡qué va a pensar éste con la bazofia que se echa al coleto!”, ¡qué vamos a esperar de los medios del carajillo party los seguidores del blog del catavenenos José Mª Izquierdo!, ¡qué van a pensar ellos de quienes enarbolamos prensa progre!, ¿No es lógico que nos tomen  por intelectuales buenistas, tontos útiles, compañeros de viaje de nacionalistas y demás ralea  o cualquier cosa peor, a tenor de lo que escriben? 
Es imposible sacudirse la etiqueta que te han adjudicado por mucho que uno se esfuerce en demostrar no ya su objetividad (nuestra cosmovisión es siempre subjetiva), sino un decidido empeño por huir del sectarismo. Tú eres progre y sobre esta progresía construirás tu marco mental, parecen decirte emulando a Pedro, el fundador de la Iglesia. ¡La Iglesia!, ¿cómo evitar que te llamen comecuras si te atreves a cuestionar el espectáculo vaticano realzando su alejamiento del pueblo doliente  y plantear la equiparación de la mujer al hombre en el seno eclesial? O la monarquía: ¿puedes impedir que te etiqueten de irresponsable si osas sugerir que podría ser positiva una abdicación dados los achaques físicos y morales del actual inquilino de la Zarzuela?
En otro asunto crucial de nuestra convivencia, el llamado territorial, el empeño es aún más inútil dadas las pasiones que suscita. Así, desde mi mirador mediterráneo, una isla que fue británica, francesa y española en el  siglo XVIII (¡qué nos van a explicar a los menorquines de pertenencias e identidades!), no vemos las cosas con el desgarro victimista de los nacionalistas catalanes (pese a que pertenecemos a la misma comunidad lingüística lo que crea no poca afinidad sentimental) ni con el numantinismo de los que se sienten únicamente españoles (también nacionalistas muy a su pesar) y/o enarbolan una pétrea Constitución. Pues aún así, no nos libramos del calificativo de peligrosos catalanistas si se nos ocurre defender la protección de nuestra lengua, sea en inmersión libre o con botella. Y no digamos si manifestamos nuestra estupefacción por la desaforada reacción suscitada por las  declaraciones del fiscal superior de Cataluña.
El asunto del etiquetado se pone definitivamente chungo si tienes el coraje de discutir el dogma de “que sólo los individuos tienen derechos, no los territorios”, por creer, quizás ingenuamente, que esos individuos suelen  agruparse por diversas afinidades, la lengua entre ellas, en comunidades territoriales a las que dotan de instituciones democráticas que un día pueden articular una mayoría que solicita pacífica y democráticamente la opinión a sus ciudadanos con derechos individuales sobre el futuro de su propia comunidad. Entonces te la has cargado, como mínimo ya eres cómplice de los nacionalismos disgregadores. Y no digamos en sentido contrario: quienes en Cataluña se atreven a cuestionar la doctrina oficial sobre el derecho a decidir  son considerados poco menos que legionarios cabrunos.
Estos días, otro acontecimiento pone difícil salir por peteneras de la pasión taxonómica: la muerte de Hugo Chávez. Reconocer la notable disminución de la pobreza y el analfabetismo en Venezuela en los últimos años puede convertirte de la noche a la mañana en nostálgico del Che, por mucho que matices que el precio pagado ha sido demasiado alto, en forma de instituciones pervertidas, inseguridad jurídica, clientelismo, división social y arrasamiento de la clase media. Si has pronunciado la primera premisa, te has caído con todo el equipo y si sólo destacas lo segundo puedes estar incubando a un desalmado  neoliberal.
 Lo dicho: opinar reflexivamente te puede convertir en pieza de museo o en motivo de befa. Le diré a mi mujer que trabajo de pianista en un burdel.          
 
 
 

sábado, junio 15, 2013

Cabezas pensantes y orejas al acecho

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 15 Junio


7-VI-13

Un libro que se precie no sólo debe conmover sino herir, sacudir con cierta violencia las propias convicciones, que muchas veces no son más que prejuicios o cortadas autoindulgentes. Si como dice Cioran, hay que leer no para entender a los demás sino para comprenderse a uno mismo, eso ocurre con el último libro de Antonio Muñoz Molina “Todo lo que era sólido” (Seix Barral 2013), un prodigio de literatura entre autobiográfica y ensayística escrita con precisión de relojero (la adjetivación es prodigiosa), lucidez de observador experto y cultivado, y la pasión de aquel a quien nada de lo humano le es ajeno.

Cosas del azar, lo termino (mentira, el libro no se acaba, habrá que volver a él una y otra vez) el mismo día que le conceden al autor el premio Príncipe de Asturias de las Letras y pocas veces se me antoja tan merecido. Quienes leyeron en su día “Ardor guerrero”, un ajuste de cuentas con la caspa y miseria de la mili, no pueden perderse este inmisericorde relato del esperpéntico viaje de los españoles desde la opulencia de nuevos ricos a la cruda realidad, sus pompas y miserias, de las que todos somos culpables, unos por acción y otros por omisión (ahí duele al lector reflexivo).

Y es que hay dos tipos de literatura, la de evasión y la de reflexión, y consecuentemente, dos tipos de lectores, los que quieren pensar y los que sólo buscan entretenimiento, y decididamente estos últimos deben abstenerse de adentrarse en una lectura que no busca el aplauso fácil sino que intenta comprender qué nos ha pasado y por qué, premisas ineludibles para  acabar de una vez por todas con esta mascarada que nos ha llevado al pozo y poner las bases de una recuperación que no puede ser sólo económica sino también de fibra moral. No es, en suma, un libro para engancharse sino para degustarlo despacio, con un lápiz para subrayar y la mejor disposición de ánimo para reflexionar junto al autor (interactuar se diría hoy). Una joya.

8-VI-13

Fent ciutat en la mañana del sábado, luminosa tras la tormenta, es imposible no darse cuenta del cambio experimentado  en los últimos tiempos. Así me lo reconocen amigos de todas las tendencias políticas con quienes departimos en unas calles burbujeantes y coloristas. A base de aciertos y errores, pero escapando de la languidez inmovilista, el actual Consistorio ha conseguido revitalizar a un centro que llegó a presentar síntomas de rigor mortis. Ahora toca el puerto. Descartada la peatonización total por imperativo comercial, y para empezar, ¿qué tal si suprimimos los aparcamientos para comerciantes y camareros  y dejamos la circulación en un solo sentido?

9-VI-13

Miguel Herrero de Miñón, ex diputado del PP y padre de la Constitución configura las páginas más interesantes del domingo en El Mundo. Sobre el tapete, el eterno problema de la estructura territorial de España, sobre el que el profesor Herrero opina a pecho descubierto y a contracorriente de casi todos. Por supuesto en contra de su ¿ex? partido, aferrado al Santiago y cierra España, Constitución en mano, y también en franca oposición al irredentismo/victimismo catalán. ¿Y cómo se come esto? Imposible resumir, pero destaco algunas perlas:

“Creo en una España grande que pueda cobijar identidades nacionales diversas”

“Hay que ir hacia un Estado asimétrico en el que se recoja una situación singular y una relación bilateral con determinadas comunidades”.

“Errores en la pulsión secesionista de Cataluña: Primero, el nacionalismo es un fenómeno afectivo y los afectos no se tratan a golpe de leyes y decretos. Se tratan con símbolos, no con conceptos, y aquí los símbolos han sido muy mal tratados. En segundo lugar, se debería haber pactado en su momento con Pujol, en tercero, el tema de Endesa sobre el que se dijo que no se podía tolerar que la controlara una empresa catalana. El cuarto error es por parte catalana, el estatuto del 2005 fue un texto desaforado, pésimamente gestionado. Y también se equivocó el PP planteando un recurso global.”

“En cuestión de enseñanza, había que evitar a toda costa el modelo belga de dos comunidades lingüísticas que viven de espaldas. Y el remedio para eso era la inmersión lingüística. En Cataluña todo el mundo es bilingüe ahora. El que diga que en Cataluña no se habla castellano es que no ha ido a Cataluña nunca…”

“El pacto llegará. No será fácil ni rápido pero será. Y tiene que llegar por fases…”

Un alegato discutible, como todos, pero lejos de eslóganes partidistas y frases hechas. Otra cabeza pensante.

10-VI-13

La Razón: “Nadal, el esfuerzo de España”. Abc: “Nadal, la emoción de la mejor España” (portadas a toda página). Y luego dicen que los nacionalistas son  otros.

11-VI-13

El silencio de Obama sobre las presuntas escuchas masivas de la CIA es aterrador. ¿Que la seguridad implica pérdida de privacidad? La Stasi y la KGB pensaban lo mismo…

12-VI-13

Y ya me he comido el espacio cuando la fatiga del articulista me acogota. Son muchos meses de disciplina informativa (amplia y variada para no caer en el sectarismo), toques y retoques en busca de la coherencia en la diversidad y el tono amable, y recortes en masa para  no convertirse uno en  un plasta y de paso estar a bien con el Gran Recortador. No sé si he conseguido algo de todo ello, pero en todo caso es suficiente. Ahora toca releer clásicos bajo el ullastre, ver retozar a la nieta y viajar. Ardua pero gozosa tarea… Bon estiu a tothom!

sábado, junio 08, 2013

Mundos virtuales, problemas terrenales

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 8 de Junio


31-V-13

Salmonete arriba, salmonete abajo por el puerto de Mahón, voy charlando con un amigo sobre la furia digital de las nuevas generaciones, absortas en sus sofisticados cachivaches en cualquier lugar y circunstancia (¡ay, esas comidas con zombies tecleantes!), y del contagio que empieza a extenderse entre los mayores, del que felizmente mi amigo y yo por ahora nos libramos. De hecho, mi rudimentario móvil se mantiene en un pudoroso silencio la mayor parte del día, cosa que le agradezco. Es muy considerado.

Los utopistas de la tecnología, aquellos convencidos de que sus avances nos llevan al Edén de una sociedad más libre y participativa, más democrática, en suma, tal vez ignoran que Internet no elimina las relaciones de poder sino que simplemente las transforma, las jerarquías subsisten, aunque de forma más sutil, como afirma Daniel Innerarity (“Internet, el futuro de la democracia” Edit. Paidós, 2012), la de las grandes corporaciones (Google, Microsoft) y la social, porque un  cierto tipo de profesionales están sobrerrepresentados en la opinión on line.

Pero hay otro  condicionante más sutil y es la tendencia de la gente a agruparse según afinidades, en redes de mentalidad semejante que puede acabar aislando a sus miembros de otros flujos de opinión. En el “me gusta” subyace una trampa letal para la diversidad de opinión: se hace click en la gente que gusta, es decir que viene a opinar lo mismo o que es como uno mismo, de la misma manera que la gente suele comprar periódicos que no contravengan sus prejuicios sino que los confirmen.

Y ya puestos, pienso en un asunto crucial para la activación de la conciencia democrática, que no es otro que el periodismo. En la nueva era cibernética, la inmediatez implica una mayor dificultad para las comprobaciones, lo que ofrece un campo libre casi infinito al periodismo amarillo (sensacionalismo, rumorología). Contra lo que algunos suponen, la calidad informativa no ha migrado hacia Internet sino que sigue siendo patrimonio de los grandes medios tradicionales, constituyendo su principal razón de subsistencia. La noticia, su propagación instantánea urbi et orbe, las burbujas, para la prensa on line. El análisis, la reflexión, el reportaje profundo y fundamentado, siguen siendo por ahora para las grandes cabeceras. Por eso no tengo empacho en aceptar la oferta de una de ellas que me ofrece espacio virtual para mis opiniones. Es un reto, además de un honor.

1-VI-13

Nace Junio y sin embargo llueve, que diría mi amigo Tomeu. En tiempos apocalípticos, la huelga de rayos solares aborrasca aún más los entrecejos. Pero la vida sigue y, a pesar de mis prevenciones, acudo a la cita diaria con el mundo de Internet, concretamente a la página Caffe Reggio, que me ofrece los mejores artículos del día. Así accedo al de Manuel Castells en La Vanguardia, titulado “Internetfobia” y que parece contradecir mis reflexiones de ayer. Así, para el prestigioso sociólogo, Internet aumenta la sociabilidad, disminuye el aislamiento sobre todo en personas con dificultades de relación, y como corolario, aumenta la felicidad. Puede que tenga razón, pero el dietarista no renuncia a la suya. Pueden ser verdades complementarias, las dos caras de una misma moneda.

2-VI-13

Por primera vez veo al Presidente Rajoy con semblante relajado. Parece que vamos a conocer cifras esperanzadoras de la economía, principalmente una reducción de la tasa de paro. Ojala. Ojalá, ojalá, ojalá, ojalá… También luce el sol en la mañana de domingo. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.

Y de un político a otro, porque Florentino Pérez, empresario de éxito, es también político a tiempo parcial. ¿Cómo si no, interpretar sus palabras al presentar su candidatura a la presidencia del club blanco? ¿Quién si no un político de cuerpo entero es capaz de decir que los últimos tres años su  partido ha conseguido poner al Real Madrid en el sitio que le corresponde cuando hasta un ciego ve que han sido tres temporadas tan tormentosas como estériles, además de envilecedoras para esos valores que tanto pregona el madridismo? Florentino, a través de Mourinho, ha conseguido gaspartizar al Realísimo, un auténtico triunfo póstumo para el señor Gaspart. Que dure.

3-VI-13

Sobrecoge la violencia de género, ese  cruel y patibulario “la maté porque era mía”. Y me preocupa la supresión de la única asignatura que trataba de rebatir estereotipos machistas a los jóvenes. Nunca he podido comprender la inquina de la gente de orden a “Educación para la Ciudadanía”; ¿qué adoctrinamiento hay en enseñar a los niños la igualdad hombre-mujer o de razas, el rechazo de la homofobia, el necesario equilibrio entre libertad-solidaridad, el respeto a la naturaleza, o la relativización del dinero y la tecnología? ¿Qué mayor orden que la conformación de un espacio común de valores entre niños de todas las procedencias?  ¿Acaso no es ello compatible con la formación religiosa de su elección?

5-VI-13

Varios comentaristas de Es Diari hablan de las seculares trabas puestas en nuestra isla al progreso y la excelencia. Probablemente sea cierto, máxime si consultamos la historia y vemos que el asunto viene de lejos. Ya en el siglo XVIII británico los menorquines exigían exageradas cuarentenas a los vaixells  y las universidades tenían potestad de confiscar cargamentos de trigo si había carencia, o simplemente se ponían trabas a su libre comercio. No he encontrado estudios sobre posibles entrebancs de aquellas universitats (precursoras del Consell, al fin y al cabo) al intento (no documentado) de construir una posada agro turística  en Torralbenc, pero no lo descartaría…

 

martes, junio 04, 2013

De óperas y operetas

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 1 de Junio


24-V-13

Intento sobrevivir al maremoto aznariano, una abigarrada mezcla de mesianismo fundamentalista e intrigas cortesanas bajo el vuelo de  dagas traicioneras, un magma  muy adecuado para un libreto operístico en una tarde como la de hoy, en capilla ante la despedida de nuestro universal divo Joan Pons, ese ciutadallenc molt ciutadallenc que los mahoneses sentimos tan mahonés como pueda ser mi amigo Oliaigo Pons, un prodigio insólito en la historiografía isleña. Joan ha sido, con el formatge, el propio oliaigo, y sa penya de s’indio, el cemento más sólido de la menorquinidad (el Menorca Básket pudo serlo también pero fue demasiado breve).

Mientras espero el momento de desplazarme al “Teatro Joan Pons” (¿Why not?), intento desembarazarme, como he escrito más arriba, de la omnipresente sombra de Aznar / Mourinho (no sería buen negocio habernos librado del portugués para que acabe volviendo el recio castellano), pensando en la necesidad perentoria de devolver su significado primigenio a las palabras y a las cosas. Porque a la crisis institucional (partidos incluidos), económica y social,  se le añade la semántica, aquella que define el sentido de las palabras. Por ejemplo la de “liberal”, auténtico trending topic de la política actual, cuyo significado se ha pervertido tanto que uno corre el riesgo de tomar por tal al señor Bush, a  Esperanza Aguirre, al susodicho Aznar, o a esa caterva de ácratas lingüísticos que lapapean por España bajo la careta “liberal” de que cada cual hable la lengua que quiera.

El liberalismo político que cimentó el progreso político de Occidente nada tiene que ver con este pretendido anarquismo de derechas de los susodichos, que sólo habla de libertad económica y máxima garantía para la propiedad privada, mientras el genuino liberalismo de John Stuart Mill, entre otros, exige, además, libertad política, es decir cuidado de las condiciones necesarias tanto culturales como políticas para ampliar y mejorar la capacidad de elección de los ciudadanos, lo que le acerca mucho a la socialdemocracia( de hecho en EEUU, se les llama “liberales” a los socialdemócratas).

Trasladada mi cefalea aznariana al lector, decido anudarme la corbata por primera vez en el año y encaminarme al Teatro para aplaudir al ciutadallenc més maonés. Visca en Joan forever!

25-V-13

Intenso placer para el gourmet futbolístico. Contemplar una final de champions con la placidez de la asepsia sentimental, sin las palpitaciones que me hubiera provocado la presencia del Barça o del Madrid (por motivos opuestos, obviamente), es una auténtica maravilla, máxime si el partido es equilibrado, intenso, de alto nivel técnico-táctico y jugado con un fair play exquisito, antes, durante y después del partido. Una xalada.

26-V-13

Pues no hay manera de librarse de la alargada sombra de Aznar. Los dominicales rebosan de análisis y contraanálisis, panegíricos y diatribas. ¿Algo nuevo, diferente o ingeniosillo que decir?, se pregunta el atribulado dietarista. Bueno, quizás el agravamiento de la ya evidente  crisis  del bipartidismo entre el estrépito de los tambores aznarianos. Otrosí: ¿Se corresponde lo declarado por Aznar con lo que piensa buena parte del electorado del PP? ¿Acaso se está gestando una escisión en el hasta ahora monolítico partido conservador? ¿Estamos yendo hacia un multipartidismo en que tenga algo que decir una derecha(más) dura, alejada de maricomplejines? 

 Menos mal que encuentro un eficaz lenitivo en la prensa. En Es Diari y de la mano de la magnífica serie periodística de María Solá “Menorquines en el mundo”, asisto a la conmovedora lección de coraje vital de Agustín Llopis Sintes de Es Castell en su duro periplo laboral, con el romántico intento intermedio de regentar una librería, hasta su actual ubicación en Lausana (Suiza), donde ha podido reunir de nuevo a la familia y reencontrarse con su primigenio oficio de chapista. Hermoso ejemplo de lucha por salir adelante y preciosa serie la de María.

Pero es domingo y de un momento a otro vendrá mi nieta a la que no pienso hablarle de Aznar ni de luchas por la supervivencia sino enseñarle cosas de provecho. A lo mejor me la llevo a Sa Cala de Sant Esteve  a mostrarle la entrada del Podemó, que dice ella. Lo mejor de la abuelez  es  sin duda que no tienes que educar, sólo enseñar  en el sentido de descubrirle cosas, compartir tu experiencia con la criatura. No necesariamente malcriar, sólo manipular lo mínimo para que no te salga con los colores deportivos equivocados…

27-V-13

Impresionante testimonio humano a través de nuestro amigo escritor José Antonio Fortuny y la periodista de El País Rosa Montero. Se trata del texto “Panegírico” de Francisco Guzmán, nacido con parálisis cerebral y que pese a ello tenía una licenciatura en Física y otra en Humanidades. Francisco falleció hace un mes y dejó un escrito como mensaje final (se puede leer tecleando Panegírico minusval 2000) que es un monumento lírico y a la vez testimonio de su lucha incesante-que es la de nuestro amigo Fortuny- por la vida independiente, imposible sin una decidida y eficiente intervención pública que vaya bastante más allá de la hoy demediada Ley de Dependencia. Labor de titanes en los tiempos que corren.

 29-V-13

Afirma la nueva  consellera de Educación que examinarse de Religión es un signo de excelencia. Siempre me había preguntado cómo había llegado mi generación a semejantes cotas de excelsitud. Ahora lo comprendo.