31-V-13
Salmonete arriba, salmonete abajo por el puerto de Mahón, voy charlando con un amigo sobre la
furia digital de las nuevas generaciones, absortas en sus sofisticados cachivaches
en cualquier lugar y circunstancia (¡ay, esas comidas con zombies tecleantes!), y
del contagio que empieza a extenderse entre los mayores, del que felizmente mi
amigo y yo por ahora nos libramos. De hecho, mi rudimentario móvil se mantiene
en un pudoroso silencio la mayor parte del día, cosa que le agradezco. Es muy
considerado.
Los utopistas de la
tecnología, aquellos convencidos de que sus avances nos llevan al Edén de una
sociedad más libre y participativa, más democrática, en suma, tal vez ignoran
que Internet no elimina las relaciones de poder sino que simplemente las
transforma, las jerarquías subsisten, aunque de forma más sutil, como afirma
Daniel Innerarity (“Internet, el futuro de la democracia” Edit. Paidós, 2012),
la de las grandes corporaciones (Google, Microsoft) y la social, porque un cierto tipo de profesionales están
sobrerrepresentados en la opinión on
line.
Pero hay otro condicionante más sutil y es la tendencia de
la gente a agruparse según afinidades, en redes de mentalidad semejante que
puede acabar aislando a sus miembros de otros flujos de opinión. En el “me
gusta” subyace una trampa letal para la diversidad de opinión: se hace click en la gente que gusta, es decir que viene a opinar lo
mismo o que es como uno mismo, de la
misma manera que la gente suele comprar periódicos que no contravengan sus
prejuicios sino que los confirmen.
Y ya puestos, pienso en
un asunto crucial para la activación de la conciencia democrática, que no es
otro que el periodismo. En la nueva era cibernética, la inmediatez implica una
mayor dificultad para las comprobaciones, lo que ofrece un campo libre casi
infinito al periodismo amarillo (sensacionalismo, rumorología). Contra lo que
algunos suponen, la calidad informativa no ha migrado hacia Internet sino que
sigue siendo patrimonio de los grandes medios tradicionales, constituyendo su
principal razón de subsistencia. La noticia, su propagación instantánea urbi et orbe, las burbujas, para la
prensa on line. El análisis, la
reflexión, el reportaje profundo y fundamentado, siguen siendo por ahora para
las grandes cabeceras. Por eso no tengo empacho en aceptar la oferta de una de
ellas que me ofrece espacio virtual para mis opiniones. Es un reto, además de
un honor.
1-VI-13
Nace Junio y sin
embargo llueve, que diría mi amigo Tomeu. En tiempos apocalípticos, la huelga
de rayos solares aborrasca aún más los entrecejos. Pero la vida sigue y, a
pesar de mis prevenciones, acudo a la cita diaria con el mundo de Internet,
concretamente a la página Caffe Reggio,
que me ofrece los mejores artículos del día. Así accedo al de Manuel Castells
en La Vanguardia, titulado
“Internetfobia” y que parece contradecir mis reflexiones de ayer. Así, para el
prestigioso sociólogo, Internet aumenta la sociabilidad, disminuye el
aislamiento sobre todo en personas con dificultades de relación, y como
corolario, aumenta la felicidad. Puede que tenga razón, pero el dietarista no
renuncia a la suya. Pueden ser verdades complementarias, las dos caras de una
misma moneda.
2-VI-13
Por primera vez veo al
Presidente Rajoy con semblante relajado. Parece que vamos a conocer cifras
esperanzadoras de la economía, principalmente una reducción de la tasa de paro.
Ojala. Ojalá, ojalá, ojalá, ojalá… También luce el sol en la mañana de domingo.
Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.
Y de un político a
otro, porque Florentino Pérez, empresario de éxito, es también político a
tiempo parcial. ¿Cómo si no, interpretar sus palabras al presentar su
candidatura a la presidencia del club blanco? ¿Quién si no un político de
cuerpo entero es capaz de decir que los últimos tres años su partido ha conseguido poner al Real Madrid en el sitio que le
corresponde cuando hasta un ciego ve que han sido tres temporadas tan
tormentosas como estériles, además de envilecedoras para esos valores que tanto
pregona el madridismo? Florentino, a través de Mourinho, ha conseguido gaspartizar al Realísimo, un auténtico
triunfo póstumo para el señor
Gaspart. Que dure.
3-VI-13
Sobrecoge la violencia
de género, ese cruel y patibulario “la
maté porque era mía”. Y me preocupa la supresión de la única asignatura que
trataba de rebatir estereotipos machistas a los jóvenes. Nunca he podido comprender
la inquina de la gente de orden a
“Educación para la Ciudadanía”; ¿qué adoctrinamiento hay en enseñar a los niños
la igualdad hombre-mujer o de razas, el rechazo de la homofobia, el necesario
equilibrio entre libertad-solidaridad, el respeto a la naturaleza, o la
relativización del dinero y la tecnología? ¿Qué mayor orden que la conformación de un espacio común de valores entre
niños de todas las procedencias? ¿Acaso
no es ello compatible con la formación religiosa de su elección?
5-VI-13
Varios comentaristas de
Es Diari hablan de las seculares
trabas puestas en nuestra isla al progreso y la excelencia. Probablemente sea
cierto, máxime si consultamos la historia y vemos que el asunto viene de lejos.
Ya en el siglo XVIII británico los menorquines exigían exageradas cuarentenas a
los vaixells y las universidades tenían potestad de
confiscar cargamentos de trigo si había carencia, o simplemente se ponían trabas
a su libre comercio. No he encontrado estudios sobre posibles entrebancs de aquellas universitats (precursoras del Consell, al fin y al cabo) al intento (no documentado) de
construir una posada agro turística en
Torralbenc, pero no lo descartaría…