Prosigue en el Ateneo de Mahón el "Taller de Articulismo". El director del Diario Menorca explicó el manual de estilo de su periódico, Juan Luis Hernández expuso una didáctica lección del buen escribir y uno, telonero y con el temario ya muy acotado, se dedicó a prevenir contra algunas lacras del escribir periodístico, colonizado por los falsos amigos, esos infiltrados de otros idiomas, ingés casi siempre que empobrecen el nuestro: ejecutivo agresivo por emprendedor, confrontar por cotejar, convencional por tradicional, evidencias por pruebas, evento por acontecimiento, nominado por propuesto, privacidad por intimidad...
También expuse una lista de tópicos, como la actualísima serpiente multicolor en el Tour de Francia, los cálidos aplausos, el encuentro no apto para cardíacos, los denodados esfuerzos, las espadas en todo lo alto, y recordé los deliciosos tópicos de otras épocas como la pertinaz sequía o el complot judeomasónico, lo que fue tomado por una aguerrida asistente como falta de respeto al "régimen anterior". En fin.
Finalmente hice hincapié ( sería redundante escribir, como se hace "especial hincapié) en la moda de los archisílabos denunciada por el profesor vasco Aurelio Arteta, según la cual las palabras se estiran cursi e innecesariamente: así se escribe ejercitar por ejercer, complementar por completar, problemática por problemas, señalizar por señalar, intencionalidad por intención, necesariedad por necesidad, obligatoriedad por obligación, peligrosisdad por peligro, sobredimensionamiento por exceso, finiquitar por terminar, emotividad por emoción, etcétera etcétera.
También propuse tratar de huir de trincheras sectarias, pero esa será una historia para la última sesión.
domingo, julio 26, 2009
jueves, julio 23, 2009
Los peligros de la red
En el curso sobre "Articulismo" me referí también al "nuevo periodismo" de la red, los blogs, sus pompas y sus obras. Fantástica herramienta, sin duda, pero harto peligrosa, por el maremágnum informativo (¿cómo seleccionar?) y por la opacidad de muchas fuentes.En los blogs, interesantísimos en su misma interactividad, se cuela la hidra de los anónimos que, aprovechando su impunidad se dedican a introducir la insidia o sus rencores y neuras personales.
Este blog, que ha preferido mantener abierta la participación, ha sido colonizado por algún elemento perturbador que no deja de gotear sus obsesiones y falacias.
Como la de que este bloguero pertenece a la "clase acomodada", vamos, poco menos que aristócrata de casino y sacristía o ricachón pijoprogre o lo que se le ocurra en cada nueva ocasión. Pues se equivoca de plano el insidioso, y deseo dejar constancia de ello para eventuales visistantes del blog de fuera de la isla: jamás he pertenecido a dicha clase. Mi padre fue un médico de pueblo que vivió de ello, y no dejó herencia alguna. Tal es así que, fallecido mientras me hallaba en plena carrera, tuve que completarla con becas y trabajos de verano. Todo lo demás, una vida cómoda, pero no acomodada, me la he ganado trabajando, sin contar con otros recursos. Por otra parte, lo que pienso, digo y firmo es de mi propia cosecha. Jamás he pertenecido a partido alguno ni he gozado de prebendas públicas.
Dicho sea a beneficio de inventario.
lunes, julio 20, 2009
Articulismo
Debatimos sobre "Articulismo" en el Ateneo de Mahón, bajo los auspicios del Diario Menorca. Me corresponde hablar de mi experiencia de más de cuarenta años redactando columnas , y lo primero que digo es que no tengo ni idea de cómo las escribo, simplemente me salen. Creo que es algo parecido al llamado ojo clínico que en medicina es la activación simultánea de varios circuitos neuronales en los que se entremezclan casos parecidos, lecturas, experiencias y de allí surge la chispa del diagnóstico certero en medicina o de un artículo medianamente potable en periodismo.
Bien, dije que no sé muy bien cómo los redacto, pero sí tengo una idea más o menos clara de lo que tiene que ser un buen artículo. En primer lugar, su autor debe tener algo que decir y saber decirlo, en segundo lugar no debe pretender decirlo todo so pena de dejar para el arrastre a sus hipotéticos lectores, en tercer lugar debe utilizar el factor sorpresa para evitar el aburrimiento, y no puede faltar un ingrediente básico: el humor, la auténtica poesía del artículo, el género periodístico más libre y en el que el estilo marca la pauta (cierto grado de ombliguismo del articulista es inevitable, al fin y al cabo es su visión del mundo).
En cuanto a peculiaridades menorquinas expuse (originando una interesante discusión) la necesidad de seleccionar y pagar a los articulistas (cosa que no sucede), como vía imprescindible para la dignificación de su trabajo, así como la transversalidad de sus medios de comunicación: quien escribe en un medio nacional sabe qué tipo de público le va a leer. Aquí te va leer todo tipo de público, con los malentendidos que este hecho puede suponer... Seguiremos.
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