Debatimos sobre "Articulismo" en el Ateneo de Mahón, bajo los auspicios del Diario Menorca. Me corresponde hablar de mi experiencia de más de cuarenta años redactando columnas , y lo primero que digo es que no tengo ni idea de cómo las escribo, simplemente me salen. Creo que es algo parecido al llamado ojo clínico que en medicina es la activación simultánea de varios circuitos neuronales en los que se entremezclan casos parecidos, lecturas, experiencias y de allí surge la chispa del diagnóstico certero en medicina o de un artículo medianamente potable en periodismo.
Bien, dije que no sé muy bien cómo los redacto, pero sí tengo una idea más o menos clara de lo que tiene que ser un buen artículo. En primer lugar, su autor debe tener algo que decir y saber decirlo, en segundo lugar no debe pretender decirlo todo so pena de dejar para el arrastre a sus hipotéticos lectores, en tercer lugar debe utilizar el factor sorpresa para evitar el aburrimiento, y no puede faltar un ingrediente básico: el humor, la auténtica poesía del artículo, el género periodístico más libre y en el que el estilo marca la pauta (cierto grado de ombliguismo del articulista es inevitable, al fin y al cabo es su visión del mundo).
En cuanto a peculiaridades menorquinas expuse (originando una interesante discusión) la necesidad de seleccionar y pagar a los articulistas (cosa que no sucede), como vía imprescindible para la dignificación de su trabajo, así como la transversalidad de sus medios de comunicación: quien escribe en un medio nacional sabe qué tipo de público le va a leer. Aquí te va leer todo tipo de público, con los malentendidos que este hecho puede suponer... Seguiremos.