En el curso sobre "Articulismo" me referí también al "nuevo periodismo" de la red, los blogs, sus pompas y sus obras. Fantástica herramienta, sin duda, pero harto peligrosa, por el maremágnum informativo (¿cómo seleccionar?) y por la opacidad de muchas fuentes.En los blogs, interesantísimos en su misma interactividad, se cuela la hidra de los anónimos que, aprovechando su impunidad se dedican a introducir la insidia o sus rencores y neuras personales.
Este blog, que ha preferido mantener abierta la participación, ha sido colonizado por algún elemento perturbador que no deja de gotear sus obsesiones y falacias.
Como la de que este bloguero pertenece a la "clase acomodada", vamos, poco menos que aristócrata de casino y sacristía o ricachón pijoprogre o lo que se le ocurra en cada nueva ocasión. Pues se equivoca de plano el insidioso, y deseo dejar constancia de ello para eventuales visistantes del blog de fuera de la isla: jamás he pertenecido a dicha clase. Mi padre fue un médico de pueblo que vivió de ello, y no dejó herencia alguna. Tal es así que, fallecido mientras me hallaba en plena carrera, tuve que completarla con becas y trabajos de verano. Todo lo demás, una vida cómoda, pero no acomodada, me la he ganado trabajando, sin contar con otros recursos. Por otra parte, lo que pienso, digo y firmo es de mi propia cosecha. Jamás he pertenecido a partido alguno ni he gozado de prebendas públicas.
Dicho sea a beneficio de inventario.