Publicado en "Diario Menorca" el sábado 12 de noviembre
4-XI-11
Viernes tarde. Trabajo concluido. Me relajo un rato leyendo “Jo confesso” de Jaume Cabré mientras Tronya y Allen, a mis pies me miran como Astérix y Obélix a los centuriones: “Están locos esos lectores, menudo tocho”, parecen parlotear los canes ante el volumen de las mil páginas de la novela. Chopin en la platina de cedés a la hora de planificar este dietario (nada de haches, política la menos posible, Mourinho ni tocarlo). Una vez en marcha, cambio al tocadiscos para inspirarme con el jazz que va destilando la aguja mientras danza sobre el vinilo proustiano…
Reencuentro con papeles extraviados durante los dos meses que mi rodilla me ha tenido exiliado del altillo de mi casa donde guardo los tesoros. Así, al desgaire, doy con una cita, extraviada en el margen de un artículo ya amarillento, apócrifa pero sustanciosa: “El hombre es el ser que se define no por lo que hace-sus proyectos, productos, proezas, edificios, monumentos-sino por lo que el escrúpulo o la vergüenza le impiden hacer. El hombre que se rebela debe ser un hombre que se contiene.”Me suena al paisano Camus…
Gozoso hallazgo de una carta de las de antes (en su sobre), fechada el 29-6-11, día en que la resonancia magnética me mandó de nuevo al quirófano tras el último (y definitivo, so pena de divorcio) regate. Gracias, Manuel, por compartir sensaciones y emociones.
4-XI-11
Viernes tarde. Trabajo concluido. Me relajo un rato leyendo “Jo confesso” de Jaume Cabré mientras Tronya y Allen, a mis pies me miran como Astérix y Obélix a los centuriones: “Están locos esos lectores, menudo tocho”, parecen parlotear los canes ante el volumen de las mil páginas de la novela. Chopin en la platina de cedés a la hora de planificar este dietario (nada de haches, política la menos posible, Mourinho ni tocarlo). Una vez en marcha, cambio al tocadiscos para inspirarme con el jazz que va destilando la aguja mientras danza sobre el vinilo proustiano…
Reencuentro con papeles extraviados durante los dos meses que mi rodilla me ha tenido exiliado del altillo de mi casa donde guardo los tesoros. Así, al desgaire, doy con una cita, extraviada en el margen de un artículo ya amarillento, apócrifa pero sustanciosa: “El hombre es el ser que se define no por lo que hace-sus proyectos, productos, proezas, edificios, monumentos-sino por lo que el escrúpulo o la vergüenza le impiden hacer. El hombre que se rebela debe ser un hombre que se contiene.”Me suena al paisano Camus…
Gozoso hallazgo de una carta de las de antes (en su sobre), fechada el 29-6-11, día en que la resonancia magnética me mandó de nuevo al quirófano tras el último (y definitivo, so pena de divorcio) regate. Gracias, Manuel, por compartir sensaciones y emociones.
5-XI-11
Expectación en la prensa ante el acontecimiento del lunes. No puedo coincidir con el rechazo de los populares a debatir en la televisión pública a la que acusan de parcialidad, lo que me parece falaz e injusto ya que el cambio en la televisión pública es de lo poco positivo del zapaterismo (basta una leve comparación con Telemadrid, o con el período Urdaci).
La lluvia sigue repiqueteando los cristales en la tarde sabatina. Harto ya de humedad y papeles y sin Messi en el horizonte, me empieza a entrar el tedio cuando suena el timbre y no es el lechero sino un buen amigo que viene de plática para salvar lo que queda de fosquet. Y lo consigue sin hablar de fútbol, ni de viajes ni de mujeres, triple mérito. Pero queda off the record.
6-XI-11
Vuelvo al Geriátrico para visitar a una interna, dulce compañera en múltiples aventuras librescas, castigada por el látigo del infortunio, y como cuando iba regularmente a ver a mi tía me someto a un baño de realidad: sufrimiento y abnegación a partes iguales. Salgo a la banalidad circundante hecho un enano. Todo lo que veo me parece insustancial. Incluida la cortina de agua que arruina la visita al puerto. Pero llega Inés y la tarde se ilumina.
Me refugio en la lectura de Es Diari, y me detengo en el artículo “L’eterna bombolla de l’asfalt” del arquitecto Joan Enric Vilardell en el que, tras resaltar la flagrante carencia de infraestructuras en servicios básicos, se pregunta qué criterios imponen el creciente gasto en carreteras para ampliar vías de escaso tránsito o construir un puerto artificial a escasos kilómetros de otro natural sobre la mejora de servicios urbanos y espacios públicos… Es la política, hermano, aunque disiento en lo de la red vial: algunas actuaciones sí son necesarias y urgentes aunque sea para dos meses al año. Los atascos agosteños son un pésimo reclamo turístico…
7-XI-11
Me repantingo en el sofá para ver un debate previsible y un tanto gallináceo por la ausencia del tema clave: Europa en llamas. No entiendo de resultados en este tipo de competiciones, pero me resulta difícil adherirme a la unanimidad de proclamar vencedor a un Rajoy que se pasó la noche leyendo chuletas, profiriendo vaguedades, y esquivando los temas clave. Por su parte, Rubalcaba, mejor polemista, confundió el debate con una moción de censura al jefe del ejecutivo, aunque por lo menos planteó el tema europeo. En fin, no desespero de ver algún día un debate de verdad con periodistas del arco moderado preguntando e interpelando. ¿Por qué tanto miedo?
8-XI-11
Ante el incontenible aluvión de latiguillos tipo “Con la que está cayendo”, “Como no podía ser de otra manera”, “Es lo que hay”, “Por activa y por pasiva”, y la consabida ristra de “temas que se retoman”, sin que ninguno simplemente “se reanude”, decido suspender la lectura de información electoral hasta que pase la marabunta.
9-XI-11
Activo los trámites para votar por correo, experiencia inédita, me doy cuenta a última hora de que un viaje promocional de mi última novela me impide la votación in situ. Amables y solícitos en Correos de Es Castell, deposito con ilusión mi solicitud. La empleada me mira como diciéndome que no hay para tanto y le contesto que para quienes no empezamos a hacerlo hasta los treinta, una penetración en la urna es siempre como la primera vez…
10-XI-11
Parió la burra: lo del yerno del Rey pinta muy mal. Y peor aún la herencia del sátiro italiano.
