viernes, diciembre 16, 2011

El discreto encanto de las agencias de viajes

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 3 diciembre

18-XI-11
Viajar es, de alguna manera, como escribir ficción, dejarse llevar por los paisajes o los personajes. Es lo que nos ocurre recorriendo El Algarve portugués en el que nos perdemos sin un plan prefijado hasta que el azar nos lleva a la playa de Tres Hermanos en Portimao, un pequeño arenal entre majestuosas columnatas de arenisca, festoneada de islotes cónicos también amarillentos (¿Pregonda?) que emergen del agua como voluptuosos pechos de la madre naturaleza. La presencia de una cabaña-restaurante a pocos metros de la playa (al parecer, Portugal no dispone de un PSM siempre alerta), nos facilita un mediodía singular, mágico, inolvidable.


21-XI-11
Compro El País en la ciudad de Lagos, en el Algarve occidental, que ostenta el dudoso honor de haber iniciado en su seno el comercio de esclavos, pero ni la contemplación de la truculenta lonja consigue evadirme del impacto de la noticia de la desaparición de Javier Pradera, editorialista del periódico en su época más brillante, intelectual comprometido con los valores democráticos desde el franquismo al que combatió pese a que los milicianos republicanos habían fusilado a su padre y abuelo, dos prohombres de la derecha…
Bien todo eso es historia, pero lo que me conmueve en la lluviosa mañana lusitana mientras buscamos un restaurante abierto (parece Mahón en domingo) es mi propia experiencia con Javier, cuando le llamé a El País para invitarlo al Ateneo y fue algo más que amable. Lo sentí tan cercano como a un viejo amigo. Y así sería en el futuro, no sólo al compartir jornada ateneística, sino años más tarde en Madrid, cuando me invitó a su casa y me llevó a conocer el periódico de la calle Yuste, y finalmente a tomar un aperitivo en lo que él llamó enigmáticamente la boca del lobo hasta que me volví y contemplé un gigantesco escudo del Real Madrid, en cuyas puertas habíamos recalado…
La última vez que le vi fue hace tres o cuatro años cuando en una visita a Menorca con ilustres acompañantes (varios ex ministros de Felipe González y su compañero de El País Miguel Ángel Aguilar) me llamó para cenar con ellos y ponerles al corriente (en cursiva, pobre de mí) de la situación de la isla. Aquella noche Javier Pradera volvió a demostrarme no sólo su enciclopédico saber político, sino su infinita curiosidad intelectual, su maestría en el difícil arte de escuchar, su lúcida mordacidad en las puntualizaciones, su absoluta falta de sectarismo…

22-XI-11
Ya en Lisboa, recibo una alarmante llamada de Gracia Mercadal de la agencia de viajes Millenium Travel de Mahón que me saca del análisis concreto de la realidad concreta que no es otro que el del previsto resultado electoral.
-¿Os habéis enterado de que el día de vuestra vuelta hay huelga general en Portugal?
-Glups
Por la tarde, inquietos pero no quietos, paseamos por el Chiado buscando un buen lugar para escuchar fados no excesivamente pasteurizados, cuando de nuevo el azar juega sus cartas. Ahí está, hablando ante una cámara de televisión, el campechano filósofo Fernando Savater, con quien recordamos tiempos ateneísticos y al común amigo Pradera, al tiempo que le ponemos sobreaviso de la huelga.
De vuelta al hotel, Gracia nos comunica que todo está arreglado en un vuelo de la víspera de la huelga. No podemos evitar pensar con pavor lo que hubiera sido de nosotros si hubiéramos preparado el viaje por nuestra cuenta en Internet. Y es que acudir a profesionales competentes sigue teniendo sus ventajas. Y su encanto.

24-XI-11
Presentación en Barcelona de mi novela en el Espai Mallorca que me facilita un agradable reencuentro, aunque sea telefónico, con el ex director de Es Diari Roberto Coll-Vinent que excusa su asistencia por motivos de una agenda que no entiende de edades. Lo percibo en plena forma y me alegra el día tras escuchar, de las magníficas anfitrionas del Espai, los temores nada infundados sobre el futuro de la singular librería…

27-XI-11
Conjeturas masivas en la prensa dominical sobre los hipotéticos planes de Rajoy… Como pesimista radical que no espera nada bueno y por tanto, trata de espigar siempre lo menos malo, me conformaría que hiciera como el primer Felipe González, es decir, caso omiso del programa máximo de su partido (Felipe no nacionalizó la banca ni se comió crudos a los curas, y espero que Rajoy no se ponga a bajar impuestos a mansalva o a dar la tabarra con la autoría del 11-M), y que se rodee de gente preparada aunque no sea del partido. No sé si es lo que Dios manda o no, pero parece lo más razonable dada la situación (¡He conseguido no escribir “con la que está cayendo”!).


29-XI-11
La perla de la semana se concede al siempre solemne (untuoso) José Bono y su proclama nacionalista sobre el ¡Viva España! (no sólo catalanes y vascos cuecen habas patrioteras), que según él debería pronunciar cualquier aspirante a la secretaría general del PSOE. ¡Qué país y qué paisanaje!