7-XII-12
Día de resaca constitucional.
Interminables exégesis, ristras de fotografías oficiales con la consabida ausencia
de los presidentes catalán y vasco, miradas de hielo entre Ana Botella y Rubalcaba, vecinos a la fuerza.
Nada nuevo, salvo la metáfora taurina del inefable ministro Wert tras su
enésima entrada de elefante ( toro) en una cacharrería, y las limitaciones, ya
estridentes, de una Carta Magna que debería adecuarse al nuevo siglo en lugar de ser
esgrimida como un adoquín ante los nuevos retos de una sociedad plural, de un
país plurinacional…
De todo este tráfago, y una vez
limpiada la hojarasca, me quedo con la canción triste de la mengua progresiva del espacio público, atosigado por
la praxis neo liberal y la fragmentación individualista que genera el mundo
virtual de internet, al que se suma el creciente sectarismo de los medios de
comunicación, que ya no se recatan en proclamar su adscripción ideológica por
encima de la información cabal y el debate sosegado, convirtiendo el debate público en una guerra de trincheras.
Por si fuera poco, se acaba de dar
otra vuelta de tuerca regresiva con la supresión de la asignatura de Educación
para la Ciudadanía, que con más aciertos que errores pretendía consolidar ese espacio común en el que no hubiera
separación de alumnos por origen social,
sexo, raza, religión… ¡O lengua!, y en el que todos ellos compartieran valores que deberían ser
comunes y que lo son en la mayoría de países de nuestro entorno.
Cuesta entender que entre
intelectuales de los dos principales partidos no encuentren ese mínimo espacio común con premisas tan
aparentemente universales como enseñar a todos
los niños que democracia es participación, que el dinero no es, no debe ser, la
medida de todas las cosas, que la homofobia está mal, que hombres y mujeres
comparten la misma dignidad humana, que hay que preservar la naturaleza, que
todas las creencias religiosas son respetables pero no obligatorias, que es justo
y razonable impulsar políticas que favorezcan la igualdad de oportunidades…
8-XII-12
Comunión espiritual anoche entre
rectores de Es Diari y la cohorte de
colaboradores que llenan, llenamos, sus páginas con ilusión de becarios. Suenan
sinceras-y compungidas- las palabras de presidente y director (éste con un estimable
sentido del humor), por la crisis que asuela a los medios de comunicación,
heridos de muerte por la caída en picado de los ingresos publicitarios y por la
competencia de la red, que ha obligado a reducir plantilla, a
sobrecargar de trabajo a la que queda, y a una larga travesía por el desierto
de la incertidumbre. Pero Es Diari
está en el ADN de los menorquines y los colaboradores lo
sabemos. Queremos que sobreviva y en ello estamos.
Departo amable e irónicamente con
nacionalistas irredentos (creyentes,
al fin y al cabo) y con pertinaces debeladores de la inmersión lingüística (también
creyentes, aunque no lo sepan), con colchoneros a quienes felicito por su reciente nuevo éxito en el Bernabéu, y con curas
pertrechados de galones (que aseguran leerme atentamente); pintoras de sonrisa refulgente, agentes inmobiliarias
a las que la crisis no les ha agriado el carácter, historiadores
particularmente vermells, madres/abuelas
coraje que me ayudar a enjugar la riada de baba por mi nieta, y hasta descubro una faceta desconocida de un viejo
amigo y contrincante tenístico, Demi Llull, clandestino ejecutor del crucigrama
de los domingos… Entre copas, recuerdo mis comienzos periodísticos,
manufacturando periódicos caseros, publicando en Es Diari crónicas de fútbol
y tonterías de adolescente (¡¡ En 1964, rediez!!).
9-XII-12
Leo con sumo interés en un Diari, hoy especialmente interesante, la
reseña sobre la perfumería Floris de Londres, fundada en 1730 por el menorquín
Juan Femenías Floris, un lugar de peregrinación insoslayable en mis periódicas
visitas a la capital inglesa. La descubrí en los setenta y desde entonces no falta
la visita para proveerme de las mejores brochas de afeitar del mundo y de paso
afirmarme patrióticamente en el Menorca
power de sus emigrantes emprendedores.
Aprovechando la ocasión y la
centralidad urbana de Jermyn Street, tan cerca de Piccadilly Circus, se hace
también inevitable una visita a Paxton and Whitfield, una quesería también
única en su género. Ay, Londres, patria
querida, ¡qué maravilla sería depender de ellos en vez de Palma / Madrid!
Tendríamos BBC en lugar de IB3 y seguro que nos tratarían con más deferencia. Y
probablemente no padeceríamos secuestro aéreo (de hecho mantienen ahora enlace
directo con nosotros a través de Monarch
Airlines, compañía a la que los menorquines deberíamos rendir pleitesía). Y
Wert no podría españolizarnos (tampoco
Bauzá, vatuadell). Y no se colaría Intereconomía
en nuestro zapping. Y Mourinho sería
una lejana pesadilla. Y, y…
12-XII-12
“Esos manojos de papel doblado que
unos ancianos cada vez menos numerosos compran en unos pintorescos sitios
llamados quioscos…” (Timothy Garton Ash en El
País)
¿Es ese el futuro de los periódicos
de papel? Paren el tren que me bajo.
13-XII-12
¿Anunciará mañana Ocimax alguna película para mayores
con reparos o seguirá con su programación juvenil? José Luis Portella,
ora pro nobis.