sábado, enero 11, 2014

Carta del Rey Gaspar

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 11 Enero


Querido Periquet:

        Permíteme ante todo que rescate, además de la escritura con estilográfica, el apelativo con el que tu padre se te dirigía. Se lo merece tu fidelidad ya que siempre me escribiste personalmente a mí, nada de genéricos, funcionariales, “queridos Reyes Magos”, siempre a tu amigo Gaspar. También te agradezco que nunca te pusieras estupendo con aquello de “tráeme lo que quieras”, tan empalagosamente “buenista”, tú siempre sabías lo que querías, si un colt o una bicicleta, o ambas cosas a la vez.

        Este preámbulo nos servirá, además, para retroceder en el tiempo hasta cuando eras ese “Periquet” que ya gustaba de pergeñar periódicos caseros y hacer tus primeros pinitos en Es Diari bajo el magisterio de Paco Pons Capó, el hombre que  te inoculara el virus periodístico cuando aquel era sólo el “cuatro hojas” y tú un pipiolo… ¡Qué tiempos aquellos! No, no te pongas en guardia, sé que la nostalgia es un error y todo eso, pero no me negarás que entonces el periodismo era  periodismo, con reporteros a pie de calle husmeando las noticias, en lugar de andar tecleando todo el día tras asistir a ruedas de prensa sin preguntas o con preguntas domesticadas…

          Me hablas de tu desazón política. Recuerdo nítidamente tus cartas de los primeros ochenta, llenas de ilusión y, permíteme que te lo diga ahora que ha pasado el tiempo de la ingenuidad, en las que me hablabas, entusiasmado, de que por fin seríamos una democracia europea, con políticos transparentes y políticas sociales progresistas y.… Ay, Periquet, permíteme que sonría mientras derramas esa furtiva lágrima. Y es que, escucha la voz de la experiencia de quien lleva dos mil años contemplando el panorama, la naturaleza humana no cambia. Sí lo hacen las instituciones, las leyes, la técnica, la ciencia, todo ello puede mejorar las condiciones de vida, pero en esencia, el hombre (y la mujer, me diría  Baltasar que siempre está a la que salta con eso de las discriminaciones), sigue siendo el mismo cretino de siempre. Y hoy día tenemos tantos ejemplos de lo que te digo que resulta ocioso abundar en ello.

             Y vayamos ya a tus peticiones más concretas para este año: el balón de fútbol que sueles pedir siempre para pelotear en el jardín y que invariablemente se pincha a las pocas semanas, queda en suspenso porque sólo lo he encontrado blanco y sé que es un color que te produce alergia. En cuanto a la agenda de papel, tampoco la he encontrado, ya no hay demanda, como se dice ahora, vamos que eres un antiguo en tu tenaz resistencia a usar las agendas electrónicas y los whatsapps y esas cosas (Melchor es uno de esos colgados que todo el día andan tecleando y han dejado de hablar), pero seguiré buscando, te lo prometo. 

          Pero te decía al principio  que los tiempos han cambiado  porque ni siquiera sé si podremos volver el año que viene. Europa está dejando de ser tierra de acogida y   algunos extranjeros no somos bien recibidos, sobre todo Baltasar, por razones obvias, y yo mismo, que acabo de descubrir por facebook que tengo antepasados rumanos. Me da la impresión de que el auge de movimientos populistas, por no decir claramente xenófobos está destruyendo la esencia de Europa.  Y podemos añadir otro factor que dificulta nuestra milenaria (iba a añadir  benemérita, pero no me veo con un  tricornio) labor de ilusionar a los niños y psicoanalizar a adultescentes como tú, es la desigualdad galopante que se está instaurando en el mundo occidental en la que unos pocos, muy pocos, lo tienen todo y muchos, los más, no tienen nada….

        ¿Tú crees que se puede repartir felicidad ortopédica cuando falta lo más elemental? Además, Periquet, hoy día la gente prefiere la click happiness aquí y ahora, pulsando la tecla del ordenador al aplazamiento virtuoso de los deseos como en nuestros ¡buenos tiempos!, en que el regalo era un premio y no un capricho, ah!, y cuidado con el carbón porque puede traumatizar a las criaturas. Las perspectivas no son buenas: sólo se habla de marcas y rentabilidad, las humanidades son erradicadas del sistema educativo, al igual que la deseable ética universal, arrolladas ambas por la implacable marcha de la brigada ligera de la razón económica y las supersticiones.

          En cuanto a tu nieta Inés, no sé si le va a gustar que no me hayas encargado muñecas ni vestidos para princesas ni teléfonos inteligentes ni tabletas, entiendo tus razones, pero no se puede batallar solo contra molinos de viento. Es lo que hay, los roles persisten y salirse del cauce puede dejarte reducido a una pieza de museo como folklórico abuelo cebolleta. Está bien que veas películas de Charlot con ella y que le cuentes historias de Asterix y Obelix antes de entrar en “La isla del tesoro” o “Veinte mil leguas de viaje submarino”, pero te va ser imposible abstraerla de la realidad que nos circunda y  atosiga con las sacrosantas tendencias.

Ah! Y no, no me olvido de tu Barça, asperjaré incienso y polvo de oro en el Nou Camp para que los días de vino y rosas se prolonguen, y echaré un poco de la mirra esa a los que tú y yo sabemos.

Y cuídate la próstata. Abrazos regios, Gaspar Repons.