sábado, febrero 17, 2007

Dietario, 17 de Febrero

Dietario publicado "Diario Menorca" el sábado 17 de Febrero

9-II-07
El Ateneo vuelve por sus fueros con un ciclo de conferencias que promete no tener desperdicio. Las inicia hoy un Félix Pons crecido intelectualmente desde la distancia de los avatares políticos. Analiza transiciones, constituciones y consensos desde una perspectiva académica, y por tanto apartidista, que nos reconcilia con el Pensamiento (quizás por esto había pocos políticos en la sala: les suelen ir mejor los eslóganes)…
Pero el conferenciante no resuelve las dudas que genera el punto clave del constitucionalismo español: la imbricación de Catalunya y Euskadi en un proyecto común. Porque es que no es sólo la estrategia ante el terrorismo lo que divide a los españoles, sino la mismísima cuestión vasca y, en menor medida, la catalana. ¿Es posible una integración a satisfacción de todos? No, evidentemente, de quienes piensan que la nación es sagrada, y esto vale tanto para los abertzales como para los feligreses del concepto de la sagrada unidad de la patria española, única e indivisible, etcétera.
Otro asunto es si pensamos que en la patria como convención y acuerdo (no inmutable sino modificable) entre ciudadanos libres. Hay muchas formas de entenderlo, y en este caso nos ayuda a reflexionar el notario Juan José López-Burniol quien expresaba su idea el otro día en El País (“Conllevancia o autodeterminación” 2-II-07). Según el jurista, la cuestión vasca sólo puede acometerse de dos formas, o bien la plena aceptación de un estado federal, con la reforma constitucional que precisa y con todas sus servidumbres solidarias (¿podríamos fiarnos de un nacionalismo insaciable?) o bien encarando directa y claramente la secesión, o sea, la independencia de Euskadi y, añadiría yo, con la doctrina del Tribunal Supremo de Canadá en la cuestión de Quebec como marco (una mayoría suficiente a determinar, ¿un sesenta por ciento del electorado, quizás?, consentimiento del resto del país, reparto de muebles etcétera)…
¿Estará preparada algún día la España que se siente española para afrontar semejante escenario? Visto el irredentismo de buena parte de la ciudadanía vasca, el griterío de los hooligans del ¡España, coño! y la nueva ofensiva jurídica (?) contra el Estatut catalán, lo dudo razonablemente.

10-II-07
Según el filósofo francés Giles Lipovetsky ( “Los tiempos hipermodernos”. Anagrama 2006), los individuos hipermodernos (o sea, nosotros), estamos a la vez más informados y más desestructurados, somos más adultos pero a la vez más inestables, menos ideologizados y más deudores de las modas, más abiertos y a la vez más influenciables, más escépticos y menos profundos…
Acudo a una boda escéptica y es una de las pocas ocasiones en que no me aburro ni tengo que salir por piernas ante la pavorosa amenaza de que me hagan bailar la conga. La ameniza Arturo, el alcalde guay, y se impone la razón generacional: Volare, Dúo Dinámico, Yesterday, una delicia retromoderna en la que demostramos que se puede cantar sin tener ni remota idea de las letras de las canciones y ponernos nostálgicos sin dejar de reírnos de nuestras artísticas y señoriales arrugas…
O sea que, volviendo con Lipovetsky, vivimos tiempos paradójicos en que rebrota la religiosidad pero aumentan los descreídos, queremos vivir en el frenesí (la xalada perpetua, he escrito en otra ocasión) y al mismo tiempo estamos acojonados por esto y por lo otro, jugamos a ser gourmets pero medimos las calorías y nos analizamos el colesterol cada dos por tres.
Pero no sé que decir de esta pretendida hipermodernez, porque en mi caso, la paradoja me ha acompañado desde mi más tierna infancia: por ejemplo, nunca he sabido si disfrutaba más viendo ganar al Barça o perder al Realísimo, lo que entonces no me atrevía a decirlo por justificado temor a la España profunda. De hecho, la primera vez que se me vio el plumero fue en un congreso oftalmológico en Sevilla cuando en un inmenso y abarrotado hall de hotel me levanté alborozado para cantar un gol del Liverpool al Real Madrid en una final europea: fui el único… y escapé por los pelos del linchamiento ¡Qué me va a contar Lipovetsky de las paradojas, gritar inocentemente gol y casi morir en el intento!

11-II-07
XI Mandamiento: “No intentarás convencer a nadie de nada para lo que no dispongas de evidencia objetiva” (José Laborda, Decano de la Facultad de Medicina. Universidad Castilla –La Mancha). Otro gallo nos hubiera cantado si Yahvé lo hubiera promulgado en el Sinaí, pero claro entonces ya primaba la razón de empresa…
XII Mandamiento: “Con los debidos respetos, tenéis todo el derecho del mundo a la blasfemia” (de la propia cosecha, en solidaridad con los compañeros periodistas del Charlie Hebdo que han tenido el coraje de reproducir las viñetas danesas del profeta). Si Él no pudiera aguantar alguna que otra broma de sus criaturas, la situación del planeta sería más desesperada de lo que nos cuenta Al Gore…

12-II-07
El sentido del humor, es uno de los sentidos menos comunes de los realmente existentes, pero como todo el mundo dice que mola tenerlo, pues hay que manifestarlo, se dicen algunos, y lo rebuscan desesperadamente en sus rasposas entretelas. Y claro sale lo que sale, una especie de mueca patética, como la del ex presidente Aznar quien, ante una inocente pregunta de un periodista sobre las armas de destrucción masiva matarile, quiso responder con fino humor y claro, salió lo que salió, un horror. Le prefiero serio y reconcentrado como siempre, sin complejos.
13-II-07
No quisiera desengañar a los múltiples admiradores de las virtudes maternales de Tronya, pero la verdad es que ha dado de alta prematuramente a sus cachorros, o sea que pasa de ellos, y empiezo a estar hasta el gorro de biberones y paseos a la luz de la luna…de febrero.
Mientras cuido a uno de ellos, Jazz, que ha tenido un mal encuentro con una oruga procesionaria, contemplo atónito la toma de posesión del nuevo ministro de Justicia, el primer caso en la historia de la política mundial en que un gobernante es fusilado política y mediáticamente antes de que el reo haya tenido la oportunidad de decir esta boca es mía ¡País!