martes, febrero 13, 2007

Esquitxos

Resulta curioso el revuelo que ha levantado un artículo periodístico del futbolista del Barcelona Oleguer, publicado en una revista catalana de escasa circulación. En medios de comunicación de la Villa y Corte se han producido espectaculares y dramáticos reasgamientos de vestiduras, porque al bueno de Oleguer, que es un chico la mar de pacífico a quien, contrariamente a la inmensa mayoría de sus colegas, le gusta leer y seguir la actualidad política desde su punto de vista cercano a Esquerra Rebublicana, se le ocurrió manifestarse en torno al "tema De Juana" para coincidir en lo que ayer dictaminó el Tribunal Supremo, es decir reducir al máximo la condena por un delito de opinión.
Lo curioso del caso es la doble vara de medir que se usa en la España profunda para este tipo de cosas, porque el jugador itinerante Salva Ballesta, ahora en el Levante, cedido por el Málaga, lleva años declarándose admirador acérrimo del régimen de Franco, defensor de la pena de muerte y celebra sus goles (no muchos, la verdad), saludando militarmente. Por mucho menos, un futbolista italiano del Lazio, declarado admirador de Mussolini ha tenido que pasar por el juzgado varias veces...