sábado, enero 19, 2008

Cachetes, dependencias, crispaciones y diadas

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 19 de enero 2008
11-I-08
Sopapo o no sopapo, that is the question. No pienso en Guantánamo ni en traumáticas detenciones de patriotas vascos sino en el ancestral cachete paterno, ahora en cuestión y que a mí nunca me llegó. Sí recibí uno hace casi cincuenta años, propinado por un Hermano de La Salle, que quedaría cincelado de forma indeleble en mi cerebro, y que tuve ocasión de rememorar el otro día, al atender en mi consulta profesional a otro miembro de la congregación lasaliana quien me comunicó que el abofeteador continuaba vivito y coleando. Me quedé pensativo y algún extraño resorte me impulsó a salir de estampida a la escalera con un mensaje para mi antiguo agresor:
-Dele las gracias de mi parte al Hermano X y dígale que nunca más volví a atribuir a nadie palabras que sólo habían existido en mi imaginación.
Añadí un libro dedicado.

12-I-08
Parece que el actual gobierno no encuentra quien le tosa en logros sociales. Al menos es lo que dicen sus voceros, y uno de sus proyectos-estrella es sin duda la llamada Ley de Dependencia, un avance innegable, pero claramente insuficiente para los discapacitados profundos, como se ha encargado de explicarnos en estas mismas páginas José A. Fortuny. En realidad, y a pesar del autobombo gubernamental, parece una ley pensada exclusivamente para los ancianos, que no resuelve en modo alguno (por falta de la necesaria dotación económica) el asunto clave: posibilitar el acceso de los discapacitados a una vida independiente, que no quiere decir productiva ( o sea que puedan trabajar en esto o aquello), sino digna, en la que puedan realizar su proyecto vital sin tener que sacrificar el de sus allegados.

13-I-08
Esplendorosa mañana en el puerto leyendo la primera entrega de la oceánica entrevista que realiza Pedro J. Ramírez al presidente Rodríguez Zapatero en el diario El Mundo, mientras mi mujer, provista de auriculares, me va informando del coitus interruptus del Vive Menorca ante el Estudiantes. La verdad es que en un domingo al sol, las derrotas deportivas duelen menos, sobre todo si se produce el milagro de hacerte un hueco entre coches aparcados para contemplar desde una terraza la cada día más remozada, siempre evocadora, Illa del Rei.
Por la tarde, con el Barça con los deberes hechos y en espera que algún día pase el cadáver de mi adversario blanco, repaso papeles, uno de ellos referido a las más esotéricas fobias de los humanos. Las comprendo todas desde que descubrí que me soliviantaba que me dieran el periódico no ya arrugado o con las hojas desigualadas, sino simplemente con las puntas levantadas... ¡No pongas tus sucias manos sobre mi periódico! Y no digamos cuando me descubrí soñando despierto que un mayordomo inglés me traía el desayuno a la cama, y en otra bandeja-no fuera a mancharse-, el periódico... recién planchado. Qué raros somos.

14-I-08
Leo la segunda parte de la entrevista de mi tocayo P.J. Ramírez (¡qué enorme periodista si no cediera a la tentación amarillista!) al presidente Zapatero. La entrevista es un monumento periodístico, tanto por lo incisivo de preguntas y repreguntas sin concesiones, como por la capacidad encajadora del presidente, que no rehúye ningún tema. Comenta hoy Ramírez en la radio que su amigo Aznar le hubiera respondido con más de un bufido ante preguntas mucho más templadas...

15-I-07
Se acabó la legislatura, la más crispada, según leo en el Abc digital antes de salir de casa. Tengo mis dudas: recuerdo la crudeza de aquella otra del “Váyase señor González”. Curiosamente, las dos etapas, con los socialistas en el gobierno, lo que me lleva a una reflexión elemental: ¿será porque los sociatas cuando están en el poder no hacen otra cosa que montar guerras sucias o atentados, romper España, hincarse de rodillas ante los terroristas, perseguir víctimas o comer curas? ¿O bien porque la derecha no acepta de buen grado perder el poder?

16-I-08
Los líos de las listas electorales, con sus navajazos y decapitaciones, me hacen enrojecer de vergüenza ajena... y de envidia por el ejemplo norteamericano. Los caucuses, con todas sus lacras y mercadotecnia, nos dan sopa con onda democrática. En EEUU, ninguna faes hubiera neutralizado a un político de la valía de Gallardón.

17-I-08
La victoria del Mallorca, ayer en el Bernabéu, me alegra la Diada. Parece (no veo al Real por prescripción facultativa) que les hicieron probar a los blancos la misma pócima que ellos aplican por doquier: un portero más que solvente, suerte a raudales, y media ocasión de gol. ¿Que nos és guapo això?
Inapetente crónico para eventos nacional/folkclóricos, celebro la Diada con un agónico partido de tenis con un aguerrido ciutadallenc, un paseo familiar (Tronya y Allen incluidos) por Sa Cala de Sant Esteve, un contundente arrós de la terra en Mercadal y entonando subrepticiamente un senyor demunt un ruc en el camino de vuelta. Con todo ello colmo mis necesidades patrióticas.
Navego en Internet para superar el horrible mono de un festivo invernal sin fútbol y me detengo en la página de don Mariano Rajoy en la red social Facebook. En ella, un grupo llamado “No sin Gallardón” y que se confiesa votante habitual del PP, escribe lo siguiente: “Ya está bien de la derecha recalcitrante y antigua, la que gusta tanto a la izquierda porque gana votos. España necesita una derecha moderada con respeto a todos ya a todo, y sin influencias del Opus Dei, la Iglesia Católica, o los antiguos dirigentes con un rencor absurdo e ilimitado. Sin Gallardón no hay voto”
¡Cielos, progres en el reino libegal! ¿Será verdad lo del Apocalipsis?