31-XII-07
Prófugo de la avalancha de análisis de las desgracias del año, me consuelo rememorando otras efemérides menos luctuosas: hace cuarenta años se publicó Cien años de soledad, unos melenudos de Liverpool grabaron Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band, los hippies coronaban sus testas con flores, Lola de los Brincos alcanzaba el número uno de las listas de éxitos y el infinito de sueños guatequeros, y Mike Nichols empezaba a gestar El Graduado, icono cinematográfico de aquellos años en que creímos que aún todo era posible, incluso ligar con una señora mayor.
Nostálgicamente reconfortado y con el móvil apagado, me siento fuerte para afrontar la cena de fin de año. Alea jacta est.
Prófugo de la avalancha de análisis de las desgracias del año, me consuelo rememorando otras efemérides menos luctuosas: hace cuarenta años se publicó Cien años de soledad, unos melenudos de Liverpool grabaron Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band, los hippies coronaban sus testas con flores, Lola de los Brincos alcanzaba el número uno de las listas de éxitos y el infinito de sueños guatequeros, y Mike Nichols empezaba a gestar El Graduado, icono cinematográfico de aquellos años en que creímos que aún todo era posible, incluso ligar con una señora mayor.
Nostálgicamente reconfortado y con el móvil apagado, me siento fuerte para afrontar la cena de fin de año. Alea jacta est.
1-I-08
Tras haber cultivado el espíritu con el Concierto de Año Nuevo, me siento en el trono del padre para observar con arrobo cómo se desenvuelve la comida de primero de año: ante mis ojos, una esposa con más más de treinta y cinco años de impecable hoja de servicios a la Causa, dos hijos en quienes tengo puestas todas mis complacencias, una nuera con la sonrisa más luminosa del planeta, una tía nonagenaria extremadamente lúcida y con mil historias que contar y Tronya y Allen a mis pies ... Concluyo que estoy ante una imagen beatífica porque debo de ser una persona de orden, muñidor de un modelo familiar tradicional. Brindo con oporto.
2-I-08
Parece ser que el modelo familiar que ayer me encandilaba está en crisis. Lo han dicho algunos obispos en una de sus ya habituales manifestaciones callejeras, adobándolo con un exceso de especias. Pero creo que yerran el tiro a la hora de atribuir responsabilidades. Las que yo discierno tienen poco que ver con la política. A saber:
-La crisis del modelo familiar tradicional empieza cuando el matrimonio empieza a contraerse por amor en vez de por componendas familiares: y es que el interés permanece pero el amor no sólo se marchita sino que adopta formas variadas.
-La entrada de la mujer en el mercado de trabajo le da autonomía económica: ya no necesita ser ama de casa de día y geisha de noche.
-La píldora le da libertad sexual: descubre la posibilidad de disfrutar más allá de la procreación ( reconocida de facto al hombre desde la noche de los tiempos).
-El lujo deja de ser privilegio de las clases adineradas, todo el mundo lo ve a su alcance, se democratiza.
-El valor del sufrimiento y la resignación sufre un deterioro profundo. La gente deja de creer en el valle de lágrimas para traspasar sus fervores al edén de la diversión perpetua, enjoying o, en nuestro medio, la gran xalada. Nadie quiere aguantar ni así.
-La persecución de tan dispendiosos objetivos obliga a los hipotecados cónyuges a unos horarios laborales esclavistas que van en detrimento de la vida familiar.
-La labor embrutecedora y aislante de la televisión, no es desdeñable.
No sé si la evolución es buena, mala o todo lo contrario, pero es, y no creo que cambie con otro tipo de legislación, con sermones, ni con manifestaciones más o menos apocalípticas. Ni tampoco creo que el fenómeno tenga nada que ver con una presunta disolución de la democracia.
3-I-08
Breve incursión política: no creo en el Centro como corpus ideológico, pero sí en la Moderacíón como ideal de convivencia.
5-I-08
Todos nos hicimos traumáticamente mayores el día en que el espabilado de turno nos contó en el recreo que los Reyes eran los padres. Adiós a todo eso fue la primera de nuestras desgarradoras despedidas, pero la magia -hoy día demediada por el intruso Papá Noël -regresa cada 6 de enero, aunque con fórmulas distintas. Leo en la edición española del New York Times que, entre los preescolares norteamericanos, los regalos más populares este año son teléfonos móviles, ordenadores portátiles y reproductores de mp3. En la lista de juguetes más vendidos, una bicicleta estática conectada a un videojuego. Según la Academia de Pediatría nortemericana, los juguetes tecnológicos no pueden sustituir a los juegos que requieren usar la imaginación. ¿Estaremos abocados al fin del juego infantil? ¡Por fin un apocalipsis de verdad que llevarme a la pluma!
7-I-08
Dolor solidario por el trágico accidente de Alayor. Preocupación creciente por la fascinación que produce la velocidad. Estupefacción ante la impunidad de los fabricantes de coches y la legislación que les avala.
8-I-08
¿Barak Obama o Hillary Rodham Clinton? Aunque preferiría a los Clinton por su experiencia, lo importante es que el mundo se quite de encima la pesadilla de la etapa neocon, esa teocracia de cowboys con la que Bush ha castigado al planeta durante los últimos ocho años. Los europeos necesitamos ir hombro con hombro con los norteamericanos pero no a cualquier precio, como creyeron equivocadamente Blair y Aznar, para afrontar juntos los grandes retos del siglo XXI, la crisis energética, el cambio climático, la inmigración o la amenaza del terrorismo islamista. Un ingente trabajo para gente sin complejos... autoritarios.