Me refiero a la marcha de la Presidenta del Consell Insular de Menorca, Joana Barceló, quien abandona el gobierno insular para acceder a una consejería del Govern Balear. ¿Un ascenso?. Tengo algunas dudas en cuanto a su promoción política, las albergo todas en cuanto a la conveniencia de dejar el puesto por el que fue votada repetidamente en la isla de Menorca.
El prestigio personal y político de Joana es tan ingente que su hueco difícilmente va a ser colmado por su sucesor en el puesto, y no creo que muchos de quienes le votaron estén conformes con su ascensión (?) a los cargos baleares. De hecho, una gran mayoría social, incluidos muchos votantes de la derecha, estaba tranquila y confiada con la presencia de Joana al frente de las competencias menorquinas, por su probada capacidad de diálogo, prudencia y saber hacer, acreditados en muchos lances políticos, y ahora de alguna manera se sienten huérfanos.
Muchos hubieran entendido un abandono por su promoción a "Madrid" como tantas veces se ha sugerido, pero lo de la consellería balear suena al chocolate del loro... o a mera excusa. Por no hablar del deber ético de los ungidos por las urnas de acometer la tarea por la que fueron elegidos salvo causas de fuerza mayor. Que no parecen claras en esta caso.