Con la nueva temporada llega una novedad en este blog: dejarán de publicarse comentarios anónimos. Y lo primero que tengo que decir es que la medida no me causa precisamente satisfacción por cuanto mi voluntad desde que se abriera hace ya unos años ha sido siempre dialogar con todo el mundo, tender puentes de entendimiento incluso, y diría que especialmente, con aquellos que desde el primer día han manifestado una especial animadversión hacia mis planteamientos, y que en más de una ocasión ha trascendido hacia aspectos personales.
La razón principal es que me he cansado (y aburrido mortalmente) del tono monocorde de los comentarios, siempre sesgados hacia la misma tendencia política, de las descalificaciones de quienes como el firmante no comparten sus puntos de vista y de la propia asimetría del debate, ya que mis anónimos comunicantes demuestran conocerme desde hace años y el blogero no puede saber a quién se dirige, lo que me ha generado hartazgo además de una creciente desconfianza.No he conseguido que entraran comentarios menos sesgados y creo sinceramente que es inútil seguir intentándolo. La ingenuidad tiene un precio y yo creo que ya lo he pagado con creces.
Mi correo electrónico estará abierto y receptivo para quienes deseen comunicarse conmigo y enriquecer el debate, no enconarlo. Internet nos ha abierto un mundo de posibilidades pero también de peligros. Uno de ellos es la proliferación de falacias intoxicadoras amparadas en el anonimato. Intentaremos recoger lo bueno, aún a riesgo de quedarnos solos.