16-XI-12
Ya estamos de nuevo con los pintorescos
“brotes verdes” que pusiera de moda la anterior ministra de Economía Elena
Salgado entre la burlona algarabía de la oposición, hoy en un gobierno que, mira por dónde, vuelve a
hablar de la deseada floración que el pueblo no ve por ningún lado. Y es que hay
una sombra de patetismo en el intento de nuestros gobernantes por hacernos ver
que están al timón de la nave, cuando el más lerdo ve que está manejada con
mando a distancia desde Berlín, a partir del día en que Frau
Merkel descolgó el teléfono para marcar el número (y el paso) de José Luis
Rodríguez Zapatero, a la sazón ingenuo y desapercibido presidente del Gobierno.
Ojalá esta vez los “brotes” no sean
de pega como aquellas pasteretes
pintadas que, hace décadas, florecieron por la ciudad hermosa y galante o como
ese decorado de quita y pon que trata de
ocultar a los turistas el adefesio ruinoso del antiguo Hospital Militar para
devolverlo al final de temporada a la resignada mirada de los nativos,
recordando, con perdón, a aquellas bambalinas de cartón piedra que montaban en
la Rusia soviética cuando la visitaban dignatarios extranjeros…
17-XI-12
Espeluzna la lectura del último libro
de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Enonomía, sobre el auge de la desigualdad
en un mundo donde, afirma, que el 1% de la población tiene lo que el 99%
necesita (“El precio de la desigualdad” Edit. Taurus 2012). Según el economista
norteamericano, el capitalismo no está cumpliendo lo que prometía, sino que
está dando lugar a lo que no prometía: desigualdad, contaminación, desempleo y,
lo que es más importante, la degradación de los valores hasta el extremo en que
todo es aceptable, y nadie se hace
respetable…
Volver a identificar y desenmascarar
al Mal, a lo no respetable, es hoy
tan crucial como cuadrar las cuentas públicas, escribía no hace mucho el
dietarista en otro lugar. Y para ello es imprescindible la autocrítica,
asignatura pendiente de los españoles, nos decía ayer en La Vanguardia el constitucionalista alemán Dieter Nohlen: “La
española es una cultura política adicta a la crítica y alérgica a la
autocrítica. El principio de poder no descansa sobre responsabilidades
compartidas, como en las democracias maduras y consolidadas, sino sobre la
negación de errores propios.”
18-XI-12
Repaso el interesante y civilizado debate
histórico en Es Diari entre Miguel
Ángel Casasnovas y Juan Hernández Andreu, a cuenta del gobernador inglés de la
Menorca del XVIII, Richard Kane. ¿Fue o no positiva la gestión d’en Vermell ? Los anglófilos intuimos una respuesta afirmativa porque
difícilmente se podría ir peor bajo un régimen que, un siglo atrás, había
afeitado en seco a un monarca voluble y entrometido, que en una España inquisitorial
y absolutista.
Pero la historia no se escribe con
intuiciones ni deseos ni prejuicios de anglófilo irredento. Es otra cosa, son
fuentes, es rigor analítico. Estaremos atentos.
19-XI-12
Paso por alto la información de
cloacas que ocupan varias páginas de Es
Diari. No me interesan los pormenores de las inmundicias de Matas y los
suyos. Tampoco los hedores de esa guerra de cloacas en torno a las elecciones
catalanas. Me traen a la memoria un antológico párrafo de
Daniel Pennac en “Diario de un cuerpo” (Mondadori 2012) sobre las deposiciones
humanas que no me atrevo a reproducir para no herir sensibilidades, y que los lectores corajudos podrán leer en la página 161. Un libro, por otra parte, de lo más original e interesante, nada menos
que la autobiografía de un cuerpo y sus reacciones a lo largo de una larga
vida…
20-XI-12
Un año sin Javier Pradera, amigo
ateneísta con quien pudimos compartir varias jornadas inolvidables, uno de los
últimos intelectuales comprometidos con su tiempo, esa especie en fatal
extinción, diezmada por la banalidad imperante, arrasada por los entertainers. Su compañero y continuador
en la revista Claves, Fernando
Savater, le dedica buena parte del número correspondiente a Noviembre/
Diciembre, en cuyo editorial escribe lo siguiente: “Los verdaderos
intelectuales, los provechosos, no son gurús ni sumos sacerdotes sino más bien
aceleradores de partículas mentales, ciudadanos que tratan a los demás como si
fueran intelectuales.”
El problema, amigo Fernando, es que
la gente de hoy día no quiere que le aceleren las neuronas sino que se las
masajeen… los de su tribu.
21-XI-12
Sobremesa vigorizante en el taller de
periodismo que dirige Rafa Ayala en el Club de Jubilados de Mahón. Me
ametrallan a preguntas que obligan a acelerar mis partículas mentales, como
preconiza Savater. Oftalmología, periodismo, literatura, pregones… ¡mi vida
entera en una hora y media tan intensa como placentera! Gracias, amigos.
También hace un año del advenimiento
de Rajoy al Gobierno. ¿Bien, mal, regular? Que lo diga Angela Merkel. En cuanto
a las pequeñas cosas que se le
permiten (televisión pública, interrupción del embarazo, tasas judiciales,
políticas educativa y sanitaria, etcétera), más bien parece un peligro que una
solución… ¿Hay alguien más?