domingo, abril 28, 2013

Sólo los alemanes pueden salvarnos

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 27 Abril


19-IV-13

Viernes mediodía + sol= “Podemó” (Port-Maó en versión de la pequeña Inés que cumple tres años). Van reabriendo los restaurantes, han derruido ya la putrefacta casita (sus ratas se han paseado durante años por mi terraza paredaña), que entorpecía el paso peatonal al ascensor. Me siento ante el paisaje de mi infancia, el que contemplaba encandilado por “el primer sol de España” nada más  despertar, mientras escuchaba el trajinar de mi madre en la cocina.

No había sombras de preocupación, ni una nube de inquietud, el mundo del  niño estaba estructurado: me conformaba con que me llegara la dosis semanal del Capitán Trueno, que Bahamontes ganara el tour y que no soplara el xaloc, aquel desagradable viento que nos pegaba de frente acompañado del persistente y odioso flop flop de las olas batiendo contra el muelle. Aquel  bufido del sur llenaba de suciedad nuestras plataformas de baño como hoy día la incesante marea de la corrupción enloda nuestras expectativas de futuro.

Por la noche, el documental sobre Woody Allen que emite Canal + me saca, a base de sonrisas, del ensimismamiento en que me ha dejado la disertación del embajador Dicenta en la biblioteca de la Fundación Rubió, una disección fría y cortante de la actualidad por parte de alguien que conoce los entresijos de la política internacional. ¿Estamos asistiendo a un fin de época? Lo hablamos al final, recordando aquellas clasificaciones escolares: edad antigua, moderna, contemporánea… ¿Empezará de verdad algo nuevo que nos restituya una pizca de fe en la humanidad?

20-IV-13

Inés me proporciona, al despertar, su aportación literaria a Sant Jordi. La tomo en brazos para enseñarle el nuevo día. Le digo, innecesariamente, que las hojas de los árboles se mueven, porque ya se había dado cuenta mirando el ullastre.

-Las hojas bailan con el viento-me dice, tal cual.

Me quedo gozosamente pasmado. Balbuceo alguna nimiedad y me seco la baba para que no se me note cuando llegue mi turno de lectura de “El pequeño príncipe” en Ses Moreres…

21-IV-13

Coincidí  hace unos años en un debate televisivo de IB3 con la monja Teresa Forcades y me causó una inmejorable opinión: argumentaba con fundamento, carecía de complejos y tabúes y mostraba gracejo y contundencia. El asunto iba del papel de la Iglesia en la sociedad actual y se mostró totalmente crítica con la marginación de la mujer en el seno eclesial. “Fue decisión política de Pablo VI, ningún texto bíblico la avala” le espetó a un cura defensor de la ortodoxia…

Hoy  veo a la inquieta monja, también médico,  promoviendo un partido-anti partido de democracia radical y en defensa de los más desfavorecidos y me pregunto dónde está la Iglesia fiel al mensaje de Jesús de Nazaret, si con los que manifiestan preocupación, ¿exclusiva?, por el aborto y   los gays, o con movimientos  como el que encarna Teresa Forcades…

22-IV-13

El Ayuntamiento  ha hecho caso  a los comerciantes del puerto (sólo uno, como Astérix, resiste a los coches desde su aldea del Moll de Llevant), no habrá restricciones de tráfico este verano, y los parroquianos seguiremos  cenando en las terrazas entre restallidos de tubos de escape, humaredas con aromas de gasolina y tratando de  contemplar, por alguna rendija entre coches, retazos de la lsla del Rey  iluminada. Sic transit.

23-IV-13

Bajo un rato al carrer Nou  a cumplir con el rito de Sant Jordi. Aunque no compro ningún libro-ya lo hago de forma claramente excesiva durante todo el año-, sí me hago con cuatro rosas para mis chicas de la consulta, que me premian con un gratificante ósculo. Una flor, un beso, que no és guapo açò?

24-IV-13

Esta mañana he caído del caballo y una luz cegadora (más bien cuatro fogonazos) me ha hecho ver la verdad. Y es que solamente la señora Merkel y sus terminales futboleras pueden  salvarnos: bajo ningún concepto deben permitir el derroche que significaría que el Real Madrid ganara la décima. Hay que seguir por la senda de la austeridad (los portugueses también, por bocazas).

25-IV-13

La coalición Merkel-Lewandoswky me ha hecho caso: anoche, cuatro nuevos decretos-leyes contra  los manirrotos del Sur,  aunque desde Madrit nos van a dar la matraca  estos días con el “espíritu de Juanito” y demás apelaciones patrioteras…

Mientras tanto, en Irlanda parece que tienen otra manera de encarar los desahucios: Alguien se declara insolvente para pagar su hipoteca y una agencia estatal le manda un gestor que  prohibirá a esta familia irse de vacaciones, tener televisión de cable, tener coche si hay un transporte público en la zona, o llevar a cabo ciertos gastos que se consideran lujos. Entretanto, seguirán ocupando la casa, pero con un plan que terminará por hacer frente a las deudas más adelante… ¿Cómo aplicar semejante plan en el país de la Real Gana?

martes, abril 23, 2013

Reserva mundial de chorizos y modalidades

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 20 abril"


10-IV-13

Sentado en una terraza del puerto mientras espero a mi mujer. Situación idílica: una cerveza, un periódico nuevecito y la perspectiva de comer en buena compañía al lado del mar, contemplando S’illa del Rei. A mi lado, en una mesa cuatro jóvenes acicalados en presunta visita de trabajo a la isla parecen ajenos a la realidad. No les he visto dirigir ni una mirada a las aguas de la hermosa rada. Tampoco hojean periódico alguno. Permanecen absortos en un frenético tecleo de sus locos cacharros cibernéticos. Me llegan retazos de su conversación: trendy, whatsaap, ipod, cool… Les supongo sobradamente preparados, aunque me temo que sólo para su profesión. ¿Entienden algo fuera del mundo virtual?, ¿conservan alguna sensación como la de mirar indolentemente el mar?, ¿pasó por su cabeza preguntarse qué diantres sería aquella isla que tenían enfrente con aquel vetusto edificio?, ¿sabrán que no están en Mallorca?  

Cuando llega mi mujer le digo que necesito una copa. Me ve la misma cara que cuando un visitante al que acompañábamos desdeñó mirar el puerto, “visto uno, vistos todos”, nos espetó. “Otra para mí”, contesta ella.

11-IV-13

Aeropuerto. Veo a Lando, vecino y, sin embargo, amigo y me alegro como siempre. Me gusta encontrarme con caras de toda la vida en lugares / no lugares (los aeropuertos, como los macro centros comerciales son no-lugares, espacios homogéneos miméticos los unos de los otros, impersonales), porque les confieren humanidad. No sé, uno se siente más protegido entre caras conocidas que entre clones tecleantes.

-Pues termino el domingo-me dice-, me jubilo.

-No fotis, bueno, quiero decir enhorabuena.

Y así son las cosas. Nuestro paisaje vital va dando a paso a algo distinto que no acabamos de interiorizar. Pero comprendo a Lando. Más de cuarenta años de turnos cambiantes y pasajeros exigentes es más que suficiente. Le oiré ahora a través del seto dándole al càvac y hablaremos de libros y de nuestro Barça. Cuida las vértebras, Lando, y gracias por tus inapreciables ayudas en fárragos viajeros.

12-IV-13

Avión. Aceptada sumisamente la angostura de las filas de asientos en aras de la sacrosanta productividad, ¿por qué no suprimen el sádico mecanismo que permite al ocupante del asiento delantero reclinarse salvajemente contra tus rodillas y arruinarte  cualquier intento de lectura y /o meditación trascendental?

13-IV-13

Sevilla. Varios congresos médicos. Inminencia de la Feria de Abril.  Calor  y bullicio. Omnipresencia de la fiesta. Niños vestidos de marinerito y niñas-novia celebrando su primera comunión. Damas emperifolladas con tacones de vértigo y floripondios diversos. Imaginería religiosa por doquier. Librería de San Pablo en la calle Sierpes: only el papa Francisco y asimilados. Huida.  Celestial estofado de rabo de toro en El Burladero, remozado pero fiel a su cocina milenaria. Taxistas parlanchines pero no mitineros. Betis-Sevilla mientras tapeamos. Mayoría de sevillistas indignados. Tortitas de camarones. Barrio de Triana y olé. Banderas republicanas en el puente, rojigualdas por doquier. Barrio de Santa Cruz, atiborrada evocación del poblado de pescadores de Binibeca. Casa museo de la duquesa de Lebrija: mudéjar con mosaicos romanos. Pre feria de abril. Casetas ya efervescentes. Jarana. Cante jondo. Alegría a raudales. Mayoría de seres que se hablan y gesticulan sin auriculares ni teclas de por medio. Inyección intravenosa de españolidad (¿sobredosis?). ¿Dónde está la crisis?

15-IV-

Regreso al Territorio Bauzá, reserva mundial de chorizos hispánicos con gomina y modalidades lingüísticas autóctonas, donde me entero de que se va a impartir una especie de Formaciò del Esperit Baleà a las criaturas, hasta ahora presas del pérfido imperialismo pancatalanista. Por lo visto, y dadas las incontrovertibles pruebas científicas de la nocividad  del catalán estándar por su carácter extranjerizante, se sustituye por el mallorquín estándar, que es mucho más “nostro”, dicen. Donde esté un vatuadell que se quiten los doncs y a les hores.

Quedo a la espera de sendos comunicados del CMM (Círculo Més Nostro) y del MN (Movimiento Nativo) en los que se anuncie una fuerte campaña en contra del totalitarismo mallorquín y a favor de la edición de libros en las modalidades maonesa (repletas de mérvals, pomades y prunes de neversó), ciutadellenca (con allà và, aixiques, y sa vélo como abanderadas), alaurenca som vinguts!) e incluso d’es Castell (“sanayas” i ganivets). Según mis noticias, el MN exigirá además la recuperación de la peculiaridad lingüística talayótica, la d ‘es carrer de la Plana y la d’es vergers d’es Migjorn… ¡Por las modalidades hacia el Olimpo cultural! Por fin seremos una unidad de destino en lo esperpéntico, un buen reclamo turístico, sin duda.

17-IV-13

Los periódicos del carajillo party glorifican hoy la mesurada reacción de pueblo y autoridades estadounidenses en el atentado de ayer en Boston, que está siendo realmente ejemplar, y la comparan con las algaradas callejeras, acoso a las sedes del partido en el gobierno, etcétera, tras nuestro 11-M. Tienen razón, pero olvidan un pequeño detalle: el presidente norteamericano y su gobierno no han salido en tromba a contar mentiras. Si Aznar hubiera obrado como Obama estos días, nos hubiéramos evitado un bochorno universal y, más que probablemente, su partido no hubiera perdido el poder. 

jueves, abril 18, 2013

De confusos relativistas y astutos mininos

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 13 de abril


29-III-13

Viernes santo, recuerdos en cascada de tiempos piadosos, murmullos, risas ahogadas, películas de romanos y/o leprosos, oficios de tinieblas, visitas familiares a monumentos, dietas de bacalao y, el momento estelar, cuando me vestía de cofrade de La Sang y me dirigía, anhelante, a la iglesia de San José. A los quince o dieciséis años me despedí a la francesa, dejé de acudir a la cita. No quería seguir yendo simplemente por costumbre, por ver a los amigos, por pasarlo bien repartiendo caramelos a las chicas. Por respeto y porque quería ser coherente con otra forma de pensar y sentir. Y así se acabó. El uniforme, ¿hábito?, debe de estar en algún armario, testigo mudo de otros tiempos.

Este viernes de 2013 contemplo la espectral procesión desde la balconada de Ses Forquilles, donde  por lo menos cumplo el rito del bacalao a sa llauna. El efecto magdalena  me trae  a la memoria el misterioso cuarto oscuro en el que mi padre llevaba a cabo los sortilegios oculares que encandilaban al niño-cofrade. Y es que la lobreguez ambiental es tan grotesca que uno parece metido en el túnel del tiempo, cuando el rezo no era sólo conveniente sino obligatorio. ¡La calle es mía dijo uno de ellos! Pues  parece que vuelve a ser así…

1-IV-13

 Tras la jocosa lectura de Es Diari en la que me trago un buen rato el reportaje de la “taula atornillada”, una de las bromas más sutiles y bien urdidas de los últimos años en Es día d’enganar  (habría que hacer un recull de ellas), vamos de excursión a Ciutadella con un íntimo amigo catalán. Nos conocemos desde los tiempos universitarios en Zaragoza y, fuera de los asuntos de colegas, disentimos en casi todo. Y es que mi amigo habla siempre castellano, es del Real Madrid, le gustan los toros,  y no admite ni que se hable del “derecho a decidir”. Se queja de que se siente un apestado viviendo en Barcelona.

-Es que tú eres un españolazo con dos c. y estás en un país de relativistas que no saben lo que quieren ser de mayores.

-Tú ríete, pero no me gustaría tener que irme del  que siempre ha sido mi país.

-Pero hombre, sólo se trata de saber de una vez lo que quieren, pero  pase lo que pase, nadie va a impedir que luzcas tu toro de Osborne ni que comas paella, el folklore vende mucho en Las Ramblas; además tienes un importante punto a tu favor: eres anti  Mourinho, o sea un madridista light, y  eso pesará a la hora de revisar tu nueva ciudadanía. Yo mismo testificaría a tu favor…

5-IV-13

Siguen los debates clásicos. Después de papas, camarlengos y purpurados, ahora va de infantas, ayudantes de campo, y coronas. La prensa del carajillo party le salta hoy al cuello al juez Castro y, como de costumbre da vía libre a la desmesura: que si conspiración antimonárquica, que si campaña de demolición  de las instituciones, y demás hipérboles tan del gusto de una parroquia en permanente estado de excitación. ¿No sería más razonable tratar simplemente de depurar las responsabilidades de un  ex jugador de balonmano del Barça (snif) que presuntamente  ha choriceado  dinero público y dilucidar si su esposa tuvo algo que ver en ello?  Sin más alharacas. Mientras tanto, revisemos con calma el estatus de la Casa Real y tratemos de convencer al Rey, ya con demasiados achaques físicos y morales, de que abdique en su hijo. Para empezar.

8-III-17

 En la desapacible mañana dominguera me llama Tomeu Gili para darme cuenta del fallecimiento de nuestro común amigo Tirso Pons y me quedo paralizado. ¿Qué puede decir uno cuando se va un ser querido que es además un referente de nuestra vida social y política  de los últimos treinta y pico años?  Listo y astuto como un gato (panzudo, ronroneante, mimoso), parecía relamerse las uñas permanentemente, de puro gusto de vivir, siempre sabía lo que decía, argumentaba con fundamento y sonreía con afable naturalidad mientras desmontaba tesis ajenas con un humor socarronamente casolà. Tampoco  en el club de tenis Trepucó van a ser lo mismo los domingos…

9-IV-13

Addenda a mi artículo “La feria de las etiquetas” (El País, 1-IV-13.  Es Diari 3-IV-13) sobre la figura de Margaret Thachter:

Si digo que ayudó a acabar con la pesadilla del comunismo, que cortó saludablemente las alas a unos sindicatos demasiado poderosos y que infligió una cura de adelgazamiento a un estado de bienestar  adiposo puedo ser etiquetado de peligroso neocon. Si, por otro lado, también afirmo que creó las bases de un capitalismo nada compasivo que mira para otro lado cuando el sistema financiero perpetra sus tropelías, que cercenó todo sentido solidario (“No hay sociedad sino individuos”, proclamaba ufana) y que por tanto tiene una parte importante de culpa de lo que hoy está pasando, paso a ser un izquierdista resabiado.

Envidia cochina les tengo a los convencidos de una u otra visión. Ser un relativista equidistante, carente de convicciones, va a terminar llevándome al diván…

miércoles, abril 03, 2013

La feria de las etiquetas

Tribuna "El Pais" del 1 de abril 2013


Los enemigos del pensamiento son muchos y variados. Ya nos  advertía hace años Alan Finkelkraut de su inevitable derrota a pies de la banalidad, el eslogan y el prêt a porter ideológico. Últimamente ha sido Nicholas Carr quien nos ha prevenido de la superficialidad galopante de la cultura digital, que amenaza con acabar de una vez por todas, a base de distraídos cliks, con la reflexión y el pensamiento más o menos ilustrado, además de convertir a las nuevas generaciones en legiones de expertos taquígrafos que toman lo que les apetece de la red y, quién sabe si de la vida misma, cuándo y cómo quieren.

Pero hay otro poderoso enemigo del análisis fundamentado y del diálogo  basado en  argumentos dignos de tal nombre, y es la pasión por la taxonomía o, para entendernos en un lenguaje más coloquial, la formidable afición por el etiquetado ideológico que existe en nuestro país de países, como consecuencia (o causa, no lo tengo muy claro) de la guerra de trincheras de opinión que no cesa y que imposibilita una cuestión previa de cualquier proceso reflexivo: la disposición a escuchar al Otro sin prejuicios, la presunción sincera de que, por disparatada que nos parezca su deposición, puede albergar parte de verdad. 

Bien al contrario, la tendencia actual en todos los ámbitos después de los años de encantamiento democrático tras la dictadura, es el desdén hacia opiniones que presumimos manchadas por algún que otro pecado original. “Dice tal cosa porque es tal o pertenece a cual”, “Claro, qué va a decir si…”, son pensamientos que se nos filtran a todos por entre los resquicios neuronales, para llegar al reduccionismo más aberrante, a lo peor infundido por el auge planetario de la razón político-económica neoliberal.  A veces da la impresión de haber vuelto a los orígenes de la Transición, cuando los unos llevaban greñas y trenka y los otros bigotillo de mosca y pulseras rojigualdas. Demasiadas alforjas para tan poco viaje.

Para quienes escribimos y opinamos en público es tarea ardua (¿utópica?) el sustraerse a este estado de opinión denigratorio. Empezando por publicar en este u otro medio, de hecho el primer prejuicio aflora cuando vemos al prójimo con tal o cual periódico bajo el brazo, “¡qué va a pensar éste con la bazofia que se echa al coleto!”, ¡qué vamos a esperar de los medios del carajillo party los seguidores del blog del catavenenos José Mª Izquierdo!, ¡qué van a pensar ellos de quienes enarbolamos prensa progre!, ¿No es lógico que nos tomen  por intelectuales buenistas, tontos útiles, compañeros de viaje de nacionalistas y demás ralea  o cualquier cosa peor, a tenor de lo que escriben? 

Es imposible sacudirse la etiqueta que te han adjudicado por mucho que uno se esfuerce en demostrar no ya su objetividad (nuestra cosmovisión es siempre subjetiva), sino un decidido empeño por huir del sectarismo. Tú eres progre y sobre esta progresía construirás tu marco mental, parecen decirte emulando a Pedro, el fundador de la Iglesia. ¡La Iglesia!, ¿cómo evitar que te llamen comecuras si te atreves a cuestionar el espectáculo vaticano realzando su alejamiento del pueblo doliente  y plantear la equiparación de la mujer al hombre en el seno eclesial? O la monarquía: ¿puedes impedir que te etiqueten de irresponsable si osas sugerir que podría ser positiva una abdicación dados los achaques físicos y morales del actual inquilino de la Zarzuela?

En otro asunto crucial de nuestra convivencia, el llamado territorial, el empeño es aún más inútil dadas las pasiones que suscita. Así, desde mi mirador mediterráneo, una isla que fue británica, francesa y española en el  siglo XVIII (¡qué nos van a explicar a los menorquines de pertenencias e identidades!), no vemos las cosas con el desgarro victimista de los nacionalistas catalanes (pese a que pertenecemos a la misma comunidad lingüística lo que crea no poca afinidad sentimental) ni con el numantinismo de los que se sienten únicamente españoles (también nacionalistas muy a su pesar) y/o enarbolan una pétrea Constitución. Pues aún así, no nos libramos del calificativo de peligrosos catalanistas si se nos ocurre defender la protección de nuestra lengua, sea en inmersión libre o con botella. Y no digamos si manifestamos nuestra estupefacción por la desaforada reacción suscitada por las  declaraciones del fiscal superior de Cataluña.

El asunto del etiquetado se pone definitivamente chungo si tienes el coraje de discutir el dogma de “que sólo los individuos tienen derechos, no los territorios”, por creer, quizás ingenuamente, que esos individuos suelen  agruparse por diversas afinidades, la lengua entre ellas, en comunidades territoriales a las que dotan de instituciones democráticas que un día pueden articular una mayoría que solicita pacífica y democráticamente la opinión a sus ciudadanos con derechos individuales sobre el futuro de su propia comunidad. Entonces te la has cargado, como mínimo ya eres cómplice de los nacionalismos disgregadores. Y no digamos en sentido contrario: quienes en Cataluña se atreven a cuestionar la doctrina oficial sobre el derecho a decidir  son considerados poco menos que legionarios cabrunos.

Estos días, otro acontecimiento pone difícil salir por peteneras de la pasión taxonómica: la muerte de Hugo Chávez. Reconocer la notable disminución de la pobreza y el analfabetismo en Venezuela en los últimos años puede convertirte de la noche a la mañana en nostálgico del Che, por mucho que matices que el precio pagado ha sido demasiado alto, en forma de instituciones pervertidas, inseguridad jurídica, clientelismo, división social y arrasamiento de la clase media. Si has pronunciado la primera premisa, te has caído con todo el equipo y si sólo destacas lo segundo puedes estar incubando a un desalmado  neoliberal.

 Lo dicho: opinar reflexivamente te puede convertir en pieza de museo o en motivo de befa. Le diré a mi mujer que trabajo de pianista en un burdel.