domingo, mayo 19, 2013

De liberales y “minorkeens”

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 18 de mayo


9-V-13

El considerable seguimiento de la huelga de la enseñanza pone de manifiesto el descontento general por la llamada reforma Wert, suficiente para replanteársela, sentarse con los agentes educativos y tratar de consensuar una ley con premio al mérito y al esfuerzo (las reválidas no son una mala idea), pero aligerada de ideología, elitismo y mercantilismo, con vocación de permanencia. Ningún país serio puede soportar tanto bandazo educativo… Ni  casta de abuelos que resista muchas más huelgas sin propugnar la suya propia.

10-V-13

Interesantísima conferencia del filólogo y periodista catalán Martí Crespo en el Ateneo sobre las relaciones entre Menorca y Gibraltar, o mejor, entre menorquines y gibraltareños en el siglo XVIII. Aunque sabíamos de las idas y venidas de nuestro Richard Kane de una colonia a otra para prestar servicios, poco conocíamos de los  minorkeens, súbditos menorquines de Su Graciosa Majestad  que emigraron al Peñón para desempeñar algunos trabajos.

La mini diáspora empezó con los clérigos, al conservar España la soberanía eclesiástica tras el Tratado de Utrech. Los británicos, recelosos del poder de la Iglesia, exigieron en Gibraltar que los curas fueran súbditos británicos y los que más a mano tenían eran los menorquines. El censo gibraltareño de 1772  revela la presencia de  62 menorquines  y resulta patente el paralelismo con Es Castell, dependientes ambas poblaciones de las respectivas fortalezas, así como la llegada de una nueva oleada de menorquines en el siglo XIX, antes de la masiva emigración a Argelia. Los minorkeens han dejado su huella, como ese impagable cartel de “Fortuny’s Steeps” con el que uno puede toparse paseando por  La Roca…

11-V-13

Sentado en el excepcional mirador de la terraza del nuevo Es Marivent, que tras su efímera aventura aromática, vuelve al clasicismo de la cocina mediterránea, puedo recrearme en la contemplación de la Illa d’el Rei  sin coches interpuestos y me reafirmo en mi incomprensión de que sigan circulando por el puerto. Observo los cambios cromáticos de la hermosa Plana mientras degustamos un soberbio arroz  de menú y me imagino sentado en la calzada d’es moll de LLevant tomando con Nacho unas ortigues  mientras arreglamos el mundo, saludamos a los viandantes y aspiramos el aroma de unas frondosas jardineras.

12-V-13

Y ya que hablamos de utopías, hagámoslo a lo grande, a propósito de la nueva irrupción de la lideresa Esperanza Aguirre en el debate político. Y la reflexión empezaría por una proclama: Cautiva y desarmada la utopía comunista, ¿llegará el momento de cantar la elegía de la utopía neoliberal?...

Porque resulta que los que hoy día van de “liberales” se  llenan la boca de la palabra libertad, la ensalivan a fondo y la escupen por el colmillo como un hueso de aceituna. Han encontrado la coartada perfecta para su anarquismo de derechas, faltón y bullanguero, que abomina de la “intervención estatal”, aunque sean normas de tráfico restrictivas con el consumo de alcohol (“nadie me va a decir a mí lo que puedo beber o no”, soltó un día al respecto el más liberal de los liberales José María Aznar). Su principal caballo de batalla son los servicios sociales, que deben ser implacablemente aligerados, y los impuestos, que deben bajar incesantemente para que el dinero fluya hacia donde tiene que estar, el bolsillo de los, ¿ex?, contribuyentes.

Aunque bien es cierto que estos feroces utopistas ultra liberales echan mano firme de las leyes del Estado cuando se trata de defender sus principios (la indisoluble unidad de España, la cadena perpetua), o sus creencias (ley del aborto, matrimonio, reforma educativa), o sus manías (las armas en Estados Unidos, las modalidades lingüísticas aquí), no lo es menos que se encuentran como pez en el agua en un ambiente donde prima el discurso económico sobre el político y en el que  la sima entre los pocos que tienen mucho y los muchos que no tienen nada se agranda galopantemente. Del igualitarismo imposible a la desigualdad más exacerbada, la humanidad sigue dando tumbos. Y nosotros con estos pelos…

14-V-13

Vergüenza ajena al ver imágenes de la rúa  del Barça con los jugadores (amb unes bones veles, de mosques o amb un bon cerol) perpetrando payasadas sin gracia en lo alto de un autocar. Es una moda tan grotesca como molesta para la ciudadanía que no gusta de estos cutres espectáculos en la vía pública. Antes se celebraban estas cosas privadamente en los estadios y de forma comedida. Hoy día lo han convertido en un esperpento incívico. Como tantas cosas.

15-V-13

Fallece mi colega y, sin embargo, amigo, el doctor Jaime Campello, oftalmólogo que trabajó en Mahón en los años posteriores a la muerte de mi padre para luego afincarse en Elche donde se convirtió en una autoridad en contactología médica. Enamorado de Menorca y de su indómita y afabilísima ciutadallenca  Poli Lluch, fue siempre tan cordial con sus pacientes como leal y respetuoso con sus compañeros, virtudes, estas últimas, hoy día engullidas por el tsunami de una competitividad mal entendida. Descanse en paz mi querido amigo Jaume.

16-V-13

Los avances científicos relevantes como el que hoy llena portadas producen una mezcla de orgullo por la capacidad intelectual de nuestros congéneres y vértigo por posibles usos indebidos de los mismos de los que por desgracia tenemos nefastas experiencias. Tiempo habrá para las reflexiones éticas. Hoy es día de alegría por el indudable progreso.