JUEVES, 20
Los referendólogos
(expertos en referéndums varios), tanto catalanes como españoles, andan
excitados estos días con el asunto plebiscitario de Crimea. Unos y otros dan
vueltas y revueltas tratando de discernir si los acontecimientos de la
república del Mar Negro favorecen o perjudican los intereses pancatalanistas o
los panespañolistas. Como casi todo, es según se mire. Por una parte, y aunque
Crimea es caso aparte por la amenaza militar, es obvio que la posición
occidental (europea y estadounidense) en contra del reconocimiento del
referéndum va a favor de las tesis españolas, pero por otra, lo cierto es que
el referéndum se ha celebrado, que la voluntad popular a favor de la
integración en Rusia es manifiesta y que difícilmente puede pararse. Y esto, en
fin no creo que sea muy del gusto de los
amantes de la legalidad constitucional…
VIERNES, 21
Se va apagando tenuemente, como en
un susurro, la lucecita de la Moncloa
que alumbró la inmensa tarea de construir un puente que llevara a los españoles
desde los páramos de un régimen feroz y cruel, en el que según Mayor Oreja se
vivía con “extraordinaria placidez”, a
un sistema democrático homologable con los países de nuestro entorno, en lo
bueno y en lo malo y, espero, hasta que la extinción planetaria nos separe
porque fuera hace mucho frío…
Siempre me cayó bien aquel político abulense que con la mayor
naturalidad del mundo pasó de la camisa azul al puedo prometer y prometo. Me
dio la impresión de ir de buena fe en su camino hasta hacerse fervoroso
creyente de la democracia parlamentaria, a la que sirvió con enorme y decisiva
efectividad, pese a zancadillas y vejaciones como las del deslenguado Alfonso
Guerra que llegó a llamarle “tahúr del Misisipi”, el desprecio visceral de los
gerifaltes de Alianza Popular y el permanente ruido de sables.
Adolfo Suárez es ya una leyenda para
la inmensa mayoría de españoles que con él pasamos de súbditos a ciudadanos.
Nunca se lo agradeceremos bastante.
SÁBADO, 22
En la Peixeteria (¿estaré incurriendo en un catalanismo intolerable?) me
inquieren repetidamente por mi estado de ánimo ante el clásico de mañana. Si el interlocutor es de confianza (no quiero
parecer arrogante) le digo que estoy saciado de victorias después de estos años
y, por tanto, preparado para perder con dignidad si se tercia. El Real está en
fase ascendente y con urgencias históricas (acabar de una vez por todas con la afrenta de estos años), y el Barça dicen que encara un final de ciclo y que le
puede caer una somanta de goles. Puede, pero el factor Messi es imprevisible.
Veremos.
DOMINGO, 23
El tiempo parece jugar al escondite,
ahora unas gotas de lluvia, luego unos rayitos de sol. Mientras preparo la
primera excursión a Cala Figuera repaso la prensa on line (¡qué modernos quedan los anglicismos!), y mi atención se
prende de una noticia aparentemente menor: “Una jueza canaria retira la custodia
de una niña de cuatro años a una madre por haberse trasladado laboralmente a
Cataluña, comunidad con lengua propia, por
la dificultad añadida que ello representa para la menor…”
La actitud de la jueza canaria es
elocuente en sí misma de una incomprensión sideral no sólo del hecho plurilingüístico sino de la
más elemental pedagogía. ¿De verdad alguien con cuatro neuronas mal enhebradas
puede pensar que aprender catalán puede
ser traumático para una niña de cuatro años?...
A mi nieta Inés le encanta que le
hable menorquí aunque me conteste en castellà…
LUNES, 24
Suárez, Suárez, Suárez… Hoy le
glorifican hasta quienes lo apuñalaron por la espalda, todos vestidos de luto
riguroso, con la pezuña a la vista (Alfonso Guerra el primero). País cainita e
hipócrita el nuestro.
Se habla menos del Barça porque no es
noticia que gane en el Bernabéu ni que en Madrid se hable de conspiraciones
urdidas en montañas no tan lejanas…
MARTES, 25
Discursos y más discursos. Todos
ensalzan el espíritu de consenso, la tolerancia y la generosidad del ilustre
finado, muñidor de una Constitución para todos, glorifican la unidad de la
patria etcétera. El ministro Margallo dice que Suárez hubiera actuado igual que
Rajoy en el caso catalán. Aparece por
ahí Artur Mas y ensalza el coraje con que el gran Adolfo encaraba los problemas
más difíciles y aparentemente insolubles, actitud tan distinta del dontancredismo actual… Veredicto del
noventa por ciento de los medios: Artur Mas politiza, los demás, sólo formulan elogios de Estado. Idò.
El mentís definitivo a tanta exhibición de
pezuñas lo pone hoy Enric Juliana en La
Vanguardia: “Adolfo Suárez escaló, ganó y perdió, pero nunca se le vio en
un consejo de administración”. Pues eso.
MIÉRCOLES, 26
El Tribunal Constitucional dictamina,
pero al despertar el dinosaurio sigue ahí. Con sus pezuñas.
Otra conspiración, andaluza ahora,
tumba de nuevo al Real Madrid. Habrá que abrir nuevas vías de investigación.