Desde que tengo uso de razón oigo hablar por estas fechas del descenso del turismo, de la funesta crisis del sector y el sumsum corda. Suelo responder con una especie de mugido que quiere significar escepticismo e ignorancia a partes iguales, porque veo playas, calas y resturantes igual que siempre por estas fechas y porque con la misma inevitabilidad llega el fin del verano y las cifras de ocupación no suelen diferir de las del año anterior.
Aunque por si acaso no estaría de más tratar mejor a nuestros visitantes y buscar estímulos para alargar la temporada a base de temporadas de ópera, festivales de jazz, algún campito de golf más ( con aguas recicladas, por supuesto y sin urbanizaciones oportunistas), cicloturismo, agroturismo etcétera, un modelo diferente al de Mallorca e Ibiza, más respetuoso con la naturaleza y con la idiosincrasia de sus habitantes. La Menorca way of life, sin ir más lejos, que es lo que habría que definir.