Imposible no hacer referencia a la noticia del secuestro judicial de la revista satírica "El Jueves". Vaya por delante mi escasa simpatía por el tono habitual de la publicación,un humor de brocha gorda que no aprecio, y mi clara repulsa por la portada de marras, un monumento al mal gusto. Ahora bien, de eso a respaldar la medida del juez va un trecho, fundamentalmente por lo que significa de resurrección de aquella ominosa figura jurídica de "las injurias al jefe del Estado", tan presente en el franquismo.
Si alguna razón hay para deplorar portadas como la de "El Jueves" no es la personalidad de los caricaturizados le sino el hecho en sí, es decir la invasión de la intimidad de cualquier persona identificable que significa el chistecito, una astracanada más de la revista barcelonesa. ¿Qué se ha hecho de la manoseada "autorregulación de los medios"?
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Tampoco es evadible la muerte de Jesús de Polanco, un emprendedor nato del mundo de la comunicación, creador de un auténtico imperio cimentado en la editorial Santillana, el diario El País y la cadena televisiva de pago Digital Plus.
Especialmente significativo es hoy el "obituario" de su competidor el diario "El Mundo", en el que se autoerige como defensor de la "función social de la prensa al servicio del derecho a saber de los ciudadanos" frente a "la concepción utilitaria hacia el poder en todas sus variedades" que representaría el "polanquismo"...
Sin glorificar para nada al empresario fallecido,cuya actuación pública presenta luces y sombras, resulta incuestionable el delirante desparpajo de mi tocayo Pedro Jota.