sábado, septiembre 08, 2007

Esquitxos

Afortunadamente la sangre no llegó al río en el pregón de las Fiestas patronales de Maó/Mahón y Boris Izaquirre pudo hablar y actuar con comedimiento y sin alharacas. Lamentablemente no pude entender sus palabras porque desde dentro del Ayuntamiento la acústica era pésima, aunque mi impresión es que fue bastante anodino aunque no extravagante como algunos temían.
Me sorprendió gratamente,por lo que significa de aceptación de la peculiaridad,el tirón de Boris entre los jóvenes, que invadieron el Ayuntamiento para acercarse a su ídolo.Por mi parte, prefiero otro tipo de pregones, alguna reflexión sobre presente y futuro, pero corren tiempos de flashes y shows y resulta muy difícil nadar contracorriente. Lo cual no significa que no haya que intentarlo. En ello estamos algunos, modestamente, pero con determinación.