jueves, septiembre 20, 2007

Esquitxos

Una de las características más sorprendentes que experimentamos quienes habitamos la adolescencia de la vejez (osea,la cincuentena), es darte cuenta de que vas sustituyendo las ilusiones por los temores. Antes, cuando jugabas un partido de tenis pensabas en la victoria, ahora sólo te preocupa que tus articulaciones salgan más o menos indemnes.
Con la política, tres cuartos de lo mismo, de las ilusiones por el cambio o por el simple sentido común, pasas a temores cada vez más fundamentados. Así, tengo miedo de la derecha cuando se pone en plan "sin complejos" y tira por la calle de en medio, como Bush, Aznar o ahora Sarkozy, y me dan náuseas cuando a la izquierda le da el" síndrome Evita", que es aquella propensión a hacer dádivas con el dinero de todos, al estilo de la mujer de aquel ilustre demagogo el general Perón como parece estar ocurriendo en nuestro país ahora que se acercan las elecciones.
Con mis cuatro pelos como escarpias, me voy unos días de vacaciones. Horrevoir.