sábado, septiembre 15, 2007

Esquitxos

A vueltas con el encaje de Cataluña y Euskadi en España: una corresponsal opina que cualquier "diferenciación" con otras autonomías es ofensiva por cuanto significaría privilegios para sus ciudadanos. No tiene ni debe ser así, pero la experiencia de tanta palabrería, tanto sinsabor en el tema, me enseña que sin un reconocimiento de la especificidad vasca y catalana, su fuerte sentimiento nacional, nunca se resolverá el problema de su inclusión en un proyecto español.
El "cómo" es cuestión de juristas y políticos (Herrero de Miñón tiene bastantes cosas que decir al respecto, y con notable tino), pero desde luego sé "cómo" no se resolverá, y es atizando fobias como se hizo con el Estatut o apelando al apocalipsis cada vez que se advierte en el horizonte una posibilidad de solución dialogada en el problema de la violencia terrorista.