Publicado en "Diario Menorca" el sábado 24 Mayo.
16-V-08
Bilbao amanece bañada por un sol tibio, tamizado por nubes ceñudas muy propias de la idiosincrasia del país... En un receso del simposium médico que nos ha llevado a tierras vascas, caminamos a la vera de la ría hacia el imponente museo Guggenheim para oficiar la visita de ritual con el aliciente, esta vez, de una magnífica exposición sobre el surrealismo: Dalí y sus teléfonos-langosta, Magritte y su inquietante cuadro del hombre ante el espejo, el siempre llamativo colorido de Joan Miró, ellos y su irónica mirada del mundo., ¿no irían en realidad de coña?
Se nos pasa el tiempo y me doy cuenta que nos hemos perdido un par de sesiones de la reunión médica. Acude Proust y su magdalena para hacerme sentir niño, cuando nos espiábamos clases en el Instituto (¿por qué ese verbo, espiar, cuando se trataba de todo lo contrario?, ¿por qué hacer novillos, en castellano?)), aquella inenarrable sensación de transgredir en un mundo lleno de normas, clichés, sentimientos de culpa… Volvemos corriendo al Palacio Euskalduna, antes de que el profesor pase lista.
Bilbao amanece bañada por un sol tibio, tamizado por nubes ceñudas muy propias de la idiosincrasia del país... En un receso del simposium médico que nos ha llevado a tierras vascas, caminamos a la vera de la ría hacia el imponente museo Guggenheim para oficiar la visita de ritual con el aliciente, esta vez, de una magnífica exposición sobre el surrealismo: Dalí y sus teléfonos-langosta, Magritte y su inquietante cuadro del hombre ante el espejo, el siempre llamativo colorido de Joan Miró, ellos y su irónica mirada del mundo., ¿no irían en realidad de coña?
Se nos pasa el tiempo y me doy cuenta que nos hemos perdido un par de sesiones de la reunión médica. Acude Proust y su magdalena para hacerme sentir niño, cuando nos espiábamos clases en el Instituto (¿por qué ese verbo, espiar, cuando se trataba de todo lo contrario?, ¿por qué hacer novillos, en castellano?)), aquella inenarrable sensación de transgredir en un mundo lleno de normas, clichés, sentimientos de culpa… Volvemos corriendo al Palacio Euskalduna, antes de que el profesor pase lista.
18-V-08
Tras la clausura del congreso, en el que hemos debatido sobre “el ojo seco”, los organizadores nos invitan a una comida en un club privado en el puerto de Guecho, en una plataforma exclusiva de su Club Marítimo. Allí, entre deliciosas menestras y untuosas merluzas seguimos con la escasez lagrimal, aunque una vez aireadas mis debilidades, la cosa converge en el valle de lágrimas culés. Quedamos citados con algunos colegas para el próximo congreso que se celebrará en Menorca en junio. Habrá que corresponder con algún perol de peix.
19-V-08
Addenda turística.- Hay ciudades que nos llaman cada cierto tiempo: Londres, París, Buenos Aires (sólo he estado una vez, pero entono con frecuencia el volver)… Y Donosti / San Sebastián. Aprovechamos un domingo de bonanza climática para acercarnos a la capital gipuzcoana que hoy acoge también un homenaje a las víctimas del terrorismo en el imponente Kursaal. No se ven chicos-borroka, el ambiente es de lo más inocuamente dominguero, bajo un sol delicioso y un tapeo inigualable. Atención a “La cuchara de San Telmo” en el casco viejo, una memorable comida en la barra, asequible a cualquier bolsillo.
Adormecido por San Telmo y acunado por el rumor del mar que viene a dormitar apaciblemente a los arenales de la Concha, leo un magnífico artículo de Fernando Savater en El Correo en el que señala que las guerras de religión en Europa no se terminaron con más religión, sino disminuyendo su peso social, y de la misma manera, los rifirrafes identitarios no se van a resolver con más nacionalismo (el “nacionalismo obligatorio” lo llama él), sino aligerando la carga simbólica… Y a decir verdad, por lo poco que me atrevo a hablar con los naturales, se advierten aires de cambio. ¿Será posible desalojar democráticamente, más pronto que tarde, a los agobiantes peneuvistas del gobierno autónomo? Aunque sea sólo para airear la casa del padre…
20-V-08
Apenas aterrizado en el magnífico aeropuerto de Menorca nos llega un mensaje pavoroso: “ETA acaba de volar el sitio en donde comisteis el sábado”… ¿Cómo evitar el escalofrío…y la rabia por la persistencia de la sinrazón? El sábado nos habíamos dejado llevar por la magia del lugar, la tertulia con viejos amigos de la profesión, el lunes, la mafia etarra con su horror, nos recuerda que no somos libres, que no estaremos seguros hasta que no les demos la razón que no les dan las urnas.
Ya en casa, en mi correo electrónico, otro mensaje para reflexionar, titulado:”Menos caridad y más impuestos”. Por lo visto, una oenegé, “Christian Aid”, arremete contra los famosos que denuncian la pobreza en el mundo pero evitan retratarse ante el fisco; Bono, Phill Collins, Hamilton, así como grandes asesorías fiscales que ayudan a evadir impuestos a las multinacionales, son puestos en la picota. “Christian Aid” presenta un estudio según el cual si multinacionales de diverso pelaje y artistas que organizan conciertos para la paz y contra el hambre pagaran sus impuestos en lugar de evadirlos en paraísos fiscales, se podría salvar la vida de cinco-seis millones de niños. Denuncia asimismo, la complicidad de de los Estados, muy especialmente del Reino Unido, pues treinta de los setenta y dos paraísos fiscales pertenecen a la Commonwealth.
No le auguro muchos éxitos a la oenegé: hoy día los impuestos no tienen muy buena prensa…
21-V-08
Celebramos el evento sexagenario de un querido amigo que ha demostrado repetidamente templanza, determinación y fortaleza a dosis imposibles para el común de los mortales. Repasamos su álbum familiar en el que nos sentimos reconocidos en imágenes y vivencias compartidas, rememoramos anécdotas, nos reímos (¡como se ríe nuestro amigo!) y culminamos el revival obviando próstatas e intercambiando juguetes, como los niños que nunca hemos dejado de ser.
22-V-08
“Soluciones habitacionales, captaciones puntuales de agua, metodologías de implementación, planes de dinamización de la empleabilidad, unidades convivenciales, segmentos de ocio…” ¿Les suena? Pues en este plan global de destrucción del idioma en el que también colabora decisivamente la aberrante mensajería telefónica, hay que echarle de comer aparte a las crónicas deportivas: los partidos han dejado de terminar o finalizar, ahora finiquitan, o si le faltan algunos minutos, le restan, nadie chuta o dispara sino que propina zapatazos, y ya no se ganan campeonatos sino que se hace historia…aunque sea un equipo de cuarta regional. En fin.