sábado, octubre 18, 2008

Días de páginas salmón

Publicado en "Diario Menorca" el sábado 18 octubre

10-X-08
Abre el curso el Ateneo y el dietarista inaugura su pantano tipográfico. Escucho por primera vez al nuevo alcalde (eso de “primer edil” me parece una cursilada) y me gusta lo que oigo: sencillo, sin adornarse, y al grano. Veremos. Josep María Quintana, a mi lado, me revela la cruda realidad:
-Éste acaba de certificar nuestra jubilación. Es un hijo de nuestra generación.
Luego Jorge Wagensberg nos aplicaría un lenitivo: Científicos y artistas se han fecundado mutuamente a lo largo de la historia, vino a decirnos. ¿Por qué no también políticos de nuevo cuño y calvos pensantes?

11-X-08
El fantasma de la ingobernabilidad acecha a nuestra comunidad. Con los conservadores machacados por sus propias y estremecedoras corruptelas (lo de las latas con dinero enterradas entre las coles es un auténtico esperpento) y la madona de Costitx cercada por parecidos avatares, el escenario de una disolución anticipada del Parlament no parece descabellada… Y no digamos de su corrosivo corolario: la creciente desafección de la ciudadanía por la cosa pública, prostituida por arribistas y rufianes.

12-X-08
La llamada fiesta nacional empieza chusca. Nada menos que con el jefe de los conservadores (el mismo que el año pasado, envuelto en la enseña nacional nos pedía fervor patriótico) revelando involuntariamente, en un rasgo que le humaniza, lo que casi todos pensamos pero que él, líder de la derecha, jamás debía de haber dicho: que los desfiles y demás pompas patrióticas (de cualquier patria) son un coñazo. Le faltó tiempo a la jerarca socialista Leire Patín para saltarle al cuello con una intervención tan hueca, engolada y demagógica que daba vergüenza ajena.Y es que la batalla de los políticos para separarse de los ciudadanos es porfiada.
Detalle para la esperanza: la espontánea (noble) defensa de Obama que desplegó su rival Mc Cain en un mitin del Partido Republicano ante la sed de sangre de sus bases. Tan inesperado como notable.

13-X-08
Estrambótica fiesta en lunes, sin playa (aún no me rindo)…y sin fútbol. Sólo nos queda Ocimax, empresa a la que debería concederse un premio por su utilidad pública ¡Cuánto ha hecho para mejorar la calidad del ocio de los mahoneses ¡ Me da escalofríos pensar en la era pre-Ocimax, en un fin de semana de febrero, con el viento ululando, las calles desiertas…! Pero es que encima tienen detalles, como el de sacar a uno en la crónica de una película e invitarle el día del estreno por su conocida debilidad por el director de la cinta. Bien, con mi agradecimiento a mi correligionario en Allen y buen amigo José Luis Portella, tengo que decir la verdad, porque, entre otras cosas, desde que viene apareciendo mi nombre incluido en la crónica me preguntan por doquier: me ha decepcionado profundamente “Vicky Cristina Barcelona”. Ya está, lo he dicho. ¿Acabo de abjurar de mi fe alleniana? No exactamente, anoche sin ir más lejos volvimos a ver en familia la deliciosa “Todos dicen I love you”…
Pero a Vicky… se le nota de lejos que es una película de encargo, su guión es apresurado (el trío me resultó indigerible y no por pacatería mía sino por extravagancia ajena), Scarlett Johansson anda perdida toda la película sin saber que actitud (artística) tomar, Penélope (magnífica en “Volver” y en “Elegy” de Coixet), demasiado histriónica, y Bardem, simplemente eficiente. El único personaje que se me hizo creíble es el de Vicky, la otra “estudiante”. No encontré las habituales sutilezas dialécticas de Woody. Pero en fin, con el genio neoyorquino me pasa como con Cruyff cuando deambulaba por el campo en sus últimas temporadas con el Barça. “No hace nada, sólo saca los fueras de banda”, me decían. “Sí, contestaba yo, pero cómo los saca”. Así es Woody, de quien espero ansiosamente la próxima.

14-X-08
Ahíto de lecturas de páginas salmón, llego a algunas conclusiones: no sólo ha fallado el Mercado en la madre de todas las crisis, ni Wall Street se ha llenado de bolcheviques. También ha pinchado el Estado, los Estados, como garantes del juego limpio, y nosotros mismos, hiperconsumidores compulsivos acostumbrados a tirar de tarjeta de crédito. No hay vencedores y vencidos como cuando cayó el muro de Berlín, en que los perdedores estaban perfectamente identificados: todos cuantos habían creído en la planificación estatal de la economía. Esta vez hemos perdido todos, convencidos como estábamos, y estamos, de que el único sistema económico capaz de generar riqueza es la libre iniciativa a través de un Mercado regulado por leyes claras.
Y curiosamente, cuando todos pensamos en metáforas más o menos salvajes como “tiburones”, “cuervos” o “buitres” para referirnos a la fauna financiera, resulta que el busilis del asunto es un problema de confianza… ¡Manda huevos!, que diría nuestro inefable Trillo. Bueno, si es así en un sistema fiduciario (de fe general en el papel dinero) empecemos por tomar alguna medida ejemplarizante con los que han roto la confianza, fundamentalmente los financieros kamikazes o los jubilados con paracaídas de oro, o los ejecutivos que para hinchar sus sueldos de platino manipulaban hipotecas y derivados… O los políticos que en plena campaña electoral ocultan o maquillan lo que se nos viene encima. ¡Hagan algo para que por lo menos podamos dejar las páginas de economía y volver a la literatura!

15-X-08
Europa es capaz de tomar medidas unitarias… ¡Existe! Aleluya.