Algunos blogeros infieren de mi último artículo una especie de elegía por la democracia. Nada más lejos de la realidad: la sigo considerando el peor método de gobierno...si exceptuamos todos los demás. El problema, o "mi" problema estriba en la pésima opinión que me ido haciendo sobre la actual generación de políticos españoles. Pero no pierdo la esperanza (ya es tener fe con los actuales parámetros educativos, lo reconozco) de que la cosa mejore, entre otras cosas porque peor ya no puede ir, tanto por parte del gobierno como de la oposición...
En cuanto a la sanidad, soy decidido partidario de una sanidad pública universal pero con matices, o lo que es lo mismo, con copago según renta. En su fórmula actual no es sostenible económicamente y jamás se solucionarán las listas de espera. Claro que esto conlleva más burocracia y seguimos sin un cuerpo administrativo solvente como en Francia