19-I-07
El caso de Madeleine Z., la ciudadana francesa, enferma incurable, que ha optado por el suicidio (no es un caso de eutanasia ni siquiera de suicidio asistido, en todo caso, suicidio acompañado), lleva dos días acaparando portadas e informaciones estelares. Hoy, además, puede leerse en El País una carta al director de otro enfermo de ELA (esclerosis lateral amiotrófica) como Madeleine en la que se duele de que “se magnifique y se relacione una discapacidad grave con la pérdida de la dignidad por vivir…” “Creo que el deber de los medios de comunicación, además de informar de hechos tan lamentables como el de Madeleine, también es mostrar la tenacidad y la esperanza de miles de personas con una dependencia grave”
Y es que éste es un asunto demasiado serio como para dejarlo al albur del morbo sensacionalista, en el que incluso caen, con papanatismo progre, los periódicos llamados “de calidad”. Lo hablé con mi amigo JA Fortuny, afecto también de una enfermedad degenerativa, a raíz de la película “Mar Adentro”, que no nos gustó a ninguno de los dos, pese a ser partidarios del llamado testamento vital, por su frívolo maniqueísmo, su terco y burdo empeño de presentar la decisión de Ramón Sampedro, como ahora la de Madeleine, como la única heroica, lo cual es radicalmente falso.
El caso de Madeleine Z., la ciudadana francesa, enferma incurable, que ha optado por el suicidio (no es un caso de eutanasia ni siquiera de suicidio asistido, en todo caso, suicidio acompañado), lleva dos días acaparando portadas e informaciones estelares. Hoy, además, puede leerse en El País una carta al director de otro enfermo de ELA (esclerosis lateral amiotrófica) como Madeleine en la que se duele de que “se magnifique y se relacione una discapacidad grave con la pérdida de la dignidad por vivir…” “Creo que el deber de los medios de comunicación, además de informar de hechos tan lamentables como el de Madeleine, también es mostrar la tenacidad y la esperanza de miles de personas con una dependencia grave”
Y es que éste es un asunto demasiado serio como para dejarlo al albur del morbo sensacionalista, en el que incluso caen, con papanatismo progre, los periódicos llamados “de calidad”. Lo hablé con mi amigo JA Fortuny, afecto también de una enfermedad degenerativa, a raíz de la película “Mar Adentro”, que no nos gustó a ninguno de los dos, pese a ser partidarios del llamado testamento vital, por su frívolo maniqueísmo, su terco y burdo empeño de presentar la decisión de Ramón Sampedro, como ahora la de Madeleine, como la única heroica, lo cual es radicalmente falso.
20-I-07
Anoche prevenía a mi sweet Diana de los duendes informáticos al entregarle mi diskette con el dietario y hale hoop, compruebo con horror de lletraferit que han saltado de mi texto de hoy todas las cursivas, que vienen a ser, por lo menos para mi paladar, las especias que acaban el plato. Con ellas matizas, rubricas, recalcas, o das el tono irónico que pretendes. Hoy el dietario, sin cursivas, me parece apelmazado, triste, sin aristas ni burbujas, y lo que es peor, equívoco, por cuanto utilizaba el término “lucha armada”, en cursiva, of course, para referirme doloridamente al cinismo abertzale…
En fin, espero que mis diecinueve lectores (veintidós si contamos a mis hijos y hermano, que me leen a través de internet, bueno, eso me dicen) censados hayan disculpado el desaguisado. Uno de ellos, por cierto, a la orilla del mar, me hace constar su reconocimiento al director de “Menorca” Bosco Marqués por su editorial del jueves día 18, en el que pide disculpas por haber consentido en la publicación de algunos comentarios claramente injuriosos. Dicho queda junto con mi completo acuerdo con las palabras de Bosco y mi reconocimiento por su insólito gesto de autocriticarse en público. ¡Ah! Y espero que el obispo Piris tuviera también in mente a la COPE de Losantos cuando hizo su atinado comentario…
21-I-07
Un ex empresario bisutero me comenta melancólicamente el ocaso de la industria en Menorca, que sólo podrá subsistir en pequeños talleres. Y es que ya no encuentran obreros cualificados, como tampoco surgen carpinteros, fontaneros, etcétera. Siguen formándose en las escuelas profesionales, pero a la hora de concertar trabajo prefieren el sector servicios, mucho mejor pagado…
Adónde va Menorca, más allá de tres tocs, alfonsos y abu-umares, me preguntaba en el último dietario descursivado. Parece que hacia el monopolio turístico, evidentemente, Sí, y entonces ¿por qué los comerciantes mahoneses no quieren ampliar horarios, abrir por lo menos los domingos en que nos visita algún crucero? Item mas: ¿Cómo se concilian las pertinaces llamadas a la desestacionalización con el masivo cierre de restaurantes en enero y febrero? ¿Es que no ven vagar a los visitantes como almas en pena un domingo en Mahón city, ciudad fantasma? No ocurre lo mismo en Ciutadella, me dicen: en Ponent, este asunto, al menos, sí lo tienen claro.
22-I-07
Tres imágenes del fin de semana llaman poderosamente la atención: la de las calles desiertas y el sepulcral silencio del pueblo oscense de Fago tras el asesinato de su alcalde, la del guardia civil puño en alto en la manifestación de Madrid (¡ay si el abuelito levantara la cabeza!) contra los incumplimientos del Gobierno en su política con el Cuerpo y la mucho más inquietante de las guerrillas urbanas de Alcorcón en las que bandas latinas y neonazis hispanos dan rienda suelta a sus pulsiones fascistoides. Parecen imágenes de película, un western en el primer caso, una de Berlanga en el segundo y directamente de West side story la tercera (sin Natalie Wood). Pero no lo son. Es más, la tercera imagen, la de Alcorcón parece una metáfora de los valores imperantes actualmente en Occidente: individualismo, agresividad estética y social, simplismo argumental, desprecio al Otro. No vamos bien, no.
22-I-07
Escucho la noticia de que en un pueblo andaluz se ha montado una considerable trifulca por el reparto de unos balones de fútbol con la efigie del Che. ¡El Che Guevara, todavía! Recuerdo el poster de mi habitación de estudiante, la peana romántica en la que le teníamos instalado en aquellos años de plomo, el susto de un colega de visita en casa en mis primeros tiempos profesionales, cuando el guerrillero aún estaba ahí…
Precisamente acabo de leer una magnífica biografía del personaje, escrita amena y documentadamente por el historiador norteamericano Jon Lee Anderson (“Che Guevara” Alfaguara 2006), en la que se pone de manifiesto la creación del personaje místico/guerrillero a partir de un despistado licenciado en medicina que parte en motocicleta a conocer el continente americano y sufre una caída del caballo en la Guatemala de Arbenz, una tímida experiencia democrática de izquierdas arrasada por la United Fruit y la CIA; allí se convierte en un implacable revolucionario (jamás le tembló el pulso a la hora de eliminar a los débiles y traidores) dotado de una determinación obsesiva y una encomiable austeridad y coherencia que le hacía invulnerable a la crítica de los suyos. Seguramente por ello, por ese carácter insobornable, da la impresión de que el hoy agonizante Fidel, un politicastro sólo obsesionado en perpetuarse, se lo quitó de encima…
