lunes, enero 22, 2007

Esquitxos

Si la precipitación es siempre mala consejera, mucho más cuando se trata de asuntos complejos y delicados. Así, no conviene precipitarse en la glorificación de Madelaeine Z., la ciudadana francoespañola, afecta de una enfermedad degenerativa incurable, que se se ha suicidado acompañada por miembros de una oenegé, en una decisión respetable( estoy por el testamento vital y todo lo que implica) pero no menos admirable que la de cientos de enfermos parecidos que mantienen la esperanza y las ganas de vivir.Y demasiadas veces (recordemos la película de Amenábar "Mar Adentro") se cae en el maniqueísmo de tratar como héroes a quienes toman la decisión de irse de este mundo, silenciando la lucha ciclópea de quienes, en circunstancias parecidas, tratan de encontrar una vida digna y esperanzada.
Tampoco conviene precipitarse en el asunto de la violencia callejera de Alcorcón, despachándolo con el sonsonete de la xenofobia y/ o racismo. Parece que estamos ante la explosión de las pulsiones fascistoides de unos cuantos descerebrados, latinos unos y celtibéricos otros, que no es poco problema, pero tampoco conviene precipitarse en los juicios...