Algunas cosas han quedado muy claras tras la ruptura de la tregua por parte de ETA:
1ª) Que las constantes diatribas de la oposición conservadora sobre la "rendición ante los etarras", la "cesión de Navarra", "el fin del Estado de derecho", etc, carecían de todo fundamento: es evidente que si hubiera sido así, ETA no hubiera atentado.
2ª) Que a Zapatero le ha fallado la información, ha pecado de ingenuidad y no ha sabido "prevenir", graves pecados en un gobernante. Un error táctico de bulto ha sido simultanear las dos mesas, la de las armas y presos y la política.
3ª) Que el mundo de ETA es impenetrable y nadie más que ellos sabe lo que se cuece realmente en su seno, ni siquiera Batasuna.
4ª) Que se puede contar con el PNV, cuya actuación en el "proceso" ha sido impecable en su discreto pero perceptible apoyo al Gobierno.
5ª) Que pese a todo, pronto o tarde, la única solución al problema del terrorismo en España será dialogada o no será. Nunca, en ninguna parte del mundo se ha terminado con ello únicamente por la vía policial-represiva ( ni la Baader-Mainhoff alemana ni las Brigadas Rojas italianas tenían el menor apoyo popular, ETA, desgraciadamente, sí).
Ni Franco con sus "estados de excepción", ni UCD con los "batallones franco-españoles" ni el PSOE con el "GAL", ni Aznar con su dureza democrática ni los tres intentos negociadores por ahora han tenido éxito. Aunque el próximo deberá ir precedido por una renuncia explícita e inequívoca de ETA a la vía militar. Ni treguas "permanentes" ni zarandajas.