jueves, octubre 18, 2007

Esquitxos

No creo que hiciera falta una ley para corregir algunas anomalías históricas de nuestro país de países. Con arbitrar medidas para que los vencidos en la guerra civil pudieran honrar a sus muertos, retirar símbolos de la dictadura de calles y plazas (ningún país de nuestro entorno democrático los ostenta) y reparar las injusticias procesales del franquismo mediante un solemne pronunciamiento en Cortes que no comprometiera la seguridad jurídica, creo que hubiera sido suficiente, pero como siempre, en nuestro desmesurado país o quemamos iglesias o nos bañamos en agua bendita y, mientras desde algunos sectores se intenta glorificar a la II República-un régimen fallido, al fin y al cabo por sus propios errores- como el no va más democrático, desde otros (Mayor Oreja dixit) vuelve la cantinela de que los cuarenta añitos de nacional catolicismo no estuvieron tan mal. Decididamente, vivimos en un sainete perpetuo.