sábado, noviembre 22, 2008

Sesentones de buen ver, "bobos solemnes" y trenes

Publicad en "Diario Menorca" el sábado 22 noviembre

14-XI-08
Carlos de Inglaterra cumple sesenta años. Me cae bien “el orejas”, no sé si por solidaridad generacional o por ese desvalimiento metafísico que lo hace aparecer como si fuera un príncipe woodyalleniano. En fin, y luego están sus preocupaciones estéticas y medioambientales, sus antológicas meteduras de pata (eso sí sin incurrir en honduras ideológicas), y ese enternecedor e irreprimible empeño suyo en rechazar platos sofisticados por el calamar de toda la vida…
Anoche nos reunimos otros paracaidistas en la sesentena para homenajear a un viejales que se nos adelanta. Resulta que es mi amigo, no un amigo cualquiera sino el más próximo, desde que el azar nos sentara juntos, a los ocho añitos, en un pupitre del colegio La Salle de la calle del Carmen. Desde entonces nos reímos juntos, sufrimos juntos los avatares depresivos del Barça, nos acompañamos en las turbulencias (sin atosigarnos), visitamos países con nuestras parejas (y juntos nos iremos próximamente al fin del mundo para festejar mi propio evento sesentón) y aspiramos a una digna abuelez que, por ahora, se nos resiste a ambos.
Ayer volvimos a sentarnos juntos unos cuantos amigos para ser niños de nuevo, hablando de las mismas cosas y sus tamaños, cantando (queda pendiente un recital Cohen / Jimmy Fontana a dúo con Arturo Bagur), pero nos envolvía un aire de perplejidad: ¿Qué hacemos nosotros, uns al.lotots, dentro de semejantes carcasas? Al final de la noche, en la retirada, pensaba en el milagro de conservar amigos reserva de cincuenta años sin haber sufrido el más mínimo altercado. Pienso que esto sólo es posible cuando el afecto y un exquisito respeto mutuo hacen innecesarios los reproches.

15-XI-08
Intento abstraerme del fárrago de noticias que llegan de Washington para coger perspectiva, picoteando temas menores. Como la trifulca por la colocación de una placa en el Congreso de los Diputados en memoria de una monja que por lo visto (Bono, el untuoso presidente, parece convencido de ello) hizo maravillas por el sistema parlamentario, o la presencia del convicto Roldán en la televisión para explicar sus tropelías a costa de los españoles, programa que me niego a zapear por una cuestión no sé si de dignidad o de higiene.

16-XI-08
La economía de mercado es inamovible pero el control público no sólo no es intrínsecamente perverso sino más que conveniente y es obvio hay que frenar el filibusterismo financiero. Bien, la certificación en Washington de la derrota del neo-ultra-liberalismo no está mal para empezar, y mejor aún que España esté presente en la cocina, pero sobra grandilocuencia: El “refundar el capitalismo” de Sarkozy, y sobre todo nuestra marca de la casa: “hemos sacado a España de el rincón de la historia”, mantra que pusiera en circulación el pétreo e inasequible al desaliento José Mª Aznar, y que ahora asume como propio el zapaterismo
Y es que hay aspectos especialmente irritantes en la clase política no corrupta, entre los cuales, eufemismos y el lenguaje mayestático de tanto bobo solemne ocupan un lugar de dudoso honor.

17-XI-08
Nada mejor en lunes que una improvisada tertulia futbolera en la Llibreria Catalana, aunque echamos de menos al madridista de guardia, en paradero desconocido desde hace un tiempo. Intento matizar el entusiasmo de mis correligionarios culés, aplazarlo hasta fines de diciembre, cuando el equipo se haya enfrentado a los grandes de la Liga, pero no puedo disimular mi satisfacción por la solvencia y belleza del juego del Barça... Y por las crisis ajenas.
Luego, y tras lamentar el absentismo demagógico de Henry (mucho aspaviento pero escasa sustancia), comparo sin complejos a Messi con Maradona. Sí, no creo exagerar: estamos ante un fenómeno futbolístico de alcance cósmico. Por el contrario aventuro el estallido de la burbuja Bojan quien no creo que pase del estatus de buen jugador. En fin, ¿de qué hablarán los lunes los alérgicos al fútbol?

19-XI-08
Me alegro de que el conseller Damià Borràs (¡qué gran escritor quedó en el camino!) resucite el tema de la implantación del tren en Menorca. Hace un par de años me reuní con él y con Cornelius Van Eck, un holandés afincado en Menorca, que ha trabajado como consejero en Logística y Transporte para la Unión Europea, para considerar un documentado y exhaustivo proyecto suyo sobre el futuro de nuestra isla en el que llamaba la atención su apuesta por el monorraíl como transporte público. Hay que volver a ello cuando las razones (crisis económica, energética, medioambiental) acucian.

20-XI-08
A cuenta de lo de ayer: no sé muy bien dónde está hoy la tradicional distinción entre izquierda y derecha, a pesar de los denodados esfuerzos de los taxonomistas de guardia por etiquetar progres y fachas: hoy, los llamados “progresistas” (teóricamente en avance perpetuo) están por la desaceleración económica a base de control político, la deliberación democrática ( lenta), el transporte público y la conservación del medio ambiente (nada de autopistas y campos de golf), mientras los “conservadores” (alérgicos a los cambios bruscos por definición) van al galope, preconizando la rápida introducción de nuevas tecnologías, la construcción de autopistas, las prospecciones petrolíferas en reservas naturales (Alaska), la eliminación de barreras al mercado, y las decisiones rápidas, “sin complejos”… Tiempos para el estupor.