13-IV-07
“El riesgo de la política de riesgo cero en la sociedad del siglo XXI ” es, cuando menos, un título arriesgado para una conferencia, pero si el ponente es el científico menorquín afincado en USA, Benjamín Carreras, la cosa cambia, porque ya en anteriores ocasiones demostró en el Ateneo su especial habilidad para conjugar reflexión y sonrisa. Hoy, de nuevo en el Ateneo, ironiza sobre la alergia al riesgo por parte de las modernas sociedades que esperan tenerlo “todo controlado”, se refiere a los grandes apagones eléctricos, la seguridad aérea, en la que la atención a los pequeños detalles, como detectar cortaúñas, detrae controles más importantes. En el coloquio, acabamos con un buen refuerzo de su tesis: la no asunción del riesgo médico por parte de una sociedad dispuesta a operarse de todo (y a pregonarlo urbi et orbe) sin aceptar no ya las complicaciones sino los efectos colaterales.
Una velada deliciosa, prorrogada luego en una cena más política en la que, off the record hablamos de los teocons, esos conservadores norteamericanos que mantienen línea directa con Jehová, de las posibilidades de Hillary y Obama y del irreparable daño, más allá ya de la catástrofe humanitaria, infligido por el bushismo a la ética planetaria, ¡ay esos Guantánamo, Abu Ghraib y vuelos /jaula!
“El riesgo de la política de riesgo cero en la sociedad del siglo XXI ” es, cuando menos, un título arriesgado para una conferencia, pero si el ponente es el científico menorquín afincado en USA, Benjamín Carreras, la cosa cambia, porque ya en anteriores ocasiones demostró en el Ateneo su especial habilidad para conjugar reflexión y sonrisa. Hoy, de nuevo en el Ateneo, ironiza sobre la alergia al riesgo por parte de las modernas sociedades que esperan tenerlo “todo controlado”, se refiere a los grandes apagones eléctricos, la seguridad aérea, en la que la atención a los pequeños detalles, como detectar cortaúñas, detrae controles más importantes. En el coloquio, acabamos con un buen refuerzo de su tesis: la no asunción del riesgo médico por parte de una sociedad dispuesta a operarse de todo (y a pregonarlo urbi et orbe) sin aceptar no ya las complicaciones sino los efectos colaterales.
Una velada deliciosa, prorrogada luego en una cena más política en la que, off the record hablamos de los teocons, esos conservadores norteamericanos que mantienen línea directa con Jehová, de las posibilidades de Hillary y Obama y del irreparable daño, más allá ya de la catástrofe humanitaria, infligido por el bushismo a la ética planetaria, ¡ay esos Guantánamo, Abu Ghraib y vuelos /jaula!
14-IV-07
Prosigue esta peculiar primavera estragada por la lluvia y el frío que propicia el recogimiento gastronómico en el recinto ferial del Polígono. Una magnífica mostra, perfectamente organizada, con un menú asequible y equilibrado, digno de las mejores degustaciones. La cocina menorquina se nos muestra moderna pero sin renunciar a sus raíces ( el freixurat de Doro, los salmonetes en tempura de Ses Salines, el carpaccio de pescado con salsa de ortigas de La Minerva, el chupito de caldereta del Gregal, la lechona cocida de Ses Forquilles)…Ni siquiera los siniestros augurios de Juanjo Romero y Lázaro Alcaide sobre la inevitabilidad del triunfo madridista en la Liga lograron perturbar la sobremesa.
Noche de jazz en Mercadal con un extraordinario concierto al estilo clásico de Nueva Orleáns, en el que tres bandas interactúan ante el entusiasmo general. Observo desde la fila de atrás la beatífica sonrisa de Mario Delgado y no llego a discernir si es por los acordes que nos encandilan o por la recién confirmada derrota del Realísimo en Santander que corre de boca en boca en el reino de Dixieland…
15-IV-07
La prensa dominical rezuma terrorismo yihadista por sus alambiques de tinta. No en vano resuenan, amenazantes, las últimas proclamas tras los atentados de Casablanca y Argel, tan delirantes, por cierto, como los comunicados etarras. En ambos, el sueño territorial que reivindica El Andalus, en un caso y Navarra y France Nord en el otro, utopías comunitarias premodernas que combinan con técnicas mediáticas ultramodernas, en las que Al Quaeda es experta… Son las únicas conexiones que se aprecian entre etarras e islamistas a medida que avanza el juicio del 11-M. Por cierto, ¿veremos el prodigio de que, con la sentencia, se ponga el definitivo The End a esta disparatada historia que ha vuelto a dividir, en base a un enorme bulo conspiratorio, a las famosas Españas de Machado y ha puesto patas arriba la credibilidad de las instituciones democráticas?
Aunque ciertamente siguen percibiéndose signos inquietantes: ¿cuándo se ha visto que al Real Madrid le señalen dos penalties en el mismo partido?, ¿será cierto que la Patria se desmorona sacudida por las oscuras fuerzas del Mal?
16-IV-07
Luce el sol y no sé si me equivoco pero se percibe otro ambiente, como si el diapasón político hubiera bajado venturosamente sus decibelios. No sé si será una epidemia de sentido común, o de encuestitis, pero me aprovecho y me dejo llevar por la ensoñación de vivir por fin en un país normal, es decir europeo, en el que el juego político transcurra por cauces normales, y en el que no sólo los seguidores de la derecha cavernaria sean personas normales (Rajoy dixit una y otra vez), sino que los no nos consideramos de derechas, ni rojos, ni nacionalistas catalanes, ni anticatalanistas, ni nos sentimos cómodos envueltos en la bandera española, y además creemos en un Estado neutral en materia religiosa, podamos tener alternativa a la hora de votar…
17-IV-07
Otra orgía de sangre en Estados Unidos, donde entrar en un colegio, armado hasta los dientes y darle al gatillo, se ha convertido en un truculento deporte nacional. Y los norteamericanos siguen sin bajarse del burro de su apego a la Segunda Enmienda que les permite disponer discrecionalmente de armas de fuego. Otros que no cambian de opinión ni a tiros.
18-IV-07
Gol, gool, goool, gooooooooool de Lionel Messi… Desventurados los que no aman el fútbol porque ellos no conocerán la Dicha.
19-IV-07
Estalla la primavera en mil colores, los pájaros cantan, las nubes se levantan, aparecen los primeros nísperos y las jóvenes empiezan a mostrar sus encantos. Henchido de optimismo voy a comprar el pan, y tanto la cajera como los clientes mostramos a las claras nuestro entusiasmo. De pronto oímos como alguien refunfuña:
-Mmm, debería llover más-afirma, ceñuda, una señora-, los acuíferos siguen bajo mínimos…Claro, ¡los acuíferos!, ¿cómo cantarle a la primavera con los acuíferos hechos unos zorros? Y es que no tenemos conciencia social, me digo, y marcho a casa a por el cilicio.