jueves, agosto 30, 2007

Esquitxos

Mis amigos conductores (no es que yo no lo sea, pero a ellos les gusta conducir) me restriegan por la cara sus terribles embotellamientos agosteños en el trayecto Maó-Ciutadella y viceversa. ¡Una hora y cuarto el otro día!, sabedores de mis reticencias a desdoblamientos y autovías.
Hasta ahora mis argumentos eran un tanto intuitivos: creía que a más autovía, más coches, más velocidad, más accidentes, pensaba en las salidas a los llocs que jalonan la carretera, en la cantidad de subrotondas que arruinarían el paisaje, en que unos pocos embotellamientos en fechas punta una vez al año no justifican la macroobra, pienso más en la alternativa de un transporte público basado en pequeños trenes al estilo japonés u holandés movidos por energías alternativas...
Después de leer hoy en Es Diari la carta de Gabriel Tobar sobre la caretera general me siento no sólo reconfortado sino instruído. No se la pierdan.