22-XI-07
Debatimos en IB-3 TV sobre la promulgación de la Ley del Cine, bajo la que subyace un interesantísimo tema de fondo: ¿deben estar sometidos los bienes culturales a las leyes de mercado como cualquier otra mercancía?, o planteado de otra manera: ¿es compatible la excepción cultural con la libre empresa? ... Recuerdo una controversia de altísimo nivel entre el liberal Mario Vargas Llosa y el proteccionista Régis Debray y consigo localizar los recortes de prensa, ya amarillentos y con rancio aroma (la polémica data de 1993) , de los que extraigo algunas perlas:
MVLl: “Los productos artísticos son tambien mercancías y no hay razón alguna para creer que por ello se empobrecen o degradan...Nada corrompe y mediocriza tanto un quehacer creativo de cualquier orden que el parasitismo estatal”.
RD: “¿Queremos convertir el planeta en supermercado para que no dejen a los pueblos más remedio que elegir entre el ayatolá local o la Coca-Cola?... ¿Qué significa la libre competencia entre el cine africano y el estadounidense? La asfixia del primero ante la indiferencia del segundo. Confiar la emancipación del hombre-educación, creación, investigación- sólo a los mecanismos del mercado puede despertar las peores tendencias aislacionistas”.
¿Insoluble dilema cuando ambos polemistas tienen razón? La cultura del subsidio crea monstruos- clientelismo, merma de la creatividad-, pero dejar la cultura, el cine en este caso, al albur de las leyes de mercado puede significar una confirmación más de la fábula del pez grande y el chico, con el agravante de que en estos casos lo grande no suele ser lo más valioso. Así que bienvenida sea la nueva ley que nace con insólito consenso ¡aleluya!, y que a pesar de ello no satisface a casi ninguna de las partes implicadas, lo que no deja de ser un buen augurio.
Debatimos en IB-3 TV sobre la promulgación de la Ley del Cine, bajo la que subyace un interesantísimo tema de fondo: ¿deben estar sometidos los bienes culturales a las leyes de mercado como cualquier otra mercancía?, o planteado de otra manera: ¿es compatible la excepción cultural con la libre empresa? ... Recuerdo una controversia de altísimo nivel entre el liberal Mario Vargas Llosa y el proteccionista Régis Debray y consigo localizar los recortes de prensa, ya amarillentos y con rancio aroma (la polémica data de 1993) , de los que extraigo algunas perlas:
MVLl: “Los productos artísticos son tambien mercancías y no hay razón alguna para creer que por ello se empobrecen o degradan...Nada corrompe y mediocriza tanto un quehacer creativo de cualquier orden que el parasitismo estatal”.
RD: “¿Queremos convertir el planeta en supermercado para que no dejen a los pueblos más remedio que elegir entre el ayatolá local o la Coca-Cola?... ¿Qué significa la libre competencia entre el cine africano y el estadounidense? La asfixia del primero ante la indiferencia del segundo. Confiar la emancipación del hombre-educación, creación, investigación- sólo a los mecanismos del mercado puede despertar las peores tendencias aislacionistas”.
¿Insoluble dilema cuando ambos polemistas tienen razón? La cultura del subsidio crea monstruos- clientelismo, merma de la creatividad-, pero dejar la cultura, el cine en este caso, al albur de las leyes de mercado puede significar una confirmación más de la fábula del pez grande y el chico, con el agravante de que en estos casos lo grande no suele ser lo más valioso. Así que bienvenida sea la nueva ley que nace con insólito consenso ¡aleluya!, y que a pesar de ello no satisface a casi ninguna de las partes implicadas, lo que no deja de ser un buen augurio.
24-XI-07
Cielo encapotado, lluvia pertinaz, frío punzante...dejo una descripción más literariamente detallada para mi colega y amigo del diario vecino TG que suele bordar las descripciones atmosféricas. El veterano matrimonio inglés que habitualmente monopoliza Es Diari en el Amadeus, nos ofrece una enigmática sonrisa conjunta. “Hoy en Londres luce un sol espléndido” nos espetan con indisimulada sorna. Su repetido London sunshine rebota en nuestros oídos como un irónico rap mientras nosotros, después del parte médico habitual, tratamos de disentir en algo pero se impone nuestro común escepticismo antropológico...
25-XI-07
Rasgamiento generalizado de vestiduras con motivo de la llamada telebasura en la cada vez más voluminosa prensa dominical. Ha tenido que morir la infortunada Svetlana para que se avive el fuego de una polémica que suele acabar cautiva y desarmada por una razón de audiencia que no atiende a razones, ni siquiera las del horario infantil, hoy trufado de infumables y nocivos tomates. Y mientras tanto, el prometido Consejo Audiovisual Independiente que existe en toda Europa y que velaría por los contenidos de la televisión, duerme el sueño de los injustos incumplimientos electorales. De nuevo estamos a la espera de una deseable injerencia del poder público en la libre empresa.
26-XI-07
El director de Es Diari Bosco Marqués teme, a raíz del bodrio de Cala Llonga, por la conversión de la isla en “reserva de mamotretos” y aboga también por la injerencia pública. Ya se puede andar con cuidado el amigo Bosco, o los libegales (antes, ultras) van a invadir su blog, aunque aseguraría que su proverbial y acreditado espíritu de supervivencia (un auténtico Ulises atado al mástil) le impide caer en este tipo de trampas.
27-XI-07
Recapitulo la reunión científica de anoche con buena parte de la familia oftalmológica menorquina, aumentada recientemente con la incorporación de un Bosch de tercera generación y el acreditado especialista venezolano/ culé doctor Savino, para analizar las novedades que se van sucediendo en el diseño de nuevas lentillas intraoculares que corrijan cada vez con mayor exactitud los defectos refractivos. La revolución contra las gafas prosigue, aunque todos estamos de acuerdo en que no hay que crear falsas expectativas. La prudencia y la adecuada selección de pacientes siguen siendo primordiales...
28-XI-07
Prosigue el diluvio (water chemal, para entendernos), que no arredra al equipo de rodaje de Vent Maleit. Le toca hoy al dietarista encarnarse de nuevo en su papel del ”último chófer de la isla sin nombre” y aprovecho los recesos para adiestrar a la actriz taiwanesa en los compases patrióticos de Un senyor demunt un ruc. Puestos a sufrir lluvia...
29-XI-07
Progreso adecuadamente en la lectura de “La felicidad paradójica”, ensayo del analista contemporáneo Gilles Lipovetsky, a la que dedico las esporádicas “medias horas” que me permite mi agenda, siempre lapicero en mano para subrayar lo sustancial y poder compartirlo con los amigos. Sé que para algunos citar lecturas es una pedantería, pero para mí es todo un ejercicio de humildad: ni más ni menos que un reconocimiento a la superioridad intelectual de los citados.
Para el ensayista francés, en tiempos del hiperconsumo anhelamos y conseguimos objetos y placeres antes privativos de las clases acomodadas, pero nos agobian las decepciones y las inseguridades sociales y personales, gozamos de mejor salud pero nos hemos vuelto hipocondríacos, siempre a dieta, permanentemente amenazados por mil y un peligros, hemos arramblado con los grandes relatos religiosos y políticos pero corremos detrás del gurú de turno y sus libros de autoayuda y nos refugiamos en identidades excluyentes... abominamos del Estado y sus impuestos pero le exigimos servicios impecables y seguridad. Etcétera.