jueves, noviembre 30, 2006

Esquitxos

No resulta fácil manifestarse a favor del llamado "Proceso de Paz". Es compicado meterse en una discusión en que la otra parte, por lo general, te lleva al terreno resbaladizo del "respeto a las víctimas" "el estado de Derecho",y no digamos si el interlocutor se pone estupendo hablando de "traición a los muertos"o "rendición del Estado",etc, y más aún si el principal partido de la oposición ha hecho del "No en mi nombre" su santo y seña.
Sigo creyendo que si hay una posibilidad de acuerdo debe seguir explorándose, entre otras cosas porque llevo cuarenta años oyendo el sonsonete de la "derrota inexorable del terrorismo" sin que haya llegado jamás, y porque, se quiera reconocer o no, hay un problema irresuelto de encaje del País Vasco en España. Si se lograra un compromiso efectivo de transitar exclusivamente vías políticas para encararlo, con absoluta libertad democrática, creo que sería un paso de gigante para nuestra joven democracia.
En Irlanda y en muchos otros sitios tuvieron que acabar hablando y mucho me temo que tarde o temprano tenga que ser así en nuestro país, y seguramente por ello no ha dejado de intentarlo ningún presidente del Gobierno, aunque a algunos ahora no les guste que se lo recuerden. Y habrá que tragar sapos y culebras, que se lo pregunten a los británicos.