23-III-07
Primer fin de semana sin manifestaciones después de algún tiempo. Aunque la crispación no remite, con Otegui de aquí para allá y los jueces a la gresca, no deja de ser un respiro, propicio a otros avatares, otras reflexiones (por cierto, no deja de ser pintoresco que en la época de menor actividad etarra de los últimos cuarenta años, se hable más de ella que nunca), sobre los diversos y apasionantes retos del siglo XXI.
El hecho es que nos dejamos mecer en la siempre acogedora cuna del Ateneo para escuchar al profesor madrileño-forneller Carlos Sebastián, quien desmonta uno a uno los tópicos que asocian globalización y subdesarrollo como causa y efecto. Para el catedrático, las causas de la pobreza de tantos en este mundo mundializado no son ni la escasez de recursos naturales, ni la incapacidad de ahorro ni las deficiencias educativas sino la debilidad de las instituciones, la falta de respeto a las reglas del juego que facilitan y estimulan las actividades comerciales y las inversiones empresariales.
Al final se produce un profundo y sosegado (¿estamos en Marte?) debate que actúa de lenitivo entre tanto ruido ambiental. Me voy del Ateneo con la sensación de respirar mejor.
Primer fin de semana sin manifestaciones después de algún tiempo. Aunque la crispación no remite, con Otegui de aquí para allá y los jueces a la gresca, no deja de ser un respiro, propicio a otros avatares, otras reflexiones (por cierto, no deja de ser pintoresco que en la época de menor actividad etarra de los últimos cuarenta años, se hable más de ella que nunca), sobre los diversos y apasionantes retos del siglo XXI.
El hecho es que nos dejamos mecer en la siempre acogedora cuna del Ateneo para escuchar al profesor madrileño-forneller Carlos Sebastián, quien desmonta uno a uno los tópicos que asocian globalización y subdesarrollo como causa y efecto. Para el catedrático, las causas de la pobreza de tantos en este mundo mundializado no son ni la escasez de recursos naturales, ni la incapacidad de ahorro ni las deficiencias educativas sino la debilidad de las instituciones, la falta de respeto a las reglas del juego que facilitan y estimulan las actividades comerciales y las inversiones empresariales.
Al final se produce un profundo y sosegado (¿estamos en Marte?) debate que actúa de lenitivo entre tanto ruido ambiental. Me voy del Ateneo con la sensación de respirar mejor.
24-III-07
“Debajo de una toga hay un corazón, un estómago y un sexo”, le gustaba recordar a Guillermo Vidal Andreu, uno de los jueces más emblemáticos que han pasado por Menorca y que fallecía el viernes en Palma. El dietarista recuerda muchas más frases y sobre todo, sonrisas, carcajadas y afecto, mucho afecto, de los tres años que pasó en Mahón (1967-70), en los inicios de su carrera judicial, y en los que solía venir a comer a mi casa un día a la semana, por su amistad con mi hermano, también de la carrera judicial.
Guillermo Vidal, abanderado de Jueces para la Democracia, renunció a formar parte del Tribunal Supremo, para seguir presidiendo el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, cargo que le granjeó la simpatía general de la sociedad catalana –era partidario acérrimo de la descentralización de la justicia- y ocupó tambien la tribuna del Ateneo en la última ocasión en que pude estar con él. Desgraciadamente me quedaré con las ganas de preguntarle sobre la actual situación de la Justicia. Descanse en paz el inolvidable Guillem.
25-III-07
Escucho en la radio una interesante y distendida (¡aleluya!) tertulia sobre los trepas, esos especímenes humanos especializados en ascender en el escalafón sin importarle los medios ni el victimario inherente a su actitud depredadora. Mientras los contertulios desgranan sus experiencias con esos fundamentalistas de la competitividad que son al fin y al cabo los trepas, trato de inventariar las mías. Vamos a ver, ¿estamos hablando de un fenómeno contemporáneo, fruto de la pérfida globalización, etcétera?, ¿ de los clásicos “pelotas”?...
Mientras jadeo en pleno jogging dominguero, descarto a los patéticos pelotilleros que todos hemos conocido, se les ve de lejos y suelen tan mediocres como inofensivos: se conforman con que el jefe les pase la mano por el lomo de vez en cuando. Los trepas no hacen la pelota, simplemente van a la suya, como el propio mundo ultracompetitivo, y si en algún momento hay que adular, adulan, pero si al día siguiente hay que clavar la daga, también saben hacerlo, sin complejos. Pueden ser unos ineptos, lo cual agrava su potencial destructivo o unos jóvenes sobradamente preparados. En este último caso, mejor apartarse prudentemente para que se incineren en su propia ambición.
26-III-07
Leo en un plis plas el último y brevísimo ensayo de Hans Magnus Enzensberger “El perdedor radical” (Anagrama 2007) en el que intenta aproximarse al pensamiento de los islamistas radicales, a partir de su consideración como perdedores de la historia, a quienes obsesiona la comparación con los demás, ya que les resulta desfavorable en todo momento. El problema surge, según el ensayista alemán, cuando el perdedor radical supera su aislamiento y encuentra una patria de perdedores, como en el caso del islamismo, un medio perfecto para movilizar al perdedor radical, con su amalgama de motivaciones religiosas, políticas y sociales que les hace creer en una superioridad moral propia que choca con la evidencia de su inmensa debilidad. Ahí está, según Enzensberger, el origen de esa herida que necesita compensación..
27-III-07
Sé que no es políticamente correcto comparar la situación vasca con la irlandesa, que aquí sólo matan unos, que hay una autonomía amplísima etcétera, pero qué quieren que les diga, ver hoy la foto de Gerry Adams (ex comandante del IRA) e Ian Paisley (clérigo radical anticatólico y probritánico) juntos y dispuestos a compartir gobierno me ha llenado de melancolía...prospectiva. ¿Por qué no soñar con la imagen de Arnaldo Otegui y María San Gil juntos en el mismo gabinete?
Prosigue la terapia de sosiego, esta vez ante la pantalla de televisión. Me importa poco si el presidente Zapatero gana popularidad o no, pero ver a gente tan diversa preguntando a tumba abierta, sin temas tabúes,(hubo preguntas nada complacientes), con educación y sin alharacas catastrofistas, me llena de esperanza.
28-III-07
Creo que se equivoca el PP con su boicot a los medios de comunicación gubernamentales del señor Polanco, como se equivocó Aznar cuando quiso meter al empresario en la cárcel, mediante una delirante montaje de descodificadores, en los primeros tiempos de su mandato. Como sería absurdo que que el gobierno actual pretendiera amordazar a Pedro J. Ramírez y sus portadas conspiranoicas o a Jiménez Losantos y su radio borroka. Allá cada cual con sus opiniones, con la autorregulación como guía y los tribunales como dique de contención.Y vuelvo a mi reflexión de casi todas las semanas: ¿corresponde el clima político a la situación real del país y al ánimo de sus gentes? ¿acabaremos por contagiarnos todos del frenesí mediático madrileño o lograremos imponer el seny?