La guerra de Iraq, de cuyo inicio se cumplen cinco años, es una calamidad universal fruto no de un "error político" sino de un empecinamiento político, que algo muy distinto. Hablar de "error" humaniza y de alguna manera disculpa. Aquí estamos ante una maquinación desde el máximo poder militar de la tierra para organizar una "vendetta" por la incalificable provocación del 11-s. Para ello no se reparó en medios: mentiras masivas, demagogia extrema... y cómplices necesarios para darle un aura de legalidad internacional. Y ahí estuvo el español de pelo en pecho, "sin complejos" para efectuar las labores de mamporrero e inaugurar una nueva etapa de encono y crispación en nuestro país que culminaría con el 11.m y otra batería de mentiras masivas que no lleva camino de terminar.