Viendo la farragosa untuosidad con que se expresaba ayer el presidente del Gobierno para dar cuenta de la liberación de los atuneros (¿furtivos?) del "Alakrana", me acordaba de otro ampuloso crónico, el ex ministro Federico Trillo cuando con untuosa dicción y fervor castrense nos relataba la heroica conquista del islote de Perejil, ¡Perejil español!
Pues ayer lo mismo. Oyendo a Zapatero, el no avisado podría pensar en un gran triunfo político.Voz ahuecada, emoción contenida, autoalabanza, ausencia de autocrítica... Para dar cuenta de que el Estado ha pasado por el tubo de los extorsionadores. Si cumplir todas sus exigencias piratas es una prueba "de que se han hecho las cosas bien", apaga y vámonos. Más bien parece un fracaso en toda regla del Estado de Derecho. ¿O no? Dicho sea sin pretender empañar la alegría por la liberacion, etcétera.