Eso de las muletas y el sedentarismo forzado tiene su qué. Por ejemplo ya puedo decir algo parecido a lo que afirman los snobs culturales cuando les preguntan si ven televisión: "Yo sólo veo documentales". Pues gracias al obligado reposo por mi maltrecha rodilla ya puedo decir al menos que "también veo documentales". Por ejemplo anoche, en que a través de National Geografic, pude ver una extraordinaria entrevista en la que George W. Bush relataba sus sensaciones y actuaciones en el ya legendario 11-S. A través del magnífico reportaje, trufado de imágenes inéditas pudimos ver a un hombre atribulado, desconcertado y obsesionado en desempeñar correctamente su "job"(trabajo) de "comandante en jefe en tiempos de guerra". El pobre hombre, permítaseme el espasmo compasivo, da la impresión de un hombre sencillo y limitado, superado totalmente poor los acontecimientos. Y no digamos de sus míticos servicios de seguridad, la CIA, el FBI y el sursum corda, tan fuera de sí que hacen volar al Presidente en el Air Force One durante todo el día de base en base y cuando por fin vuelven a Washingthon, le levantan de la cama por una falsa alarma...
Lo que vino después es mera consecuencia de la simpleza mental de un hombre como Bush, metido hasta las cachas en un marco conceptual tan rígido como premoderno: Estado mínimo, seguridad máxima, sea con rifles caseros como con respuestas alocadas tipo sheriff de frontera, fuera de toda lógica de un Estado moderno. Por eso vino Irak y ahora tienen al Tea Party.