14-XII-06
Noche de gala en el Ateneo para homenajear a su primer presidente Antonio Victory a cuyo perfil escultórico le eché más de una mirada de soslayo cuando, en mi época, temía estar metiendo la pata en algún acto oficial. Ahora, a través de Miguel A. Limón y Luis Alejandre, comprendo cabalmente el porqué: Antonio Victory era uno de esos hombres de una pieza habituales en aquellos tiempos de penurias, un hombre no sólo de principios sino de finales, o sea de acción, como subrayó el general Alejandre, un grado por encima de aquellas bellísimas personas, admirables pero apocadas e inoperantes. Me lo reafirman luego sus nietos en el distendido tentempié posterior: era un abuelo de tomo y lomo, de esos que imprimen carácter a su descendencia y no ponen adjetivos a la palabra cultura.
Noche de gala en el Ateneo para homenajear a su primer presidente Antonio Victory a cuyo perfil escultórico le eché más de una mirada de soslayo cuando, en mi época, temía estar metiendo la pata en algún acto oficial. Ahora, a través de Miguel A. Limón y Luis Alejandre, comprendo cabalmente el porqué: Antonio Victory era uno de esos hombres de una pieza habituales en aquellos tiempos de penurias, un hombre no sólo de principios sino de finales, o sea de acción, como subrayó el general Alejandre, un grado por encima de aquellas bellísimas personas, admirables pero apocadas e inoperantes. Me lo reafirman luego sus nietos en el distendido tentempié posterior: era un abuelo de tomo y lomo, de esos que imprimen carácter a su descendencia y no ponen adjetivos a la palabra cultura.
15-XII-06
Notas pendientes:
One.- Sigo sin entender esos jolgorios por la muerte de alguien, quien sea. Esos obscenos descorches de botellas por Franco, Pinochet…la que se va a montar en Miami cuando la Parca se lleve a Fidel. Se trate de quien se trate, nos merezca o no la peor de las opiniones, creo que ese momento, que todos tendremos que afrontar, siempre merece una tregua.
Two.- En esta época carnavalesca que nos ha tocado vivir, me sigue sorprendiendo la magnitud de la mascarada. Acabo de escuchar, atónito, que el auténtico golpe de Estado en Chile no lo dio Pinochet sino Allende, un genuino golpe marxista-leninista. El general no hizo sino arreglar el desaguisado.
No hace tanto escuchaba a uno de esos neo-historiadores de moda, en este caso el tal Pío Moa, una teoría similar referida al origen de nuestra guerra civil, según la cual el golpe golpe, lo que se dice el golpe en realidad lo dieron los rojos dos años antes en Asturias y entonces, claro, don Francisco no tuvo más remedio que intervenir dos años después para sentar las bases de la democracia futura (tal cual, no exagero lo más mínimo).
Mientras tanto, siguen coleando los negacionistas del Holocausto judío, como si hubiéramos soñado los trenes de la muerte, los hornos crematorios y la gestapo, o como decía el genial Quequé en Noche Hache, no sé cómo se nos ha podido olvidar la terrible invasión de Alemania perpetrada por los polacos. ¿Habremos soñado también que aquí hubo un régimen pos bélico que duró cerca de cuarenta años y en el cual se encarcelaba, torturaba y ejecutaba por ideas políticas? ¿o se trató en realidad de un apacible anterior régimen que sólo tenía unos matices diferentes del actual?
17-XII-06
Dura tarea dominguera la de lavar a dos perros a la vez. Acabo exhausto pero no tanto como me deja la final intercontinental entre el Barça y el Internacional de Porto Alegre. Busco una frase que me libere del dolor de la derrota porque en cuanto consigues encerrar un sentimiento en el lenguaje ya es otra cosa, parece que lo has domesticado (sobre todo si te dejas ayudar por un tinto pesquera). Vamos a ver: “Un Barça jugando a la brasileña sucumbe ante unos brasileños jugando a la italiana”: Bueno ya está, pero… ¿Cómo se lo explico yo a mi hijo, hincha implacable?
Por la noche, en la Ópera, alguien me felicita por “Els Nikolaidis” y, por un momento, siento la tentación de no sacarle de su error: es una delicia ser reconocido por un libro.
18-XII-06
Escribe hoy Javier Jusué que empieza a notar el calorcillo navideño y que debe ser cosa del niño que todos llevamos dentro. Y es que es así, ni más ni menos. Algo tiene que ver el mensaje cristiano de amor y solidaridad que a todos se nos contagia una beatitud especial durante estos días, pero el quid de la cuestión está en este deseo subliminal de volver a la patria común, la infancia, a través de olores, sabores y rostros familiares, esa época en que el futuro se abría ante nosotros como un horizonte inabarcable, preñado de expectativas, bajo el cielo protector de la familia…
Otro cosa es el patético (por patológico) frenesí comprador en que el dilema es qué adquirir cuando no falta nada, la orgía bulímica de un día sí y otro también, la estomagante tabarra de tantos mensajes publicitarios trufados de villancicos, el nauseabundo cinismo de tanto depredador habitual convertido por unos días en un remedo del James Stewart en “¡Qué bello es vivir!” y por qué no reconocerlo, esa sobredosis de reuniones familiares que puede acabar en corrosivo hastío o, cuando los efluvios alcohólicos desatan inhibiciones, en trifulcas más o menos desgarradoras. Pero en fin, sigamos evocando el niño que fuimos, tratemos de pasarlo razonablemente bien, sin teatralizaciones babosas y tengamos por lo menos el propósito de tratarnos mejor durante todo el año. Si no podemos amarnos los unos a los otros, por lo menos hagamos como si.
19-XII-06
El mejor regalo navideño para el dietarista es sin duda el anuncio de la reunión Rajoy-Zapatero. Se supone que es para dialogar, es decir, ceder por ambas partes, no esperar que el otro se rinda a nuestra verdad, La Verdad, por supuesto. En el fondo, un proceso de paz al que algunos (espero que muchos) ciudadanos seguimos sin renunciar. Y otras muchas cosas, pero, en fin, por algo se empieza.
20-XII-06
El tirabuzón que le hizo anoche un jugador del Huelva al flamante balón de oro y cintura de hierro Fabio Cannavaro, me aporta el plus de espíritu navideño que necesitaba. Bon Nadal a tothom.