miércoles, diciembre 13, 2006

Esquitxos

Uno de los fenómenos más sorprendentes de la posmodernidad es el intento de reescribir la historia. Lo constatábamos ayer mismo en algunas interpretaciones del "pinochetismo", según las cuales el hombre (don Augusto), es en realidad el fundador de la democracia en Chile, ya se sabe, por aquello de que "Dios escribe recto con renglones torcidos". Curiosamente es la misma teoría que un día escuché al neohistoriador hispano Pío Moa con respecto al franquismo: Franco sería el auténtico impulsor de la democracia en España. No sólo esto, sino que en ambos casos, ninguno de los dos "caudillos"dio golpe de Estado alguno. En España lo dieron los "rojos" en Asturias dos años antes, y en Chile ( esto lo he escuchado estos días en el entorno de Jiménez Losantos)el golpista fue Allende con su golpe marxista-leninista.
Si a todo ello le añadimos el negacionismo del Holocausto judío tan exaltado estos día por el régimen fundamentalista iraní, parece que estemos entrando directamente en un parque temático de la Historia, en el que "too er mundo ez güeno". Ah, por cierto, no sé si sabían que yo soy el máximo goleador en la historia del Barça.