25-V-07
Improvisado debate con unas amigas sobre la inclusión de inmigrantes en alguna lista electoral. Ellas manifiestan ciertas reservas: temen que quieran imponer taimadamente sus valores y yo prefiero que participen activamente en el sistema, que se imbuyan de los nuestros. Es un pensamiento que converge acerca de lo que pienso de Turquía y su debatida integración en Europa. Sé que es compleja y difícil, que puede ocasionar turbulencias de todo tipo, pero es un país con vocación laica que puede llamar a la moderación democrática (Europa) a otros más islámicamente asilvestrados. Una Turquía con mayoría musulmana pero con efectiva y diáfana separación Iglesia-Estado sí puede contagiar valores occidentales. Lo mismo que la flamante ministra francesa/marroquí de Justicia, o un concejal subsahariano en nuestros ayuntamientos.
La conversación me retrotrae a lo que comentaba ayer Josep Mª Quintana sobre la integración de los inmigrantes en nuestro sistema de salud pública, porque acababa de escuchar otra conversación inquietante, en la que alguien, incomodado por ciertas aglomeraciones en el nuevo hospital Mateu Orfila, proponía que los inmigrantes acudiesen a otras horas…
Improvisado debate con unas amigas sobre la inclusión de inmigrantes en alguna lista electoral. Ellas manifiestan ciertas reservas: temen que quieran imponer taimadamente sus valores y yo prefiero que participen activamente en el sistema, que se imbuyan de los nuestros. Es un pensamiento que converge acerca de lo que pienso de Turquía y su debatida integración en Europa. Sé que es compleja y difícil, que puede ocasionar turbulencias de todo tipo, pero es un país con vocación laica que puede llamar a la moderación democrática (Europa) a otros más islámicamente asilvestrados. Una Turquía con mayoría musulmana pero con efectiva y diáfana separación Iglesia-Estado sí puede contagiar valores occidentales. Lo mismo que la flamante ministra francesa/marroquí de Justicia, o un concejal subsahariano en nuestros ayuntamientos.
La conversación me retrotrae a lo que comentaba ayer Josep Mª Quintana sobre la integración de los inmigrantes en nuestro sistema de salud pública, porque acababa de escuchar otra conversación inquietante, en la que alguien, incomodado por ciertas aglomeraciones en el nuevo hospital Mateu Orfila, proponía que los inmigrantes acudiesen a otras horas…
26-V-07
Comentamos en la mañana sabatina la aparición del nuevo partido que promueve mi siempre admirado Fernando Savater (su coraje y honestidad intelectual son proverbiales). Mi contertulio cree haber encontrado su partido en base al laicismo radical y al antinacionalismo que propugna. Me declaro completamente de acuerdo en la primera premisa, entendida como absoluta neutralidad del Estado en materia religiosa, y también en la segunda si el antinacionalismo (o sea, la negativa a conceder primacía de supuestos valores colectivos étnico/lingüístico/religioso/sentimentales sobre los individuales) incluye también al nacionalismo español, bastante asilvestrado últimamente. Pero aún así, ¿hay alguna propuesta más en el nuevo partido?
27-V-07
Domingo encapotado que obliga a la necesaria reflexión electoral. Rebobino una conversación de anoche en plena celebración nupcial, pespunteada por las incontenibles manifestaciones de euforia de los chicos de Lázaro Alcaide, que ya acarician el título de Liga (sólo el Zaragoza puede salvarnos). Entre estentóreos “que se besen”, me veo obligado a defender a los políticos, porque me irritan esas pudibundas exhortaciones a la ética, como si los civiles fuéramos un dechado de virtudes frente a esa caterva de pillastres que hoy pasan por el escrutinio de las urnas.
Los políticos, planteo entre el guirigay ambiental, no son diferentes a nosotros, es más, no son más que nuestro reflejo en el espejo, y es cierto que su nivel ha bajado, ZP no le llega a las suelas de los zapatos a Felipe González, Aznar idem de idem a Suárez, incluso el último Aznar, una especie de plañidera patética, poco tiene que ver con el que empezara su primera legislatura como presidente. De acuerdo, pero ¿y nosotros? ¿quién no conoce en su ámbito laboral o social a conciudadanos dudosos que confunden interesadamente lo público y lo privado, a algún demagogo sin cargo político que se llena la boca de ética y maltrata o explota a sus próximos?, ¿quién de tanto buenista no trata de escamotear lo que puede a Hacienda?
Antes teníamos elites ilustradas que marcaban una línea y bellísimas personas a las que tratar de emular… ¿Quién pone hoy la mano en el fuego por un congénere? Es lamentable sí, pero las cosas son como son, y bastante tienen los políticos con hacer el ridículo en los mítines o con su fotografía colgada de una farola, o asistiendo luego a interminables reuniones presupuestarias que no resistiríamos, o estropeándose fines de semana con tediosas inauguraciones vecinales.... Hala idò, a votar, y sí te consideras tan impecablemente bueno, déjate de predicar y preséntate la próxima vez.
28-V-07
Hacía tiempo que no me olvidaba del fútbol en una noche dominguera, hasta el punto que ni siquiera me he permitido el lenitivo del ver el gol con la mano del Real Madrid para reafirmar la teoría de la conspiración que empieza a germinar en mí para justificar la derrota final. En fin, el asunto es que ni me acordé anoche, metidos, mi mujer y yo en un vertiginoso zapping.
Algunas de las preguntas que me hacía en el último dietario han tenido respuesta, y muy especialmente la más relevante: mallorquines e ibicencos sí parecen haber reaccionado a una política demasiado prepotente y agresiva con el medio ambiente, y ello es un dato sumamente positivo. Menorca sigue en su línea de desarrollo tranquilo, impasse, según algunos, y resisten el fortín mahonés y el Consell, sempiternos muros de las lamentaciones para los populares, debido en buena parte a la estabilidad del voto del PSM, inasequible al desaliento en su defensa del crecimiento sostenible y la unidad de la lengua catalana.
Otras preguntas tienen ya respuesta: se impone el carisma de Ramonet en Es Mercadal, se avala la ingeniería pactista de Irene Coll en Es Castell y los ciudadelanos barren a Llorenç Casanovas, aunque no al otro candidato peculiar, Joan Triay, manteniéndose la hegemonía conservadora (auténtica mayoría natural en Cap de Ponent). Entre las sorpresas, el éxito personal de Maite Salord en Ciudadela, el de Josep Carreras en Ferrerías, y la entrada en el Ayuntamiento de Mahón de Ciutadans, perdón, Ciudadanos, que como era previsible, han pescado más en el caladero de la derecha anticatalanista que en el de la izquierda.
Al final de la jornada, la eufórica concentración de Génova augura otra similar en la Cibeles dentro de un par de semanas, ¡ay!
29-V-07
Sorprende la noticia de que Menorca, la isla más estable políticamente, sea la que más casos de alcoholemia positiva registra en la carretera. Parece que aquí la disbauxa va por otros senderos. Habría que estudiarlo por distritos electorales: ¿más positivos en ponent o en llevant, ¿en votantes conservadores o progresistas?... Interesante cuestión en época de pactos.